Capítulo 25

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Recién llegaron a la mansión, la noche empezaba a caer poco a poco. Su atraso se debió a que Himiko tuvo que encontrar la manera de deshacerse del cuerpo sin dejar evidencia alguna de que ella y Hinata estuvieron allí alguna vez. Su hija no parecía salir de su impresión, pues aún le temblaba el cuerpo y tenía piel fría. La llevó a su habitación, sin contar con que Naruto estaría allí.

—¿Qué les sucedió? —indagó al ver el estado de Hinata, dejó sus cosas de lado y se acercó a ambas mujeres para ayudar a Himiko.

—Nos intentaron asaltar. —respondió segura, sin dejar de mirar a su hija. —A Hinata la amenazaron con una pistola, sabes que nunca antes había pasado por algo similar, así que tiene mucho miedo.

—Iré a prepararle un té. —iba a salir de la habitación, pero la Hyūga menor le tomó la mano.

—Por favor no te vayas, no me dejes sola, amor. —le pidió con ojos suplicantes, Naruto la miró con algo de duda, pero al final accedió a quedarse a un lado de ella. Se sentó de modo que su espalda descansaba en el respaldar de la cama, Hinata se abrazó a su torso.

—Los dejaré tranquilos para que pueda descansar. —Himiko salió de la habitación, cerrando la puerta.

—¿Puedes abrazarme también? —su mano titubeó en posarse sobre el brazo de la mujer, pero al final lo hizo, soltando un profundo suspiro.

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Sasuke caminaba de un lado a otro en la sala de la casa de Chiyo, ya había escuchado nuevamente un discurso de parte de la anciana, ¡y podía asegurar que fue por Naruto que volvió a hacerlo! De alguna manera, imaginaba a su esposo haciendo un  berrinche en alguna parte de ese mismo lugar. Su ceño estaba fruncido, sus brazos cruzados y sus pasos firmes dejaban notar su enojo.

—Es un imbécil.

—Sí que lo es. —le apoyó Chiyo.

—¡No merece que le hable en este momento! Debería de dejarlo así, para que siga sufriendo.

—Probablemente debería de ser así.

—¡Lo odio!

—No tengo dudas de ello.

—Pero también lo amo... —se detuvo, sus facciones se relajaron para dar paso a un rostro afligido. Le dolía estar peleado con Naruto, ¡pero no podía con esa rabia! Tal vez solo debía dejarlo pasar y volver a avanzar juntos, como lo han hecho hasta ese momento. —De acuerdo, hablaré con él.

—De todas formas yo habría buscado la manera de que lo hicieras. —terminó de decir la anciana. En ese tiempo había aprendido de que no servía de nada llevarle la contraria al Uchiha cada vez que estaba enfadado, solo debía dejarlo hablar y seguirle la corriente. —Debe de estar en su habitación, búscalo ahí.

Sasuke salió de la vivienda tratando de tranquilizarse, solo hablaría con Naruto para resolver sus pequeñas diferencias, así todo volvería a la normalidad y ellos estarían felices de nuevo. De nada le vale estar enfadado por algo que estaba en el pasado, ¡bien, no le había creído y lo dejó como un mentiroso delante de esas dos mujeres! Pero están casados, es claro que se aman; si Naruto está intentando remediar las cosas, lo justo es que él haga lo mismo.

Subió por las escaleras, repasando la manera en que le diría las cosas a Naruto. No había visto rastro de Himiko o de Hinata en la casa, por lo que suponía que aún seguían paseándose por la ciudad, así que entró en la habitación sin tocar la puerta. Se quedó paralizado en el umbral, sus ojos se conectaron con los de Naruto inmediatamente, sin embargo, no pudo evitar reparar en la manera que abrazaba a Hinata. Estaba dormida, podía notarlo por su respiración tranquila. El Namikaze solo le hizo una rápido seña para que saliera del cuarto.

Un Matrimonio "Ilegal" [NS] (Wattys2019)Where stories live. Discover now