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Narra Ace

— ¿Vas a decirme ya de que se trata? O al menos dejame quitarme la venda de los ojos —sus manos aprietan las mías cuando intento bajar la tela oscura —me da mala espina todo esto. ¿Eres realmente un asesino enserie y acabaras conmigo?

— Si por eso estamos ahora en una sala llena de machetes y otras armas mortíferas —no puedo evitar tensarme —cariño era broma. Relajate que no es nada malo lo que quiero que veas o eso creo..

— No puedo verlo si no destapas mis ojos.

— Enseguida que lo estoy preparando —solo escucho movimiento a mi alrededor —ya está.

Siento la tela deslizarse por mi, cayendo en manos de Hyeop cuando al fin me libera de ello. Parpadeo acostumbrándome a la repentina luz, mirando todo cuanto nos rodea, sintiéndome completamente confuso.

— ¿Dónde se supone que estamos? Da un poco de miedo estar aquí.

— Aquí me crie —le miro, siguiéndole cuando pasa por una puerta —pensé en darte una parte más de mi vida ya que tu compartiste todo sobre ti conmigo. Ahora que sabes de la existencia de mis padres.. solo pensé que te gustaría saberlo.

— ¿Esta es la casa de tus padres? —asiente —pero si parece.. una ratonera. Sin ofender pero lo parece.

— No me ofendes porque es lo que es —dejo mis manos sobre las suyas cuando se abraza a mi espalda —lo siento si no es lo que esperabas..

— Es algo que no te mereces —me giro entre sus brazos —¿nadie se dio cuenta de la condición en la que os tenían?

— Hasta que mi hermana no nos saco de aquí no —salimos de lo que se supone es la sala —dormíamos los cuatro arriba en la única habitación. Más de una vez yo dormí en la cocina cuando mis padres.. prefiero no recordar eso. Es asqueroso solo pensarlo.

— Vámonos de aquí —asiente aún entre mis brazos —deberíamos destruir esta casa. Bueno casa.. ratonera porque un contenedor en más limpio que todo esto.

— Mi madre vive aquí aún —le miro a los ojos —solo que estará.. vete tu a saber donde y la verdad no me importa. No vamos a tirarla abajo. Ella arruino mi vida pero yo no soy como ella y no la voy a dejar sin hogar aunque sea esto.

— Hyeop —le hago mirarme, limpiando sus mejillas húmedas —conmigo no vas a tener necesidad de recordar nada de esto. Tenemos un hogar juntos que decorar a nuestro gusto y lo más importate que es nos tenemos el uno al otro. Me tienes a mi y no necesitas más de todo lo demás. Fue una vida dura pero se queda en el pasado ¿de acuerdo?

Asiente, abrazándose mejor a mi cuerpo. Acaricio con calma su espalda hasta que se calma, yendo a la puerta por la que hemos pasado cuando aún tenia los ojos vendados, abriéndola, deteniéndonos cuando una mujer aparece frente a nosotros. La tensión en el cuerpo abrazado al mio crece tanto que no dudo en protegerle, manteniéndole a mi espalda cuando la mujer intenta tocarle, impidiéndoselo.

— Apártese de la puerta —gruño sin soltar a Hyeop.

— ¿Es.. mi niño? —niego con la cabeza —oh vamos yo le di la vida a mi pequeño bebe. No tiene que esconderse de mi.

— ¿Le ha dado la vida? ¿Qué vida? He visto esta ratonera y es asqueroso imaginar ver a un niño pequeño criándose aquí. Seguramente hasta estaba desnutrido y podría asegurar que ni estaba limpio. No va a acercarse nunca a él ¿me oye? Yo le doy lo que jamás será capaz de darle por muy madre suya que sea. Ahora apártese o la apartaré yo.

La mujer, poniendo una expresión que piensa me ablandara, se hace a un lado, permitiéndonos salir. Cruzamos la puerta si pero antes moviendo a Hyeop de modo que queda frente a mi, entre mis brazos, de forma que puedo protegerle mejor cuando salimos y nos alejamos de la mugrosa casa, subiendo a la seguridad de su coche sin soltarle en ningún momento.

