16

30 5 8
                                    

Narra Baron

No recuerdo el momento en que me quedé dormido pero ahora, recién despierto y con cierta dificultad para separar del todo mis parpados, me estiro en la cama, haciendo crujir cada parte de mi cuerpo, estirando mi brazo derecho hacia donde se supone que Wooyoung deba estar, encontrándome con la fría ausencia de mi novio.

— ¿Woo? —cubro bien mi cuerpo desnudo —¿estás ahí?

Confuso por no obtener respuesta alguna salgo de la cama, sintiendo el suelo frio bajo mis pies. Cojo del suelo la ropa que traía conmigo antes de meterme desnudo en la playa y salgo de la habitación, sintiendo aún mi cuerpo algo pesado por el sueño.

— ¿Wooyoung? —entro en la cocina —¿dónde te has metido? No tiene ninguna gracia.

Miro por la cocina, a través de la ventana que da a la parte trasera de la casa, sin llegar a verle. Giro sobre mis talones, gruñendo cuando mi pie descalzo choca contra la pata de la silla, doliendo cuando doy un paso y otro para salir de la cocina.

Busco a Wooyoung en los baños, la sala, en la parte trasera de la casa. Nada.. ni rastro de mi novio.

Me pongo las zapatillas lo más rápido que mis temblorosas manos me permiten, saliendo de casa, tomando rumbo hasta el coche donde tampoco está, yendo al único posible lugar que se me ocurre, acelerando mis pasos cuando la molestia por el golpe desaparece.

— ¿Wooyoung? —avanzo mirando a todas partes —me va a volver loco como no aparezca..

Recorro casi toda la playa lo más rápido que mi cuerpo y mis piernas me permiten, llegando a la zona donde algunas rocas se apilan, deteniéndome al ver una silueta sentada sobre ellas.

— Woo —me acerco, llamando su atención —¿qué haces ahí?

— Solo estaba pensando —me siento a su lado —te vi tan profundamente dormido que no quería despertarte.

— ¿En que estabas pensando? —uno mi mano a la suya, deslizando mis dedos entre los suyos —no me digas por favor que de nuevo estás con tus inseguridades..

— No es eso —su mirada se pierde al frente —no se que he hecho para merecerte Hyeop.. has estado esperándome en todo momento y yo solo te alejaba de mi aunque realmente no nos veíamos cuando nos dimos ese tiempo. Cuando me marché más bien enfadado por lo que escuche y malinterprete.

Menos mal que no esta de nuevo dejándose llevar por sus inseguridades.

— Sabes perfectamente lo que siento por ti —dejo varios besos en su rostro y labios —no quiero volver a perderte aunque sea durante un segundo.

— No voy a irme a ninguna parte sin ti pero.. —conecta sus ojos con los míos —¿qué pasaría si fueses tu quien se cansase de mi? Soy más inseguridades que persona Chung Hyeop y ningún ser humano soporta eso toda su vida. No creo que pueda cambiar eso de mi. Al menos no a corto plazo y tengo miedo de hacerte daño aunque no sea a propósito o de que te canses de mi. Todos acaban haciendo eso aunque tu seas el que más tiempo ha estado conmigo, el que se ha llevado una gran parte de mi y ya sabes a que me refiero, el que está en mis pensamientos y mi corazón todo el dia, todo el tiempo. No seguiría si te perdiese porque te hayas cansado de mi.

En este momento justo no se que podría decir que me duela más. Sus palabras, su confesión ante su mayor miedo a ser yo quien se canse de lo nuestro, de él, el nudo que se formaba en su garganta quebrando su voz con cada palabra que decía, ese sentimiento de rendirse que tiene como opción o las lágrimas que manchan su preciosa cara, limpiándolas sin dudarlo con mis manos, besando cada punto de su rostro que ha sido manchado, llegando a sus labios donde me detengo.

— Wooyoung —cierra sus ojos —mirame por favor.

No abre los ojos en ningún momento, optando finalmente por abrazarle, por sentarle sobre mis piernas sin perder el equilibrio sobre la roca.

— Seria un idiota integral por dejarte si lo hiciese Woo —acaricio su espalda, sintiendo su respiración y sus lágrimas en mi cuello y hombro —si un día peleamos porque todas las parejas acaban pasando por eso lo arreglaremos. No va a cumplirse ese miedo que tienes porque no me voy a cansar nunca de ti. Me he vuelto loco buscándote por toda la casa temiendo que te hubieses ido. Los días que estuvimos separados de no ser porque la comida que me mandaste, que estaba buenísima, no habría probado bocado. ¿Qué estúpido se cansaría de alguien tan perfecto como tú? Hasta tus miedos y tus inseguridades aumentan lo mucho que te quiero. Si ahora mismo tuviese que hacer una lista de cuanto siento por ti llenaría la playa entera confesándome ante ti.

— Eso lo dices por decir. Para que no llore más en tu hombro.

— Lo digo porque —subo su mano a mi corazón —lo siento aquí y no se ira jamás. ¿No notas lo fuerte que late cada vez que estoy contigo?

Sus ojos poco a poco se abren, sonriendo cuando al fin me mira, acariciando su suave mejilla, aunque empapada por las lágrimas, aceptando el pequeño beso que deja en mis labios.

— Lástima que no hay nadie aquí porque no dudaría en gritar lo mucho que te quiero Jang Wooyoung.

— No vas a gritar nada. Ya me hiciste a mi pasar por eso ¿recuerdas?

— Recuerdo cada cosa que he vivido contigo —le siento bien sobre mis piernas —cada uno de los recuerdos que tengo a tu lado, cuando llorabas, reías, sonreías, te quejabas diciendo que no querías un número dieciséis, cada gruñido de tu estomago cuando no querías comer temiendo engordar, esa tensión que se forma en tu cuerpo, esos suspiros que salen de entre tus labios, cuando finges dormir y te despierto besando cada parte de tu anatomía. Incluso cuando me pellizcas el trasero creyendo que no me doy cuenta. Todos esos momentos y los que no he mencionado y seguiremos compartiendo en el futuro están grabados en mi memoria y no los voy a olvidar. Porque te quiero y te has vuelto un constante en mi vida que no quiero que nunca se acabe ni se marche.

— Hyeop —se incorpora quedando mejor sentado en mis piernas —no se como preguntarte eso sin que pienses que soy ridículo o idiota.

— Preguntalo y ya está.

— Está bien.. Choi Chung Hyeop.. ¿querrías.. te gustaría.. quieres vivir conmigo? —sus palabras me sorprenden tanto que creo que se me va a escapar el corazón —di algo..

No digo nada porque ni mil palabras podrían decir más que mis labios amoldándose a los suyos, respondiéndole de esta forma.

— Me iré a vivir contigo —ambos sonreímos —¿pero donde? Tu casa.. la mia.. ¿o buscamos otra?

— No lo vamos a decidir —asiento despacio, aunque confuso —¿tu no tenias algo que ibas a enseñarme cuando fuese de noche?

You are my Nº 1Where stories live. Discover now