Cap. 36

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Escuché un frenazo, levanté la vista y vi a Dean bajar del coche y dirigirse hacia mi a paso rápido. Me incorporé, y antes de poderle decir nada, me abrazó. Le abracé yo también, y noté como me apretaba más.

- Hey, ¿estás bien? -dije separándome de él.

- ¿Yo? -rió sarcásticamente-. ¿Y tú? Dios, pensaba que te perdía Kate -dijo volviéndome a abrazar-. No te volveré a dejar sola de nuevo, te lo juro.

- Tranquilo, estoy bien, ¿de acuerdo? -le miré a los ojos y le besé.

- ¿Qué ha pasado? ¿Qué te han dicho? ¿Te han echo algo?

- No ha pasado nada, simplemente ha sido un pequeño interrogatorio -dije encogiendome de hombros-. No he abierto la boca, así que puedes estar tranquilo.

- Siento haberte dejado sola, si al menos...

- Dean, está bien -dije cortándole, y le acaricie la cara. Él sonrió-. Vamos a casa, que estoy cansada.

Dean asintió, y nos metimos en el coche. Después puso rumbo hacia mi casa. Durante el trayecto ninguno de los dos habló. Al llegar a casa, yo me quité el vestido y me puse el pijama -que consistía en una camiseta de tirantes y unos shorts-, mientras que Dean se quedó en ropa interior. Nos metimos en la cama, y Dean pasó su mano por mi cintura, apretándome a él.

- Lo siento -dijo en un susurro-. Te quiero Kate, y no te quiero perder por nada en el mundo.

Entrelacé mi mano con la suya en mi vientre, y sonreí.

- Yo también te quiero Dean.

Miré el reloj bostezando, y suspiré. Odiaba esperar, y más si tenia sueño. En esos momentos escuché unas voces, me giré y vi aparecer a Bridget con el que suponía que era su marido, Christie y Luca. Puse la mejor de mis sonrisas y me dispuse a hacerle una sesión de fotos memorable.

- Y esta es la última -dije haciendo la última foto-. Listo.

- Genial -dijo Bridget sonriendo-. ¿Cuando las tendrás?

- El viernes. Pásate por la tienda y te doy el book y un par de fotos impresas.

- No hace falta que las imprimas.

- Son un regalo -dije sonriendo, y Bridget asintió.

- Bueno, nosotros nos vamos ya. Muchas gracias por todo, de verdad, sois increíbles.

Nos despedimos de la pareja y nos fuimos hacia el local. Al entrar, me fui directa al despacho. Dejé lo que utilicé esa tarde y cogí lo que necesitaba. Después de cerrar salí con Christie y Luca a cenar, ya que Sarah se había ido pronto. Antes de entrar en el restaurante, nos pasamos por el coche para dejar el material. Luego, fuimos a cenar. Decidimos ir al Blue Harmon, ya que estaba cerca, era barato y había buen ambiente. 

Estábamos hablando mientras esperábamos nuestro pedido, cuando oí una risa un tanto particular. Me giré un poco en mi asiento, y vi a Brenda. Con Steve. ¿Pero qué narices?

- ¿Qué miras? -preguntó Christie.

- Nada -dije sentándome bien, y sonriendo.

Durante la cena, no paraba de pensar en Brenda y Steve. Joder, esa zorra es una depredadora. Levanté la vista y vi a Steve dirigirse al baño.

- Ahora vengo, voy al baño -dije levantándome.

Llegué a los baños, y mirando que no entrara nadie, me metí en el de hombres. Cerré la puerta detrás de mi y vi a Steve meando.

- Oh joder -dije girándome.

- ¿Kate? ¿Qué haces tú aquí?

- Lo mismo te iba a decir yo -dije todavía de espaldas.

- Esto es el baño de hombres -escuché correr el agua, así que me giré y le vi lavándose las manos.

- No en el baño, en el restaurante.

- Pues cenar.

- ¿Podrías dejar de dar respuestas tan lógicas?

- Pues haz preguntas más precisas -dijo sonriendo, mientras se secaba las manos.

Suspiré.

- ¿Qué haces cenando con Brenda?

- ¿De qué conoces a Brenda? -preguntó frunciendo el ceño.

- ¿Es tu novia o algo?

- ¿Qué? ¡No! -dijo riendo-. Contéstame. ¿De que la conoces?

- No le digas que me conoces.

- Pero...

- Enserio Steve -dije cortándole-. No se lo digas. Iré a verte y te lo contaré todo.

Me di la vuelta y salí del baño. Me dirigí a mi mesa y me senté.

- ¿Donde estabas? -preguntó Luca.

- En el baño.

- ¿Estabas vaciando? -dijo Christie.

- Estamos comiendo -Christie sonrió-. Eres una cerda.

- Eso es un sí -dijo mirando a Luca.

- Eso es un no estaba vaciando, me había encontrado a una clienta en el baño y estaba hablando con ella.

- ¿Y no has vaciado?

- ¡Christie!

- Vale, vale. Lo pillo. Soy una cerda.

A los segundos los tres estallamos en una carcajada.

Llegué a casa, y cuando dejé las cosas encima de la mesa, vi a Dean aparecer.

- Hola -dijo acercándose a mi y besándome-. ¿Donde estabas?

- Cenando con Luca y Christie -dije sonriendo. Le vi vestido, y fruncí el ceño-. ¿Te vas?

- Sí. A causa de la redada, han cambiado de lugar. Y hay una partida para celebrar la nueva apertura.

- Oh.

- Volveré pronto, no te preocupes -dijo besándome la frente. Y después de eso, salió de mi casa.

Mi despertador sonó y lo apagué. No había pegado ojo en toda la noche. Me giré en la cama, y Dean no estaba. Suspiré. Decidí llamarle de nuevo, pero nada. Maldita sea. Me levanté de la cama y fui a la ducha. Al salir, mientras miraba qué ponerme, mi móvil empezó a sonar. Me acerqué corriendo, pero el numero que aparecía en la pantalla no lo conocía.

- ¿Sí? -pregunté.

- Hola cariño -suspiré, era la voz de Dean.

- ¿Dean? Dios mio, ¿se puede saber donde estás? ¿Y tú móvil? ¿Qué numero es este?

- Tranquila -dijo riendo-. Me dejé en tu casa la copia de las llaves que me diste, y como no quería despertarte, me quedé en casa de James. En cuanto a mi móvil, sin batería, te llamo desde el móvil de James.

Me callé. No me cuadraba esa historia.

- ¿Kate? ¿Sigues ahí?

- Sí, sí. Solo que estoy mirando qué ponerme para ir a trabajar. ¿Cuando volverás?

- Pronto.

- ¿Cuando es pronto?

- Te llamo cuando vaya a llegar. Ahora tengo que irme. Te quiero, no lo olvides.

- Yo también te quiero Dean, ves con cuidado.

Y colgó. Seguí mirando qué ponerme para ir a trabajar, pero mi mente seguía en Dean. ¿Donde se había metido para mentirme de tal forma? Opté por unos shorts tejanos altos y una blusa de color blanca, y de calzado unos zapatos con un poco de tacón. Después, cogí las cosas del trabajo y me fui a trabajar.

Cita a ciegasWhere stories live. Discover now