Capítulo 13: Contratiempo

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Sasuke

Nubes negras cubrían el cielo mientras rugían con ferocidad, se acercaba una tormenta. Los árboles se tambaleaban al ritmo de las fuertes ventiscas, y pequeñas gotas empezaron a caer del cielo. Teníamos que darnos prisa si queríamos llegar a tiempo al acantilado sobre la costa.

- Naruto. - Le dije mientras le veía mirar con curiosidad las particularidades de su nuevo traje. A pesar de haberse transformado físicamente en aquel ninja de la Aldea desertora, no dejaba de actuar como él mismo. Si no se controlaba, nos atraparían. - Pase lo que pase, sigue el plan.

- Hay algo que todavía no entiendo. - exclamó y me miró con confusión. - Todo este problema se formó por ese tal Hirosama ¿No es así? - Asentí. - Pero él ya está muerto...

- Es lo más probable.

- Y, en el hipotético caso de que los hubiera vencido, te hubiera asesinado.

- Así es. - Afirmé con un poco de frustración ¿Qué era lo que no entendía?

- Pues es muy extraño que una persona que planeaba asesinarte prometiera llevarte con vida a los brazos de un grupo de criminales.

- Es lo que decía el rollo. - respondí un poco confundido. Naruto tenía un buen punto. - Hirosama había prometido llevar a un Uchiha.

- Pero ya no eres el único Uchiha. - respondió pensativo.

- No...- ¿Se podría haberse referido a Sakura o Sarada? No, no podría referirse a Sakura porque nuestra boda se había realizado después de la batalla. Sin embargo, el plan de Hirosama no sólo era asesinarme, sino llevarse a Sarada ¿Era ella a quien se refería? Demonios, eso sólo complicaba las cosas. Si era cierto ¿Para qué demonios la querían?

- Sólo... olvídalo. - Respondió Naruto confundido mientras se acercaba a la cornisa. - ¡Mira esto! Hay escaleras que descienden por la escarpada. El escenario perfecto para reuniones secretas e ilegales ¿No crees? ¡Bajemos!

- Espera un momento, Naruto. - Le dije en tono serio. No se daba cuenta, pero si lo que decía era cierto, estaríamos en problemas. Hasta donde nos concierne, yo era el mayor enemigo del grupo. Y Naruto, lucía un soldado de bajo rango que volvía sin su compañero. El plan que habíamos ideado se basaba en la premisa en la que Hirosama había prometido llevarme como prisionero. Pero, si no era yo, las probabilidades de éxito eran muy bajas.

- ¿Eh? ¿Qué pasa Sasuke? Si no nos damos prisa, llegaremos tarde y no sabemos si podríamos perderlos. - Respondió Naruto. Y, de pronto, un punzante dolor se concentró en mi hombro izquierdo dejándome sin aliento. No era la primera vez que ocurría en este último par de días, pero si era la primera vez que ocurría allí. - ¿Estás bien? - Preguntó.

- No es nada. - contesté. Luego lo miré con severidad. - No importa lo que ocurra allá dentro. - Dije mientras predecía el peor escenario posible. - Pero tienes que confiar en mí.

- De acuerdo. - musitó sorprendido.

- Entonces bajemos. - sentencié mientras frotaba mi hombro con mi brazo derecho. Esperaba que el dolor fuera temporal, no necesitábamos más complicaciones.

Con agilidad, bajamos la montaña mientras la lluvia sobre nosotros se hacía más intensa. Finalmente, llegamos a una cueva. A su entrada, se hallaban trozos de esqueletos bajo un pequeño letrero que dictaba: NO ENTRAR.

- Qué patético. - enuncié mientras pateaba sin mucha fuerza una de las calaveras.

Naruto y yo nos adentramos en las fauces de la caverna hasta dar con una gran puerta de madera. Esta contaba con una pequeña escotilla para apenas ver a la persona que quería entrar. Antes de tocar, decidí cubrir mi rostro con la caperuza negra de mi traje. Eso podría darnos un poco de tiempo. Naruto golpeó la puerta y un par de arrugados ojos nos analizó.

La Última Misión del Clan Uchiha: La despedida de SasukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora