Cap. 39

662 42 0
                                    

- Se pondrá bien -dijo Christie.

- ¿Cuanto bebió? -preguntó Dean.

- Una copa, vi como se la daba un tío, y luego volvió con nosotros.

- Maldita sea.

Oí un golpe y abrí los ojos, parpadeando varias veces. Me froté la frente y miré a mi alrededor.

- Kate -dijo Dean arrodillándose a mi lado.

- Hola -dije con los ojos entrecerrados-. ¿Donde estoy?

- En mi despacho -me recosté poco a poco y vi a Larry-. Te desmayaste.

Miré a mi alrededor de nuevo, y era un despacho exactamente igual al anterior. Y en el estaban Larry, dos guardaespaldas suyos, Christie, James, Steve, Danny, Dean y yo.

- Es hora de volver a la normalidad -dijo Larry dando una palmada-. Venga, volved al ring -dijo mirando a Steve y Dean.

Estos se miraron, asintieron y salieron del despacho, seguidos por James, Danny y Christie. Yo me levanté e iba a salir, cuando Larry me agarró de la muñeca. Me giré y le miré frunciendo el ceño.

- Esto ha sido un aviso. A la próxima, será peor -le miré horrorizada, me soltó la muñeca y salí de allí.

¿Un aviso de qué? ¿Y que me había desmayado? Venga ya, nadie se desmaya por tomar una copa a no ser que... Paré en seco. Me giré y miré hacia la puerta, y vi a Larry sonriendo y mostrándome un sobre con algo dentro. La puerta se cerró, y todo cuadró: me había drogado.

No pude soportar ver esa pelea, y cuando vi que se dieron los primero golpes, salí de allí. Por seguridad, Danny vino conmigo. Estábamos en una de las barras, pero no pedimos nada. Yo no me fiaba, y Danny llevaba con la misma copa toda la noche.

- ¿En qué piensas?

- En que me han drogado -Danny giró su cabeza mirándome-. Es solo una teoría.

- ¿Y en que te basas?

- En que me he tomado una copa y me he desmayado. Sumale el echo de que estamos en una partida clandestina, la cual seguro que no solo implica dinero y sangre, sino droga también. Tú eres el poli, une los puntos.

Llegué a casa, sin Dean -ya que no quería seguir viendo la pelea-, pero con escolta policial. Pero eso solo lo sabia yo. Me puse el pijama y me tumbé en la cama, pensando en Dean. No pude evitar pensar en lo que me había pasado a mi esa noche, y en como supuestamente terminó él. Y en toda la mierda que tiene encima. Los ojos se me empañaron, y empecé a llorar. Todo era una mierda. Picaron a la puerta, pero no me levanté. No quería abrir a nadie. No quería ver a nadie. La puerta dejó de sonar, pero sonó mi móvil. Estiré la mano hasta la mesita y vi que era un whatsapp de Dean.

>>Dean, 04:57: ¿Me abres?<<

Suspiré, y no le contesté. Entonces me llamó. Joder. Me levanté y abrí la puerta. Le miré de arriba abajo, y guardó su móvil. Me sequé las lagrimas que cayeron antes y me aparté el pelo de la cara.

- ¿Larry te ha dado la noche libre? -me aparté y él entró. Cerré la puerta y me dirigí a la habitación. Cogí de la mesita una llave, me giré y se la tendí-. Que no se te olvide más veces.

- ¿Qué te pasa? -dijo quitándose su camiseta.

- Qué no me pasa es la pregunta -dije sentándome en la cama. Dean me miró con el ceño fruncido y siguió desvistiéndose-. Creo que estaba mejor cuando no sabía esto acerca de ti. Antes lo pasaba mal, ¿pero ahora? Apenas duermo por las noches, no sé donde estás, si estarás bien o no... No se nada.

Cita a ciegasWhere stories live. Discover now