🐺 Alfa 🐺 Namkook - Kooknam [Bts]

16.

¿Qué estaba haciendo? Bueno, tal vez debió plantearse esa pregunta antes de saltar por la ventana y transformarse en lobo para correr fuera del pueblo. Sí, tal vez debió pero ya era tarde para sus tontos arrepentimientos, no podía permitir que Jungkook se marchará así como así. Aún no sabía si lograría alcanzarlo y si lo hiciera, tampoco sabía que decirle pero, una vez más, era tarde para arrepentirse. Se adentró en el bosque del lado sur y corrió tan rápido como podía, ya había perdido mucho tiempo y no podía darse el lujo de perder más.

Sus patas dejaban huellas enormes y profundas mientras jadeaba, sus pensamientos eran un caos pero intentaba mantenerlos a raya, controlados y fuera de la mente de cualquier otro lobo que pudiera estar cerca ¿Qué podría hacer su padre si llegará a escuchar la desesperación con la que llamaba a Jungkook y le rogaba que no se fuera? ¡Demonios, no quería ni imaginarlo! Sintió algo extraño, era una sensación burbujeante en su pecho, algo que parecía viajar fuera de sí mismo hacia alguien más.

Su corazón bombeaba con más fuerza y rapidez, incluso si estaba corriendo a tanta velocidad y estaba agotado, era demasiado para considerarlo una reacción normal. Se sentía tan diferente, era como si su corazón estuviera conectado a otro y lo llamará, más que eso, como si estuviera tirando de un hilo invisible hacia él. Se detuvo al sentir que la respiración se le dificultaba más, el aire apenas entraba y salía por montones, su vista se nubló y cayó al suelo sin aliento.

No era capaz de aullar para pedir ayuda ni siquiera podía quejarse ¿Qué le estaba pasando? Levantó la mirada hacia la luna, tan redonda y brillante, parecía verlo con tristeza pero había algo más. Había olvidado algo, algo muy importante. Los hombres lobo eran regidos por la luna y sus cambios, podían ser más racionales o evolucionados que sus antepasados pero seguían siendo fácilmente influenciados. Sus instintos más primitivos querían adueñarse de su mente y pesados pensamientos.

Estaba sufriendo horriblemente sin saber por qué pero poco a poco comenzó a menguar su dolor, su respiración se normalizó y su vista se aclaró lo suficiente para ver un gran lobo blanco corriendo en su dirección, unos segundos después se detuvo a unos centímetros de él. Su mente gritaba "Jungkook" con una felicidad abrumadora e imposible de contener, olvidando cualquier quejambre que hubiera tenido y levantándose de un salto, se abalanzó sobre el otro lobo y lo lamió en lo que serían su versión de besos.

El lobo blanco se dejó hacer mientras soltaba ruidos que se asemejaban a risas, pronto su forma enorme y salvaje comenzó a desaparecer dejando únicamente a Jungkook desnudo, siendo un alfa y teniendo más control podía volver a su forma humana aún si había luna llena. El lobo negro no se movió de encima de él, aunque obviamente sin recargar su peso por completo o causarle cualquier tipo de daño, era consciente de su situación actual. El alfa sonrió y acarició sus peludas mejillas con adoración.

—Namjoon— susurró, obteniendo de inmediato los ojos ámbar sobre su rostro —Lo siento, debí hablar contigo— obtuvo un gruñido bajo —Pero eso no volverá a suceder. Prometí quedarme a tu lado y eso haré, desde ahora hasta siempre— prometió con sinceridad.

El lobo entrecerró los ojos dándole una mirada cargada de sospecha, parecía no creer sus palabras pero una lamida en su mejilla le indicó lo contrario, el alfa dejó escapar risitas llenas de felicidad mientras se removía bajo el gran lobo que no hacía más que lamer su rostro con cariño. Ambos entraron en alerta al percibir la cercanía de dos lobos corriendo hacia ellos, Namjoon se apartó lo suficiente para que se levantará pero no se alejó diciéndole en silencio que lo protegería.

Jungkook sonrió acariciando detrás de sus orejas mientras veía en la dirección por la que llegarían los lobos, unos segundos después tenían a un lobo cafe (casi rojizo o anaranjado) con una mochila en el hocico y un lobo gris con el rostro y pecho blancos (toda su parte inferior blanca) cargando dos, el alfa no sólo reconoció a los lobos sino también que una de esas mochilas era la suya, la que dejó atrás al correr pensando únicamente en volver con Namjoon. Suspiró.

—¿Qué hacen aquí?— preguntó viéndolos fijamente —Yo decidí volver, pero ustedes no tenían por qué hacerlo— había algo de tristeza en su voz.

El lobo gris, Yoongi, dejó caer las mochilas al suelo y gruñó obviamente molesto por una pregunta tan estúpida. El lobo cafe, Jimin, dejó su mochila en el suelo con cuidado y lo miró con sus ojos verdes en lo que sería una mirada de cachorro suplicante. Jungkook bufó fingiendo molestia mientras ocultaba una sonrisa, ya sabía que sus amigos eran incapaces de irse y dejarlo, siempre habían sido inseparables. Namjoon los observaba en silencio mientras disfrutaba de las delicadas caricias en su pelaje negro.

—Bien, ya que están aquí— dijo con resignación fingida —Debo agradecer que trajeron mis cosas y no tuve que volver a buscarlas— sonrió divertido.

Yoongi emitió un sonido que se asemejaba a un bufido mientras Jungkook le daba un casto beso en el hocico (tabique de la nariz) a Namjoon y se acercaba a sus amigos, más precisamente, a su mochila en el suelo. La tomó sin mucho cuidado y comenzó a escarbar en su interior, los tres lobos lo miraban con auténtica curiosidad pero él estaba concentrado únicamente en buscar, una sonrisa enorme apareció unos minutos después. Volvió junto al lobo negro que graciosamente seguía siendo más grande que sus amigos, era gracioso porque tanto como humanos o lobos sus amigos eran pequeños.

—Ya sé que dirás que soy cursi, pero...— se avergonzó al estar junto a él —Esto es una prueba de mi sinceridad— mencionó, enseñándole lo que tenía en su mano.

Yoongi y Jimin intercambiaron una mirada al reconocer aquel objeto mientras Namjoon abría los ojos a más no poder, Jungkook sonrió por su expresión graciosa mientras le hacía señas para que inclinara la cabeza hacia él, el lobo negro lo hizo. Era una cadena alargada de acero formada por círculos unidos entre sí. El alfa lo deslizó con cuidado hasta dejarla en el cuello peludo y sonrió, era obviamente una cadena lo suficientemente grande para que su portador no se sintiera ahorcado en esa imponente forma pero que al volver a su forma humana cambiaba con él.

—Los tres saben lo que significa para mí— inició sin dejar de ver la cadena —Por eso quiero que la tengas tú, Nam— lo miró a los ojos —Creo que es el momento perfecto para que recupere su significado real— murmuró.

Namjoon asintió mientras contenía las lágrimas, esa cadena era lo único que Jungkook poseía de sus padres, el único indicio de su amor por él. Nunca había podido verla, pues el alfa la mantenía oculta entre sus cosas en lo más profundo de su mochila y no se atrevía a usarla, no solo por su miedo a perderla o dañarla, sino también por los recuerdos dolorosos que le traía con solo verla pero esa noche volvió adquirir el significado con el que fue creada: Amor puro, incondicional y eterno.