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La fuerte lluvia golpeaba su ventana, los relámpagos iluminan y los fuertes truenos lo hacían saltar. Se acurrucó en el pecho del alfa que lo abrazaba y que dormía plácidamente como si no se estuviera cayendo el cielo.

Louis cerró los ojos intentando dormir, un rayo cayó creando un estruendoso trueno que lo hizo gritar. Harry se removió abriendo lentamente los ojos.

"Lo lamento." Susurró Louis. "No quise despertarte, sh, duerme." El omega besó sus labios, Harry talló sus ojos y lo abrazó.

"¿No puedes dormir omega?"

La ronca voz le envió escalofríos y negó chillando cuando la habitación se iluminó por un relámpago aferrándose al alfa.

"Ya veo, mi omega está asustado ¿por qué no me despertaste?" Lo subió sobre su cuerpo acariciando el corto cabello de su nuca, Louis ronroneo complacido cuando lo envolvió con su aroma.

"Mañana trabajas, no quise molestarte." Habló en un susurro viendo como la fuerte lluvia caía desde la ventana.

"No importa, lo primero siempre eres tú." Acarició su espalda, Louis comenzó a entrecerrar los ojos pero otro trueno lo asustó.

"¡Alfa!" Chilló levantándose deprisa con la respiración agitada. Harry se sentó y lo tomó en sus brazos acurrucándolo sobre su regazo.

"No pasa nada mi amor yo estoy aquí." Acarició su mejilla haciendo al omega ronronear inclinándose a su tacto. "Mi dulce omega, mi niño bonito, tan dulce." Le besó los párpados y sonrió.

"Te amo." Susurró y luego abrió los ojos alejándose. "Y-Yo Harry si no sientes lo mismo está bien so-solo quería..." Tartamudeó sin saber que decir.

Era la primera vez que se lo decía, la primera vez que esas dos palabras tan especiales cobraban sentido. Harry tenía los ojos abiertos y el corazón latiéndole acelerado, tomó sus mejillas haciendo que sus ojos conectaran. El omega tragó saliva y sus mejillas se empezaron a calentar por la mirada del alfa.

"Te amo Louis."

El omega soltó un suspiro que se había formado sin notarlo, capturó los bonitos labios del alfa y lo dejó apretar sus caderas mientras se unían en un dulce y suave beso.

El primer te amo siempre es especial y cuando Louis se acurrucó en el pecho de su alfa con el corazón burbujeándole de regocijo supo que ese te amo sería para toda la vida.

Como si alguien estuviera viendo, dejó de llover, el cielo se despejó y la luz de la luna le pegó en el rostro. El alfa le besó la frente y con un te amo susurrado sobre sus labios cerró los ojos y a los minutos su respiración se volvió calmada.

Louis le acarició la mandíbula sin poder dormir. Porque alguien tan especial como su alfa lo amaba, porque Louis quería gritarle a todo el mundo que lo había encontrado.

m i m a d oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora