Cap. 33

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El sonido insistente de mi móvil me obligó a abrir los ojos. Los volví a cerrar cuando dejó de sonar, pero no duró mucho más el silencio. Estiré mi brazo hasta la mesita de noche, y descolgué sin mirar quien era.

- ¿Sí? -dije de mala gana.

- ¿Se puede saber donde estas? -era Christie. Me levanté de golpe, y miré el reloj de mi mesita de noche-. Llegas tarde.

- Sí, me he dado cuenta. No me ha sonado el despertador, así que llegaré un poco tarde. Me ducho y voy.

- Más te vale.

Colgué y dejé el móvil en la mesita. Me giré y miré a Dean, el cual estaba con los ojos cerrados todavía. Me incliné y le besé. Abrió un poco los ojos pero los volvió a cerrar, y sonrió al instante.

- Buenos días -dije en sus labios.

- Buenos días -respondió él. Finalmente abrió los ojos, y me besó-. ¿Con quien hablabas?

- Christie, llego tarde al trabajo -dije haciendo el intento de levantarme, pero Dean me agarró y me pegó a él-. Tengo que ir a trabajar -dije apoyada en su torso.

- Cinco minutos, por favor -dijo acariciando mi brazo, y yo asentí.

Estaba acariciando su torso desnudo, cuando levanté la cabeza y le miré.

- ¿Es oficial?

- ¿El qué? ¿Que has tenido el orgasmo de tu vida? -dijo riendo, y yo le golpeé el torso-. ¡Au!

- Sé serio, por una vez en tu vida -dije sonriendo. Me besó la cabeza y sonrió.

- Sí, es oficial. No te prometo una relación normal, pero el amor que te daré lo compensará.

- ¿Solo amor? -dije arqueando una ceja.

- Eres una viciosa, Kate -dijo besándome.

- Ahora sí, me voy que llego tarde -dije levantándome y saliendo disparada al baño.

Me di una ducha rápida, y al salir enrollé mi cuerpo en una toalla, igual que mi pelo. Al volver a la habitación, me encontré a Dean tumbado en la cama. Buscaba en mi armario qué ponerme, cuando Dean me habló.

- ¿Tienes mucho trabajo hoy?

- Tengo que terminar de planificar la sesión de fotos de mañana. Y luego, la boda -dije mientras dejaba una falda y una básica encima de la cama-. ¿Y tú?

- Un par de reuniones a la tarde. Digamos que hoy tengo un día tranquilo -dijo sonriendo.

Me vestí, y volví al baño. Me desenredé el pelo y lo dejé suelto, para que se secase solo. Me puse un poco de maquillaje y entré de nuevo a la habitación. Cogí mi bolso y mi móvil y me acerqué a Dean.

- Estás en tú casa -dije dándole un beso-. No seas malo -le volví a besar y Dean sonrió.

- ¿No te puedes quedar un rato más? -dijo atrapando mi labio inferior. Yo reí, y me aparté.

- Ojalá, pero no. 

- ¿Quedamos para comer? -me preguntó antes de salir de la habitación.

- Ven a buscarme a las dos.

Salí de casa y me subí en el coche. Aparqué una calle mas arriba del local, y cuando bajé del coche, mi móvil empezó a sonar. Cuando vi quien era, sonreí. Descolgué el móvil, pero no me dio tiempo a hablar.

- Siento si molesto a estas horas, pero tenia la necesidad de hablar contigo una vez mas -dijo Dean, y yo sonreí.

- ¿Alguna vez te han dicho que eres un romántico?

- Siempre -dijo riendo-. ¿Has llegado ya?

- ¿No me acosaras todos los días, verdad? -pregunté riendo.

- No. A no ser que me des motivos para ello.

- Dean, creo que el único que me podría dar motivos aquí serías tú y... -al entrar en el local, me callé de golpe. Vi a Owens sonreírme, y yo tragué saliva.

- ¿Kate? ¿Sigues ahí?

- Sí, te llamo luego -colgué y me acerqué hasta Owens, que estaba en la mesa de Christie.

- Te estaba esperando -dijo Christie, frunciendo el ceño.

- ¿Por qué no pasa a mi despacho? -le señale con la mano, y empecé a caminar. Abrí la puerta, y paré-. ¿Me da un minuto? He olvidado decirle algo a mi compañera.

Owens asintió y me dirigí a la mesa de Christie. Cogí papel y boli, y le escribí que llamase a Dean diciéndole que Owens estaba aquí.

- Por favor, es urgente -le dije, y Christie asintió.

Volví a mi despacho, cerrando la puerta al entrar. Dejé mi bolso detrás de mi silla, y le miré, cruzándome de brazos.

- Bonito lugar. He visto que haces unas fotos muy bonitas -dijo Owens observando las fotos que tenia colgadas en mi despacho.

- ¿Como me has encontrado?

- Tengo mis contactos, puedo encontrar a quien yo quiera. Además, te dije que no sería la ultima vez que nos veríamos -dijo guardando su mano derecha en su bolsillo de pantalón.

- ¿Y qué quieres? -pregunté de mala gana.

- Te necesito esta noche. Dean tiene una pelea, y no puede cubrir el puesto en la mesa de juego -fruncí mi ceño, y aparté la mirada. ¿De qué estaba hablando? Le oí reirse, y le volví a mirar-. Oh, vaya, ¿no te lo ha dicho? -me quedé en silenció, y el rió-. Que incomodo... Bueno, siento ser yo el portador de estas noticias: Dean ocupa tu puesto por tu insolencia.

- ¿Mi puesto?

En esos momentos la puerta se abrió y Dean entró. Al ver a Owens, su mano formó un puño. Owens le miró, y luego a mi.

- Vaya, el guaperas ya esta aquí. Perfecto: os veo esta noche. Sed puntuales.

Owens pasó por el lado de Dean, el cual entró cerrando la puerta del despacho.

- Pensé que anoche lo aclaramos todo -dije saliendo de detrás de mi mesa.

- Lo siento, pero no quería que te preocuparas -dijo acercándose a mi.

- ¿Que me preocupara? Dean, entiende que me preocupo más cuando no se las cosas y me entero por terceros -solté frustrada. Suspiré, y le miré-. ¿Que es eso de que ocupas mi puesto?

- No quería que estuvieras en este mundillo, y ahora lo quiero menos al saber lo que has pasado. Así que me ocupo de tus partidas más las mías, y mis peleas. Por eso he desaparecido este mes -le abracé por la cintura, apoyando mi cabeza en su torso, y el besó mi cabeza-. Lo siento.

- La que lo siente soy yo -levanté mi cabeza, y sonreí débilmente-. Prométeme no solo que irás con cuidado, sino que ganaras -Dean sonrió y me besó la frente.

- Lo prometo.

Cita a ciegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora