Epílogo

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6 meses después.

Mayo, ya había llegado el día tan anhelado. Estaba en una habitación de la iglesia, mirándome delante del espejo ya vestida para dar el 'Sí quiero'. Me alisaba el vestido de arrugas imaginarias. Un vestido largo y blanco, palabra de honor con escote en forma de corazón y pliegues hasta la cintura, la cual estaba adornada con un pequeño cinturón de pedrería. Y la parte inferior, toda lisa hasta tocar el suelo. Me miré y remiré, y seguía habiendo algo que no cuadraba. La puerta se abrió y vi a Christie por el espejo.

- ¿Te queda mucho? -dijo a mis espaldas. Me giré lentamente y su boca se abrió por completo-. Estás preciosa, Kate -dijo con los ojos vidriosos.

- Sí, y tú también -dije con los ojos vidriosos también. Miré hacia arriba para no llorar.

Bajé la mirada y la observé detenidamente. El vestido de las damas de honor eran preciosos también, largos y lisos, palabra de honor, y en tonalidades crema y marrón. Se ajustaban a la figura, y a Christie le hacía un cuerpo de infarto.

- Se supone que es mi día, y te dije que tenías terminantemente prohibido venir más guapa que yo.

- Oh cállate, ¡si estás preciosa! -se acercó a mi y me giró, para que me viera en el espejo-. ¿Tú te has visto?

- Dejemoslo en que estamos las dos preciosas -dije sonriendo.

- Está bien, pero tú un poco más que yo -dijo sonriendo de oreja a oreja-. Dentro de cinco minutos pasarás a ser una mujer casada. ¿Qué se siente? 

- Que no quiero -dije apartando la mirada.

- ¿De que hablas?

- No me quiero casar, todo es tan... No sé.

- Eso son los nervios pre-boda. Respira hondo y relájate.

- No Christie, no puedo relajarme. Y tampoco puedo casarme.

Me acerqué a la puerta y asomé un poco la cabeza. Divisé a Danny de pie, mirando su móvil y buscando con la mirada a alguien. Cuando su mirada se encontró con la mía, negó con la cabeza y sonrió débilmente. Asentí y cerré la puerta.

- ¿Y ahora qué te pasa? Ya hablamos de esto, los nervios son normales.

Me puse los brazos en mi cintura, en forma de jarra, y empecé a hiperventilar. Christie se acercó y colocó sus manos en mi hombro.

- Kate, relájate. La boda va a ir perfecta. Vas a ser una gran mujer, y una gran madre -la miré con los ojos muy abiertos.

- Eso no ayuda a relajarse, ¿sabes? -suspiré, y Christie se apartó, inspeccionándome con la mirada.

Oh, no.

- ¿Esto no es por los nervios pre-boda, no? -negué con la cabeza.

- Amo a Dean con todo mi ser, y quiero casarme con él, pero hay algo dentro de mi que me dice... No sé, que no lo haga.

- ¿Algo o alguien?

- ¿A que te refieres? -pregunté con los ojos entrecerrados.

- No será por Steve, ¿verdad?

- ¿Steve? ¿Enserio? -no pude evitar reír-. Steve solo es un amigo, ha sido un gran apoyo durante todo este tiempo. El único que está en mi corazón es Dean, Christie. Siempre ha estado él.

- ¿Y qué vas a hacer? -dijo después de un silencio.

- Irme. No puedo salir ahí y decir que sí -dije acercándome a mi bolso y guardando mis cosas.

- ¿Te vas? ¿Como en la película 'Novia a la fuga'?

- Sí, pero con la diferencia de que yo no soy Julia Roberts y es la primera vez que dejo a alguien plantado en el altar.

- Vamos Kate, no hagas esto. Es una locura, seguro que hay otras opciones.

- No puedo hacer otra cosa -dije colgándome el bolso y mirando a Christie.

- ¿Meditarlo un par de veces más no es una opción? -negué con la cabeza, y Christie suspiró-. Hay más de cien invitados ahí fuera.

- Lo sé -dije agachando la cabeza.

- ¿Y qué pasa con la boda? ¿Con tu madre? ¡¿Con Dean?!

Cerré los ojos, reprimiendo las ganas de llorar. No podía derrumbarme, no ahora. Había tomado una decisión, y nada ni nadie me haría cambiar de opinión.

- No hay marcha atrás Christie -dije mirándola.

- Kate, esto es una locura.

- Lo sé -miré a mi alrededor, y después de unos minutos en silencio, la volví a mirar-. Necesito que me hagas un favor. 

- Lo que tiene que hacer una por su amiga... -resopló-. Dime.

- Necesito que le digas a Dean que lo siento mucho, que no puedo hacerlo. Y que le quiero mucho. Ah, y que no intente buscarme.

- ¿Te vas?

- Un tiempo. Tranquila, te mantendré informada, pero no le podrás decir nada a Dean, ¿estamos? -Christie asintió y la abracé fuertemente-. Gracias, de verdad. Eres la mejor.

- Lo sé -me separé de ella y le di un beso en la mejilla-. Te quiero.

- Y yo.

Salí de la iglesia por la otra puerta y paré un taxi. Cuando logré subir, le di la dirección y le pedí que se diera prisa en llegar. Y así lo hizo. Bajé del taxi con cuidado y me dirigí a la puerta. Piqué varias veces, y miré a mi alrededor. La gente que pasaba y me veía me miraba con la boca abierta, y yo me limitaba a sonreír y saludar con la mano. Menuda situación. La puerta se abrió y miré a Steve, el cual estaba con los ojos muy abiertos.

- Pensaba que te casabas hoy -dijo mirándome de arriba abajo.

- Y yo pensaba que vendrías a la boda -contesté-. ¿Puedo pasar?

Steve se hizo a un lado, recogí mi vestido para no pisarlo ni ensuciarlo más y entré en su casa. Le seguí hasta el comedor, y se sentó en el sofá. Yo me quedé de pie, mirando el panorama.

- Así que... -le miré y señaló mi vestido- ¿qué haces aquí?

- No me caso -dije rebuscando en mi bolso la ropa que metí. 

- ¿Novia a la fuga?

- Tenéis todos un serio problema con esa película -me di la vuelta y me aparté el pelo de la espalda-. ¿Puedes?

Steve se levantó y me desabrochó el vestido. Después se sentó de nuevo en el sofá y apartó la mirada. Yo, rápidamente me cambié el vestido por unos pantalones largos pitillos y una blusa de manga larga. Dejé el vestido encima de una silla. Lo acaricie, y recordé cuando fui a comprarlo, fue amor a primera vista. Seguro que Dean está que trina ahora mismo, y más si no le cojo el teléfono. Me acerqué al bolso, busqué mi móvil y sí, tenía montones de whatsapps y llamadas suyas. Apagué dicho móvil y lo guardé de nuevo en el bolso. Después, me senté al lado de Steve, el cual me miraba esperando una explicación.

- ¿No te casas? -se adelantó a preguntar, y yo negué con mi cabeza-. ¿Por qué?

- Porque no puedo. No creo que sea el momento todavía.

- ¿Ya no le quieres?

- Le quiero más que a mi vida Steve, pero no puedo casarme con él porque... -me callé de golpe, recordando lo que vi la noche anterior.

- Porque...

- Porque anoche pillé a Dean y Brenda besándose.

Cita a ciegasWhere stories live. Discover now