Capítulo 24: El Poder de la Hoja

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Sasuke

Atardecía cuando salimos de aquella oscura fortaleza de piedra, pero ni siquiera las más frías brisas otoñales podían compararse con el helaje que había sentido las pasadas noches. Observé la espalda de Sakura, quien caminaba metros más adelante que yo. Y, en su dorso, se alzaba orgulloso el símbolo del Clan Uchiha bajo las luces naranjas que teñían el cielo. Apreté mi puño. Los Zetsus nos habían organizado en fila. De esta forma, a mí me era posible verla a ella, pero Sakura apenas podía escuchar mis pasos al pisar una hoja seca. Era un constante recordatorio de que, aunque estaba viva, su vida dependía de mi obediencia; un sucio juego mental. Aparte aquellos pensamientos de mi mente y me enfoqué en repasar una y otra vez el plan o, como mejor debía llamarse, la única posibilidad que tendríamos de éxito.

Las horas transcurrieron sin descanso mientras caminábamos a través de escarpados y lóbregos caminos a través del bosque. Cuando llegó la madrugada, nuestros pies estaban entumecidos y nuestra respiración se congelaba frente a nuestros ojos. A la distancia, se podía escuchar algunos lobos aullar y, con suerte, un poco de luz de luna lograba colarse a través de espesas nubes e iluminar nuestro pasaje. Me concentré en memorizar la ruta en la que nos conducían para tratar de adivinar nuestro destino. Si manteníamos nuestro rumbo, llegaríamos a una gran llanura en medio del bosque para cuando llegara el amanecer. Aquello era alentador, pues estábamos unas millas más cerca de la Aldea de la Hoja.

Estiré los dedos de mi mano y volví mi atención a Sakura, quien había ralentizado el ritmo. Sólo esperaba que nuestros cuerpos, aún débiles por los eventos de los últimos días, soportaran las bajas temperaturas y el esfuerzo físico al que eran sometidos. Aún necesitábamos fuerzas para luchar.

No pasó mucho tiempo hasta que la llegada del sol consumió lo que quedaba de la noche. Así, caminamos por un par de horas más hasta llegar a la gran planicie en medio del bosque. El lugar debía tener un tamaño similar al del estadio donde se habían realizado los exámenes Chunin tiempo atrás. Y, aunque nuestro grupo era casi medio centenar de personas, se sentía completamente vacío. Sakura y yo fuimos conducidos hasta el corazón del arenoso llano donde nos ordenaron arrodillarnos y permanecer en silencio. Como lo sospechaba, aún esperábamos al resto de ellos. Podrían ser cientos o medio millar de Zetsus, después de todo, habían existido millones. Era difícil aceptarlo, pero de esa cifra dependía si nuestra sobrevivencia en todo esto podía ser algo más que un milagro.

Media hora transcurrió sin que nadie hiciera o dijera una sola palabra. Los Zetsus permanecieron inalterables sin siquiera moverse de su posición, y se limitaban a mirarnos a Sakura y a mí impasibles. Algunos de los humanos que quedaban entre ellos aprovecharon la oportunidad para huir y escabullirse en el bosque, y los Zetsus no mostraron ningún signo de que les importara. De repente, se empezaron a escuchar en la distancia las pisadas de un grupo de personas. Se movían con rapidez, pero sin apremio. Me concentré aún más. Una... doce... quince... treinta...

- Prepárate Sakura. - Asintió. Para este momento ya debía de haber terminado de soltar las sogas que sujetaban sus manos. - Ellos son...

- 200.- Asentí.

De pronto, de los arbustos empezaron a aparecer decenas de Zetsus Blancos que nos rodearon hasta formar un blanquecino mar que se perdía a la vista. Los demonios que hasta ese momento nos habían escoltado, se libraron de su disfraz y se camuflaron con el resto al volver a su forma original. Mi mente se ocupó en buscar vías de escape certeras e ideas de contraataque por si nuestro plan no funcionaba. Si era sincero, no esperaba que tantos Zetsus Blancos hubieran escapado y se hubieran congregado desde hace tanto tiempo, únicamente, para salir de esta dimensión. Si con sus cifras, aún temían a los Ōtsutsuki, tendríamos que tomar este asunto con más seriedad al volver a la Aldea de la Hoja. Una estruendosa y grotesca risa retumbó. Y Sakura y yo nos levantamos.

La Última Misión del Clan Uchiha: La despedida de SasukeWhere stories live. Discover now