🐺 Alfa 🐺 Namkook - Kooknam [Bts]

20.

Había llegado la media noche. El pueblo había terminado con la comida y los juegos para reunirse en la base de una de las montañas que los rodeaba, los árboles se extendían a su alrededor formando un claro enorme donde cabían todos los habitantes e invitados, excepto Jungkook, Jimin y Yoongi que se encontraban observando todo desde uno de los árboles más cercanos pero lo suficientemente lejos para no verse como parte de ellos, sino como simples curiosos u observadores.

—¡Bienvenidos al Festival de la Luna de Sangre!— exclamó Kyungjae con emoción burbujeante —Está noche es única, como cada diez años lo es, está noche veremos...— inició su repertorio.

Namjoon se desconectó sabiendo el resto del discurso donde mencionaba los efectos de la luna roja sobre criaturas como ellos mientras esperaban a que la luna adquirierá aquel color llamativo y poco visto, miró al cielo notando que el color rojo comenzó a expandirse lentamente sobre la superficie rocosa del astro, apretó los labios sintiéndose extraño. Buscó a Jungkook entre los árboles encontrandolo casi de inmediato y sonrió porque el alfa ya lo estaba viendo, incluso le había enviado un beso volador.

—... Está noche la Luna nos sorprenderá, ya sea con un nuevo alfa o guardianes, pero...— seguía hablando.

Todos los ojos se dirigieron al cielo cuando la luz blanca se volvió roja, aquel extraño fenómeno no duraría más de una hora pero ese era tiempo más que suficiente, pues la Luna de Sangre o luna roja era la encargada de elegir a los guardianes o un nuevo alfa más poderoso que los demás. Namjoon se removió incómodo y comenzó a rascar su cuello, de pronto tenía una piquiña desesperante y un calor abrumador, comenzó a jadear desesperado en busca de aire.

—¡Ah!

Su grito de dolor llamó la atención general, Jin intentó acercarse pero fue detenido por su padre que veía a Namjoon con una sonrisa, al mismo tiempo Jungkook era detenido por sus amigos. Cayó de rodillas arañando su cuello hasta hacerlo sangrar y que un nuevo olor se extendiera, cafe, el olor a cafe comenzó a emanar de su cuerpo mientras se quitaba la ropa buscando algo de frío. Las lágrimas salieron de imprevisto haciendo más llamativo el hecho de que el color de sus ojos iba de ámbar a rojo bermellón y viceversa.

—¡Ah! Du-duele...

Gritó y se quejó cayendo de cara al suelo, se jaloneo el cabello al sentir como sus huesos se rompían, uno a uno y de manera tortuosamente lenta. Creyó que a los doce años, cuando se transformó por primera vez, había sentido el peor dolor de su vida pero no se comparaba a lo que estaba sintiendo en ese momento. La cadena en su cuello comenzó a extenderse, desentrelazandose los círculos que la formaban, indicando que se transformaría pronto.

—Por fa-favor...

Rogó y suplicó sin saber a quien por misericordia, sus huesos rotos comenzaron a reacomodarse, el sonido les decía lo doloroso que era pero ninguno lo entendía realmente. El pelo salió de cada uno de sus poros hasta cubrir toda su piel, estuvo vagando en la oscuridad por varios minutos, sus sentidos dormidos y su cuerpo tenso e inmóvil. Abrió sus ojos como si hubiera estado durmiendo por varios años e intento levantarse, estaba desorientado.

—¿Namjoon, estás bien?— se oía distorsionado.

Sus ojos se enfocaron con gran dificultad en Hoseok que se había acercado preocupado a él, se tambaleó moviendo la cabeza de un lado a otro, muchos sonidos, demasiados olores y sus ojos no enfocaban bien. Gruñó al que fue su mejor amigo haciendo que retrocediera con una expresión llena de miedo, miró alrededor sin saber lo que le sucedía, aullo aún adolorido y comenzó a correr. Saltando por encima de varios, saliendo del claro y perdiéndose entre los bosques.

—Sueltenme— había usado su voz de mando.

Jimin gimoteo y Yoongi bajó la cabeza retrocediendo mientras lo soltaba, no le gustaba usar su voz de mando con sus amigos pero se negaban a dejarlo ir, sabiendo que en ese momento lo único que le importaba era que Namjoon estaba solo y sufriendo. Saltó hacia la rama de un árbol cercano y repitió el movimiento hasta estar seguro de que nadie lo veía, sin importarle su ropa, se transformó y se adentró en el bosque siguiendo el olor de aquel lobo negro que corría sin dirección.

Escuchó un aullido bajo a unos metros de donde estaba y sin dudarlo se dirigió a ese lugar, el lobo negro estaba quejándose y llorando mientras golpeaba su hocico contra el suelo, estaba sufriendo más de lo que creyó. Se acercó con cuidado e hizo un sonido bajo indicándole que estaba cerca y no lo lastimaría, Namjoon lo miró, una mirada llena de extrañeza, como si no lo reconociera. El lobo blanco bajó la cabeza y caminó hacia el contrario de forma sumisa.

Se quedó quieto permitiendo que lo olfateará, Namjoon paseó la nariz por todo el pelaje blanco y luego gimoteo como si estuviera herido, rápidamente Jungkook lo lamió con cariño y comenzó a acariciarlo con su cabeza. Estuvieron de esa forma por varios minutos, acariciandose con sus hocicos y lenguas, brindándose apoyo silencioso y mostrándose cariño sincero. El lobo negro se tapó las orejas con sus patas delanteras (manos) y volvió a gimotear.

El lobo blanco admiró la escena con ternura y abrió un poco la boca en lo que sería una sonrisa, después se acercó y se acostó a su lado, ambos se acomodaron junto al cuerpo del otro hasta encontrar la mejor posición posible y se dispusieron a dormir no sin antes compartir una lamida (o su versión del beso de buenas noches). No importaba que ninguno de los dos entendiera lo que sucedía en ese momento, pues solo les importaba estar juntos.

La luz del sol dio de lleno contra su rostro causando se quejará y despertará, se removió sintiendo como su cuerpo pesaba y resultaba difícil de manejar, era como estar en un cuerpo desconocido. Sus ojos se abrieron levemente y se cerraron de golpe al sentir el dolor de ver, la luz era cegadora, era como deslumbrar a un ciego que recién recuperaba la vista. Se tapó los oídos con ambas manos, los murmullos se habían transformado en gritos ensordecedores. Su nariz comenzó a sangrar, olores tan potentes que lograban lastimar sus fosas nasales.

Se quejó en voz alta mientras se hacía un ovillo, todo lo que percibía lo lastimaba, cada sonido, cada olor... Todo era capaz de hacerlo sentir en el infierno. Jungkook se había despertado ante su primer movimiento brusco pero solo lo observaba en silencio, sin saber que hacer para ayudarlo o aliviar un poco su malestar, había nacido como un alfa y estaba acostumbrado a todo lo que conllevaba ser uno, así que solo tenía una pregunta que se repetía como un calvario:

¿Qué debo hacer?