— Conduce lejos por favor.. no quiero verla.

Meto la llave en el contacto, girándola, conduciendo dentro de los limites de velocidad permitidos, alejándonos lo más rápido posible de lo que queda en pasado. El silencio dentro del vehículo solo es roto por mi novio que no deja de llorar en el asiento del copiloto. Alargo mi mano hacia la suya, sintiendo el apretón que da cuando la enlaza secándose las lágrimas con el dorso de mi mano.

— ¿Quieres que vayamos a casa y te preparo un baño?

— Quiero comer helado —le miro por un segundo confuso —cuando me siento mal siempre como helado. Pero el baño tampoco suena mal. Podríamos hacer las dos cosas.

— Pararé a comprar helado entonces.

Conduzco hasta llegar al supermercado más cercano, aparcando, bajando cuando Hyeop decide quedarse en el coche, entrando en hasta la zona de congelados, tomando varias tarrinas grandes que pago cuando es mi turno, volviendo al coche.

— No te las comas aún —me mira con ojos de niño inocente —está bien pero deja alguna para cuando lleguemos a casa.

Sonríe con la boca llena de helado de chocolate.

Conduzco de vuelta a casa, a la que aún es la mia hasta mañana que nos mudamos definitivamente cuando llevemos nuestras cosas y mis padres lleguen a su nuevo hogar. Entramos cuando solo queda media tarrina de una de las cuatro que he comprado. Guardo todas en el congelador, yendo con Hyeop al baño, preparando la bañera con agua tibia porque no hace frio como para calentarla demasiado.

— ¿Está lista? —asiento, girándome encontrándome con Hyeop ya desnudo, comiendo aún helado —¿vas a entrar conmigo?

— Vas a entrar tu y yo me quedaré contigo —le quito la tarrina para que entre en la bañera —¿cómo comes tanto y no engordas?

— No lo se pero no como tanto —le doy el helado, sentándome en el borde de la bañera —entra conmigo.

— No quiero mojarme Hyeop —le veo comer más helado, terminándolo —¿quieres otro?

Niega con la cabeza.

— Quiero que mi prometido se meta en la bañera conmigo.

— ¿No pararas hasta que lo haga?

— Exacto —me salpica sonriendo —venga desnudate o te meto con ropa y todo.

Me levanto de donde estaba sentado, quitándome la ropa bajo su atenta mirada, metiéndome en el agua, siendo llevado por Hyeop hasta que me abraza con sus piernas y brazos, sonriendo cuando deja un beso con sabor a helado en mis labios. Acaricio sus brazos sobre mi cintura, sintiendo sus dedos jugando sobre mi abdomen, deteniéndole cuando se acerca a la zona peligrosa de mi cuerpo.

— ¿Te encuentras mejor? —me atrevo a preguntar.

— Mucho mejor ahora que estás conmigo —desliza nuestros cuerpos un poco más abajo en la bañera —eso que le dijiste a mi madre.. se que le ha dolido pero se lo merece ¿no?

— Y se merecía más pero no quería dejarte más tiempo cerca de esa mujer —inclino un poco la cabeza hacia un lado, mirándole a los ojos —todo cuanto dije es cierto. Se que es tu madre porque te ha traído a este mundo pero eso no era vida dado el estado en el que os mantuvieron por a saber cuanto tiempo.

— Olvidalo mejor —asiento porque es lo mejor —tengo hambre.

— Un novio sin fondo —ambos reímos —si me dejas salir te hago la cena.

— Creo que no te dejaré ir entonces —gira quedando sobre mi —mañana inauguramos nuestra casa con una cena y como debe ser y no acepto un no.

Asiento porque eso es lo que acordamos. Sus labios ahora sobre los míos y sus dedos moviéndose cerca de mi trasero me advierten de lo que sucederá mañana, empujando sin poder evitarlo mis caderas hacia él, profundizando el beso, quedándose la cosa en ese beso que parece simple pero no lo es por todas las promesas que trae con la unión de nuestros labios, amoldados a la perfección entre si.

You are my Nº 1Where stories live. Discover now