♡ 055 ♡

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Louis pasó la hoja leyendo en silencio en la comodidad de su cama intentando no dormirse, quería esperar al alfa despierto. Pasaban de las once, estaba inquieto, no lo había visto en todo el día y lo echaba de menos.

Escuchó murmullos en la planta baja y sonrió cuando a los pocos segundos la puerta se abrió inundando la habitación con el aroma del alfa. Louis se llenó con su aroma pero no lo miró fingiendo concentrarse en su libro, escuchó como su ropa caía y segundos después tenía al alfa gateando sobre la cama, reposando su cabeza en el pecho del omega.

Louis pasó sus dedos por los rizos del alfa, manteniendo su vista en el libro intentando no soltar pequeños jadeos al sentir como Harry besaba y lamía la mordida apretando su cadera.

"¿Pasó algo en el trabajo mi amor?" Louis dejó su libro en la mesita de noche y se concentró en los rizos de su alfa, acariciando su nuca con cariño.

El alfa negó sobre su pecho y se acurrucó sobre él.

"Puedo sentirlo alfa, no me mientas." Sus dedos bajaron hasta la espalda desnuda de Harry y comenzó a trazar figuras con la punta de sus dedos.

"Vi a una pareja cuando salía, discutían en calle y se dijeron cosas horribles." Murmuró besando su mordida.

"¿Los conocías?" Louis ladeó la cabeza, Harry se sentó a su lado y lo subió a su regazo sin esfuerzo haciéndolo reír, luego negó inclinándose para besarle los labios.

"Cuando peleamos es como si me clavaran una estaca en el pecho." Sus esmeraldas lo miraron com tristeza. "Siento que me falta el aire y tengo una carga pesada en el pecho que no me deja respirar."

"Alfa." Louis lo tomó por las mejillas con los ojos llorosos. "Lo siento, siento darte problemas."

"No." Negó rápidamente besando sus palmas. "No me das problemas, no vuelvas a decir eso omega."

Louis hizo un pequeño puchero enterrando su rostro sobre su pecho, Harry rodeó su pequeño cuerpo abrazándolo con sus labios cálidos pegados al sedoso cabello del omega.

"La chica se fue." Habló después de un rato, Louis alzó la cabeza y lo miró confundido. "Mientras discutían la chica sólo se rindió y dio media vuelta, lo dejó."

"¿Alfa?" Louis ladeó la cabeza acunando sus mejillas.

Harry se inclinó a su tacto cerrando los ojos, su labio comenzó a temblar y lo sintió enterrando sus dedos sobre su cadera.

"No quiero que me dejes nunca."

El corazón de Louis se rompió, viendo a su alfa tan frágil frente a él. Le acarició la mejilla con su pulgar con suavidad.

"Nunca." Susurró sobre sus labios.

"No puedo imaginarme una vida donde no estés tú, ni siquiera puedo recordar quien era antes que llegaras a mí. Mi vida era gris y vacía hasta que tus bonitos ojos me miraron y descubrí lo que eran los colores." Harry abrió sus ojos y una lágrima silenciosa se deslizó por su mejilla. El omega comenzó a llorar.

"No voy a dejarte alfa, eres mío y yo soy tuyo." Sollozó y luego acarició su mordida. "¿Lo ves? Esto es para siempre, esto significa que incluso en otra vida siempre vas a tenerme." Sonrió tomando su mano y la llevó hasta su pecho. "Estamos destinados, mi amor."

"Destinados." Repitió mirándolo como si fuera la cosa más hermosa que jamás hubiera existido, y lo era.

"Eres mi persona favorita, eres todo lo que siempre soñé, eres incluso más de lo que merezco y te amo tanto." Louis sonrió besándole los labios, apenas un roce, pero era suficiente para que Harry sintiera todo lo que Louis necesitaba.

El alfa lo abrazó contra su pecho con el corazón acelerado y las mejillas rojas, Louis ronroneó buscando su afecto. Durmieron acurrucados con las piernas enredadas, unas manos grandes aferradas a unas suaves caderas y unas manos pequeñas sobre éstas.

Su lazo danzaba sobre sus corazones, fortaleciéndose día a día. Podían sentirlo, podían sentir todo el amor que se tenían y no era un amor pasajero, era ese amor que te alegra el día con una mirada, ese amor que con un abrazo te reinicia la vida, ese amor que te sonríe y te sientes en las nubes.

Louis y Harry eran la prueba viviente que el amor era real, que el amor no siempre es bonito pero siempre será fuerte. Porque Louis y Harry estaban destinados, porque no fue una coincidencia encontrarse ese día, en ese lugar.

Porque las almas gemelas sí existían.

Y ellos eran la prueba.

m i m a d oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora