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Narra Ace

Ni dos minutos han pasado y estoy temblando, desde luego no por el frio.

— ¿Cómo puedo saber que eres sincero y no juegas conmigo como todos? —grito, manteniendo la distancia entre los dos —¿cómo se que dices la verdad y no es una broma que solo me hará daño?

— Nunca jugaría con tus sentimientos.. ni con los de nadie —parece tan sincero que me asusta —confía en mi por favor.

Extiende su brazo, aún en la distancia, respetando el limite que he puesto entre los dos. Su mano me invita a acercarme, sus ojos en la distancia clavados en mi a que confíe.

— No seas ingenuo —me digo a mi mismo.

El recuerdo de tantos rechazos, desde el primero hasta el de la última noche en la que salí vuelven a mi, humedeciendo mis ojos, quebrando más, si es posible, mi corazón.

Temblando aún más avanzo varios pasos, al lado contrario del que debería, acercándome a ese hombre frente a mi, manteniéndose serio, firme, con su brazo aún estirado hacia mi. Me detengo a escasos tres pasos de él, viéndole de más cerca, asombrándome por su rostro pálido, sus ojos pequeños, sus labios, su expresión amable.

Despacio muevo mi brazo, elevándolo, dejando caer mi mano sobre la suya, siendo apretada con suavidad, aceptando así darle una oportunidad, temiendo lo que pueda pasar cuando me conozca al menos un mínimo en esa cita y se marche, abandonándome él también.

— No soy un monstruo —le miro, asintiendo despacio —¿cómo es tu nombre? El mio ya lo sabes si no se te ha olvidado.

— Chung Hyeop —asiente, mostrando una sonrisa que le oculta los ojos —tengo que irme a casa..

— ¿Puedo acompañarte?

Me encojo de hombros, apartando mi mano de la suya, tomando el rumbo que dejé atrás para acercarme a él, avanzando cada paso en silencio, sintiéndole en todo momento en mi lado, rozándose en alguna ocasión nuestras manos.

— ¿Vives lejos?

— Al final de la carretera —señalo la única casa sin luz —justo en esa. ¿Y tu?

— En la otra dirección. Cerca del parque que te comenté antes —asiento, viendo hacia atrás la enorme distancia que tendrá que recorrer después.

— No tienes que acompañarme si no quieres. Tu casa queda lejos y es tarde —sus ojos se cruzan con los míos, apartando los míos, sintiendo mis mejillas arder —podría ser peligroso que vuelvas solo tan tarde.

— No me pasara nada —nos detenemos frente a mi casa, sacando la llave —¿vives aquí de verdad? ¿Tu solo?

— Yo solo —asiento —a veces viene mi mejor amigo cuando sale tarde del trabajo pero normalmente estoy solo.

— Está bien. No olvides cerrar con llave en ese caso —entro en mi casa, encendiendo la luz de entrada —¿puedo venir a buscarte aquí sobre las.. ocho?

— ¿De verdad no bromeas? —un suspiro escapa de entre sus labios —está bien.. a las ocho aquí.

Le veo irse a la carrera, gritando cosas que no logro comprender. Un hormigueo recorre mis mejillas, formándose una pequeña sonrisa cuando le veo alejarse tan contento, corriendo, recordando por un momento al otro chico con el que choqué y se fue corriendo, siendo ambos movimientos, el de Chung Hyeop y el del desconocido ese similares.

Cierro la puerta a mi espalda, dejando la llave puesta y voy a mi habitación, metiéndome directamente en la cama, durmiéndome nada más apoyar la cabeza en la almohada, sintiendo una sensación completamente diferente recorrer mi cuerpo hasta mi corazón.

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