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Narra Ace

Me despierto sin sentir dolor de cabeza después de tantos días en los que eso era lo que me hacia despertar. Estiro mejor de las sabanas, cubriéndome hasta el cuello cuando el frio invade mi cuerpo, sintiéndome desnudo. Frunzo el ceño por unos segundos, moviendo mis manos por mi cuerpo, sintiendo mi desnudez completa, la falta de mi pijama. Rozo con mis dedos mi entrepierna, bajando hasta dar con ese punto, apartando los dedos cuando una punzada de dolor recorre mi cuerpo, incorporándome hasta quedar sentado, sintiendo la molestia justo en esa parte. Giro mi cabeza hacia un lado cuando un suave ronquido resuena a mi lado, viendo a Chung Hyeop durmiendo a mi lado, desnudo, con la sabana cubriendo solo su parte más íntima. Vuelvo a mirar mi cuerpo desnudo, recordando lo que anoche paso, mordiéndome el labio nervioso porque ya no tengo esa carga en mi, además de que ahora tengo novio.

Soy novio de alguien y he tenido relaciones sexuales sin ser rechazado más veces.

Me vuelvo a tumbar, quedando sobre Hyeop, con cuidado de no cargar todo mi peso en su cuerpo, quien abraza con fuerza mi cintura cuando me siente sobre su cuerpo, aguantando un gemido cuando roza su miembro con el mio a pesar de estar la sabana entre los dos.

Acerco mi cara al hueco libre en su cuello, dejando pequeños besos en el, sonriendo cuando se mueve un poco, cubriendo sus ojos con su brazo, bajando mis besos por su cuerpo, deteniéndome a admirarlo, dejando de sonreír ante la diferencia entre el suyo y el mio, acariciando la suavidad en su vientre, sintiendo mi estomago revolverse porque por mucho ejercicio que pueda hacer nunca seré como el prototipo ideal de hombre deseado.

— ¿En que piensas tanto? —su voz ronca me hace sobresaltarme —¿estás cómodo sobre mi cuerpo?

No respondo. Me aparto de su cuerpo, tapándome con la sabana hasta la cabeza cuando me acuesto en mi lado de la cama, tirando hacia arriba de la tela cuando trata de destaparme, sintiendo de pronto su peso sobre mi, viéndole cara a cara bajo la sabana, viendo el hueco por el que se ha colado hasta dejarme entre su cuerpo y el colchón.

— No me mires —intento girarme, sin éxito —no soy digno de ello.

— Eres un bobo —sostiene mis mejillas entre sus manos, presionando sus labios sobre los míos —eres precioso Wooyoung. Y te lo diré tantas veces como haga falta.

— Estás ciego —protesto, sintiendo sus labios sobre mi cuerpo —para..

— No voy a parar hasta que digas que eres precioso —me cruzo de brazos, aguantando un gemido cuando introduce un dedo en mi interior —duele..

— Tendré que hacerte el amor para que me creas con que eres precioso —vuelve a estar sobre mi, y en mi interior entre mis piernas —relajate que no quiero hacerte daño.

Sus labios besan los míos, calmándome cuando embiste moviendo sus caderas, gimiendo cuando lo hace de nuevo, dejándome llevar por sus labios, sintiendo su miembro entrando y saliendo, rozando ese punto en mi interior, arañando su cuerpo, gritando cuando presiona y llega el orgasmo, temblando entre su cuerpo y el colchón, aferrándome mejor a su cuerpo, apretando mis pies sobre su trasero, empujándole más profundo en mi interior, haciéndole llegar al orgasmo, sintiendo su esencia llenándome, uniéndonos más si es posible, besando sus labios, abrazándome de tal forma a su cuerpo que no le permito moverse, aunque él tampoco parece querer moverse, sonriendo bajo sus labios.

— Esa sonrisa debería estar siempre en tu preciosa cara —me arden hasta las orejas —repite conmigo esto Wooyoung.

— ¿El que? —le miro confuso.

— Di: Soy precioso y mi novio es Choi Chung Hyeop.

— Eres un idiota —niega, riendo —y precioso. Y mi novio. ¿De verdad eres mi novio?

You are my Nº 1Where stories live. Discover now