Inesperado

prólogo.

Soy Tiffany Brown, una chica rellenita con sus lonjas, piernas rellenas y muslos. Nada del otro mundo. Mi vida es común y corriente, nada de super estrella ni mucho menos la rubia de ojos claros.

Todas mis fuerzas las concentro en mi trabajo, mi pasión, mi doctorado en cirugía. Cada día amo más y me apego a cada puntada que doy. Mamá se que no estuvo feliz al irme de casa, pero quería convertirme en alguien dependiente de si misma, pagar mis cuentas y lograr mis metas por mis propias manos. Me mudé en un departamento hasta que pueda costearme el mío. Sueño con algún día montar mi propia unidad de cirugía. Todo lo que te propones lo puedes lograr con Dios delante.

Soy una chica de un barrio de Massachusetts, infancia realmente impresionante, mamá lloro varias semanas tras el teléfono que me regresara a casa, que Lolo el gato me extrañaba. Papá siempre estuvo apoyándome en cada decisión que he tomado, y se lo agradezco en gran manera.

Siempre le pedía a mamá que me diera una hermanita, siempre me respondía  que le dijera a papá Dios por las noches, hasta que tome tamaño suficiente para entender que fue difícil para ellos, hasta llegar a tenerme fue un poco tedioso. Mamá después que me tuvo quiso darme un hermanito o hermanita, pero no sé le pudo dar debido a cosas de la vida Pues que les digo de mi vida, no hay mucho que decir, es una común y corriente, nada de extravagante ni lentejuelas.

1 Corintios 13
4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.

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* Espero que les guste.
* Nada es lo que parece.