Un Matrimonio "Ilegal" [NS] (Wattys2019)

Capítulo Extra

Esa noche en el hospital las cosas estaba muy tranquilas, al menos lo era en la habitación que le fue asignada al ex Uchiha. Apenas era su segundo día allí y ya quería que le dieran el alta, pero debía de aguantarse esa noche antes de que su doctora le permitiera irse a él y a su bebé. Sí, su bebé, después de tantos meses de espera y llenos de nuevas experiencias tanto para él como para Naruto, al fin les llegó el día de poder conocer a su hijo. Apenas estaba en su segundo día, pues el anterior le dejaron internado, por orden de la misma doctora. Aún se ríe por la reacción de Naruto en tanto le aviso que no podría salir de hospital ese día.

Tan solo había ido por la cita normal de cada mes, y topó con la maravillosa sorpresa de que su bebé nacería en cualquier momento, por lo cual no podían dejarlo irse. Al estar en una habitación, pensó la mejor forma de decirle a Naruto sin que se preocupara o dejara su trabajo botado solo por ir a verle. Lo pensó varios minutos, hasta que su mismo esposo le envió un mensaje con curiosidad de saber cómo le iba en la cita. Tan solo tecleó "Me internaron, el bebé nacerá en cualquier momento".

Pensó que no sería nada serio, solo un mensaje tranquilo, tal como el mismo Sasuke. Sin embargo, no fueron ni veinte minutos cuando el Namikaze se estaba reportando en la recepción del hospital. Primero, Sasuke le regañó por haberse ido de la empresa como si nada, después trató de entenderle. Por un momento creyó que la doctora Tsunado había tomado una decisión prematura al decidir internarlo, pues nunca sintió dolores ni nada que le anunciara que en serio su bebé estaba por nacer, a menos hasta que llegó la madrugada. Naruto insistió en quedarse, por lo que no estuvo solo en ningún momento.

Al principio, todo era manejable. Sí le dolió, eso jamás lo iba a negar, pero podía soportarlo. Hasta parecía que Naruto estaba más nervioso que él, preguntando cada ciertos minutos si habían aumentado, o por el contrario, se mantenían igual. En ese momento, Sasuke trató aún de mantener su paciencia en un buen nivel; ambos eran primerizos. El gran dilema fue cuando los dolores aumentaron, y la dichosa dilatación SIMPLEMENTE NO AVANZABA. A pesar de seguir manteniendo el control, cada vez era un poco más difícil. Su esposo se mantenía de mantener informada a ambas familias, todos a la espera de nuevas noticias, emocionados por recibir al nuevo Namikaze-Uchiha.

Pudo resistir todo el segundo dia, con asesoramiento de las enfermeras y el apoyo de Naruto, pero aún así habían veces en que sintió que no podía ser capaz de lograrlo. En tanto dieron el aviso de alistar la sala de parto, el miedo le invadió cada fibra de su cuerpo, lo único que lo mantenía fuerte era tener a su esposo a su lado en todo momento. En la sala, todo fue más rápido de lo que imaginó; todas las horas de dolores se resumieron a pocos minutos para por fin escuchar el llanto de un bebé en toda la habitación.

Al ser de nuevo traslado a la habitación, por fin podía ver a su bebé con detalle. Contuvo el llanto de alegría, nunca en su vida pensó que sentiría semejante amor por un ser tan pequeño con solo minutos de haberlo conocido. Lo único que lo hacía sentirse incompleto en ese momento, era que la doctora le pidió a Naruto que fuese que con ella, por lo cual aún estaba a la espera de poder verlo entrar por esa puerta.

No podía apartar su mirada de su bebé, es perfecto, con unos marcados rasgos por parte de los Namikaze-Uzumaki. Aquel que se atreviera a dudar de si Naruto es el padre de ese niño, en verdad necesitaría un fuerte golpe en la cabeza, ¡es idéntico a su esposo! Lo único que lo diferenciaba, era el cabello oscuro, una clara herencia de los Uchiha.

Tenía ojeras, su piel había perdido un poco de color, y también estaba el hecho de que no ha podido alimentarse del todo bien. ¿Cómo habría podido dormir con esos dolores? O siquiera pensar en comer, eso fue lo último en que pensó. Teniendo esa oportunidad a solas, se preguntaba cómo es que ese bebé tan pequeño había salido de él, era sorprendente darse cuenta de lo que es capaz de hacer el cuerpo humano. A pesar de estar en un estado bastante lastimero, estaba seguro de que todo valió la pena al final.