Capítulo 7: Pronóstico Reservado

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Sakura

- ¿Esta es tu casa? - exclamó Ino con una mueca mientras observaba la pequeña estructura que se cernía frente a ella. Era angosta y la pintura estaba algo desgastada, pero, para una familia de tres, era perfecta.

- Sé que es algo pequeña, pero...

- Es horrible.

- ¡Ino!

- Lo lamento Sakura, pero es la verdad. Un simple roce tuyo hará que se caiga a pedazos. - replicó mientras señalaba con un brazo la casa y se acariciaba su gran vientre con la otra.

- Estaremos bien. - Respondí algo divertida. - Somos tres, así que no necesitamos mucho espacio. Además, no teníamos muchas opciones de las cuales escoger. - terminé explicando. La verdad era que el único dinero que Sasuke y yo teníamos era el que yo había ahorrado trabajando con mis padres en la floristería y el poco que habíamos ganado en las misiones que habíamos hecho. Pero, sin duda, desde el nacimiento de Sarada los gastos habían aumentado.

- Como sea. - respondió ella con una comprensiva sonrisa. - Entremos. Tengo la esperanza de que se vea mejor adentro de lo que se vea por fuera.

- No te hagas muchas ilusiones. - susurré mientras la veía tomar la delantera y entrar al lugar. Su grito de respuesta me dio la razón.

- ¡Esta vacía! - Exclamó con una sorprendida expresión. - Y mira todo ese polvo.

- Debe haber una cama en alguna parte. - pronuncié pensativa mientras caminaba y me adentraba en una de las habitaciones. Y acariciaba a mi hija quien dormía sobre mi pecho. - Sí, aquí esta y también está la cuna de Sarada.

- ¡No puedes dejar que Sarada duerma en un lugar así!

- Limpiaré la habitación esta tarde cuando vuelva del hospital. - suspiré ante la irrefutable razón que tenía Ino.

- ¡¿También la llevarás al hospital?!

- No lo sé, no tengo demasiadas opciones. - respondí con tristeza. - Sé que debería quedarme con ella un poco más, ser la madre que merece... pero ahora no puedo, el hospital también me necesita. Y hay muchos bebés como Sarada que pueden perder a sus padres si no hago algo. Espero que ella lo entienda algún día.

- Lo hará. - Dijo Ino con toda una sonrisa. - Y no olvides que no debes hacerlo todo tú sola. Todos podríamos cuidar a Sarada cuando lo necesites: Lee, Tenten, Hinata... incluso podríamos convencer al malhumorado del Hokage que lo haga. Después de todo, tu Aldea te necesita, pero también es tu familia.

- Gracias Ino. - Musité emocionada. Solía intentar solucionar todos los problemas por mi cuenta y olvidaba el espíritu de Konoha. Lo extrañaba, más de lo que las palabras podían expresar.

- Así que, con el ánimo de ayudar a una amiga, yo me encargaré de cuidar de Sarada esta semana. Me ayudará a arreglar y darle vida a este lugar con tanto... potencial.

- Pero Ino...

- No permitiré excusas. De todas maneras, tengo que acostumbrarme a la rutina de tener una bebé en casa y el frío de Sai no volverá hasta la próxima semana, así que tengo bastante tiempo libre. Tómalo como el regalo de bodas que nunca te di.

- Aun así...- Ayudarme a remodelar casa y, tras de todo, cuidar a Sarada. Era demasiado...

- Si tanto quieres compensarme, tengo una idea. - Dijo Ino con una sonrisa mientras suavemente tomaba a Sarada. Y eso me confirmó que el emotivo momento había pasado. - Esta noche cuando vuelvas tendrás que contarme todo acerca de la primera cita que tuviste con Sasuke, no creas que lo he olvidado. Esa será tu forma de pago.

La Última Misión del Clan Uchiha: La despedida de SasukeWhere stories live. Discover now