Capítulo 2: Nuestro Camino Ninja

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Sasuke

Miles de libretas y papeles se hallaban esparcidos en el suelo de la oficina del Hokage cuando llegué allí. Sin embargo, Kakashi no parecía inmutarse por ello mientras leía sentado uno de sus clásicos libros eróticos. El Sombrero del Hokage se hallaba mal colocado sobre su corto pelo de color plata y, cualquiera que no le conociera bien, pensaría que era un intruso en la oficina del Hokage.

- Es ridículo que el Hokage de la Aldea de la Hoja este leyendo esas cosas. - exclamé mientras me paraba frente a su escritorio.

- Oh, Sasuke. Ahí estas, no me di cuenta de que estabas allí. - Sí, como no.

- ¿Qué necesita Kakashi- Sensei?

- Siempre tan directo. - murmuró mientras cerraba su libro y se enderezaba para enfrentarme. - Necesito que vayas a la Aldea Escondida entre la Niebla para una misión clase A, toda la información que necesitas saber ya está en tu casa.

- Había dicho que nos necesitaba acá. - Repliqué con molestia.

- La Aldea de la Hoja necesita a Sakura acá. Es la directora de un hospital que, en este momento, colapsa. Además, el número de bajas de nuestros ninjas ha subido los últimos meses debido a falta de tratamiento médico adecuado. Ella debe quedarse. Tú, por otra parte, eres un ninja con habilidades de ataque superiores al nivel Jonin habitual, además, conoces mejor que nadie el Mundo Ninja y, a diferencia de la mayoría, trabajas bien solo. La Aldea necesita que la ayudes desde fuera.

- Debe haber alguien más. - contesté con obstinación. Pero las palabras de Kakashi eran irrefutables. Sakura y yo podríamos querer permanecer juntos, pero las responsabilidades que teníamos como Ninjas eran diametralmente opuestas. Siempre había sido así, y por ello le había lastimado tantas veces. No iba a permitir que eso pasara de nuevo.

- Veo que te estás empezando a dar cuenta de que tengo razón.

- ¿Cuánto durará la misión?

- Dos meses, aproximadamente.

- No puedo aceptarla, envié a alguien más. - Respondí sin dudar. Era demasiado tiempo lejos de casa.

- ¿Por qué tienes que hacer las cosas tan difíciles, Sasuke? Si quieres proteger a tu familia debes hacer lo que digo.

- La última vez que dijo algo así casi asesinan a Sakura.

- Tienes que dejar de verla como una damisela en apuros, es la ninja más fuerte de la Aldea.

- Fuerte o no, mi decisión es esa. No puedo esperar que usted lo entienda.

- Espera Sasuke. - Pero para cuando terminó de decir la última sílaba ya me había esfumado en una cortina de humo.

Caminé sin rumbo fijo a lo largo de la Aldea. Algunas personas me miraban con desdén y otras con desconfianza. Parecía un ermitaño que se había topado por casualidad con aquel pueblo. Y de seguro lo sería, si no tuviera a Sakura. Hace unos años, pensaba que la mejor forma de proteger a las personas que quería era luchando por mi cuenta sin importar el costo ni las consecuencias. Podía arriesgar mi vida y acariciar los límites de la muerte, siempre y cuando, supiera que el día siguiente los demás seguirían viviendo.

Abandoné la Aldea y me autoexilié por largos meses porque la vida de un asesino a sangre fría no valía nada si no moría con honor para redimirse. Había largos días en los que mi boca no probaba un bocado y otros en los que me dejaba ser golpeado hasta querer no despertar jamás de la inconsciencia. Entonces ella apareció. Y, de nuevo, tuve un propósito claro. Cuando la vi luchando en Tanigakure, después de tanto tiempo, recordé lo que Naruto e Itachi habían intentado decirme tiempo atrás. Y decidí dejar entrar un poco de luz a la basta neblina que había nublado mi existencia hasta ese momento.

La Última Misión del Clan Uchiha: La despedida de SasukeWhere stories live. Discover now