Capitulo 16.

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Luego después de sentir la mejora de papá y disfrutar en familia.

Hoy he decidido ir a visitar a la madre de Kelvin, la señora Guzman es un amor, siempre que iba a su casa por las tardes hacíamos postres.

Toco la puerta con mis nudillos varios segundos después la puerta roja es abierta.

— Señora Guzmán — hablo  con una sonrisa.

—¡Oh querida! — expande la puerta para darme el paso.— ¿Cómo has estado?

— Todo bien, no me puedo quejar para nada. — tomo asiento en el sofá colo crema, arriba de la chimenea están las fotos familiares y una que otra repisa con vajillas antiguas. Todo está sumamente en orden y un olor fragante de siente en el aire.

La Señora Guzmán siempre ha sido así, todo debe estar en orden y limpio. Sus demás hijos hijos viven en las afueras de la ciudad, pero el cual apegado y cuidaba más era a Kelvin. Ese era el niño de sus ojos, siempre le llamaba y lo cuidaba como si no tuviera otros hijos. Era su favorito.

— ¿Quieres una taza de café o te?— me dice con calma.

—Café, por favor —contesto

Luego me puse en pie me voy detrás de ella, siempre fue un amor de suegra. En ocasiones cuando la otra nuera venía decía  que no la entendía, siempre le peleaba y ese tipo de cosas.

Allí comenzó a contarme como a ha sentido después de que Kelvin partiera, al igual que a mí pero muchísimo más fuerte, ella era su madre quien lo trajo al mundo. No quiero ni imaginar si algo así le pasará a mi pequeño, trato de consolarla pero se que será algo imposible. Ambas sabemos cuánto nos afecta esto.

Luego de la taza de café, me mostró algunas fotos de sus otros nietos que le habían enviado por correo.

Quiero que Kelvin pase  más tiempo con su abuela, que pase más momentos con ella como su padre hubiera querido.

Después de un hermoso momento, con el alma colgando, me despedí, no quería irme. Me encanta pasar tiempo con ella, me encanta pasar tiempo con alguien que me entienda, me despedí prometiendo que pronto volvería, que pronto le traería a su nieto como es debido.

Al volver a casa todas las luces estan apagadas, es algo extraño. Pero sigo mi trayecto hacia mi habitación, hasta que comienzo a ver un camino de rosas rojas con dirección a ella, a los lados pequeños papeles con frases y una vela encendida, continúo el camino hacia mi habitación. La misma está también apagada, frente a mi cama hay un corazón en grande y dentro está Luck con una sortija en mano.

Al ver esto mi mente quedó en blanco, no se que pensar, no se que decir. Espero que mis facciones no me delaten.

—Tiffany Brown no ha sido por cosa de suerte conocerte, eres la mujer de mi vida y gracias al destino por habernos enlazado, cada mañana me quedo observandote y cada día me enamoro mas de tí, quiero que pases a mi lado el resto de  mi días en esta tierra. ¿Quieres hacerme el honor de seguir siendo la mujer de mi vida hasta el resto de ella?

En este preciso momento no se que decir o que hacer, no quiero tartamudear. Mis palabras no salen, me siento la garganta atorada. Aún es mucho para mí todo esto, no me he hecho la idea de que Kelvin Guzmán se haya ido.

Lo tomo de la mano con fortaleza — No se que decir en realidad, no sé si estoy lista para esto. Te quiero mucho y agradezco todo lo que haz hecho por mi, esas hermosas palabras no se si las merezca, siento que aún no estoy lista para dar este paso. — su mano se desliza suavemente de la mía, se pone en pie y sale de la habitación.

El aire comienza a faltarme, y los pensamientos  contradictorios han vuelto cuando crei que se habían marchado ya.

—Nunca me libro por completo de una — susurro para mí en esta habitación que s eha tornado fria.

Bai
Luna~

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