Capítulo 5.

17 4 3
                                    


Kelvin no para de llamar, desde aquella madrugada que hizo tremendo show, no sé dónde meter la cabeza de la vergüenza. Me he topado con luck varias veces a la semana.

Mi departamento parece la fábrica de chocolate, dulces por aquí y por allí. Me siento en paz y tranquilidad, por una parte, pero por otra estoy totalmente angustiada por Kelvin, no es normal en el este tipo de comportamiento.

He ido a mi consulta, con una colega ella estuvo feliz y encantada de recibirme en su consultorio. Me mandó a realizar todo tipo de exámenes, para saber cómo vamos con el proceso y todo.

No me hacía la idea de ser madre, por eso me busque una mascota. Siempre me aterrorizó esa idea, aún sigue, pero cada vez se disipa lentamente.

Después de mi consulta, me dirijo hacia la heladería de enfrente se me antoja un helado cargado. Estaba esperando mi fantástico helado el momento sería perfecto al verle entrar, al verle otra vez.

Con pasos cortos, cabizbajo y cara de pena se acerca a mí.

— Hola — dice con su cara de perro triste, con cara de soy inocente ámame.

— Hola — contesto sin ánimo alguno.

¿Por qué me tuvo que dañar mi momento? Habiendo tantas heladerías viene a esta, no superó aún el show que hizo en mi departamento a las dos de la madrugada. Que tuvo que venir mi vecino a poder sacarle. Aún siento vergüenza ajena por haberme armado todo eso.

— Yo... Lamento todo lo que hice, en tu departamento y mi forma, sé que no es la mejor — dice en un tono bajo.

— Kelvin, todo en ti ha cambiado, los primeros días al darte la noticia era perfección hasta que no sé qué te sucedió y cambio totalmente. — digo dando una cucharada al helado para llevarlo a mi paladar.

Se dispuso a contestar, sin embargó pedí la cuenta y me marché en cuanto pude, por el rabillo del ojo pude notar que me seguía. ¿No tendré paz hoy?

— Tiffany, amor, espera — dice dando zancadas y gritando en el estacionamiento de la heladería.

— ¿Qué quieres? — pregunto a soltar lo molesta que estoy.

— lo siento, no sé cómo manejar esto quiero otra oportunidad, quiero demostrarte que de verdad me importas y Te amo. -- dice tragando su bilis en seco.

Duré dos minutos, y pensé en cada ventaja y desventaja. Después de un silencio, el sol apunto de ocultarse y la noche hacer su hermosa entrada.

— Está bien, si llegas a hacer lo mismo te vas y está vez es enserio ¿Estamos? — digo autoritaria. No quisiera que mi futuro hijo o hija, creciera sin conocer a su padre, sin saber cómo era y esas cosas. Kelvin tiene la sentencia, si vuelve a cometer el mismo error fuera de mi vida, por otra parte, lo amo, aunque no se lo exprese verbalmente, sin embargó con mis acciones debería saberlo.

Casi tres años de una hermosa relación, las cuales hemos tenido nuestras altas y bajas, está a sido la más estúpida e insignificante de todas. Algo que es bueno para nosotros, él lo ha tomado como una cosa de niños.

Entiendo que ninguno de los dos sabe ser padre, pero iremos aprendiendo en conjunto, no el tomando todas las noches en los bares y yo cambiando pañales. En sus sueños, le he dado está oportunidad para enmendar las cosas.

Después de haber pensado y tener una tarde agotadora, Kelvin vino en mi auto y yo del lado del copiloto. No observé más nada, solo me dormí en mi dulce cama, que se ha vuelto lo único que quiero ver en todo el día.

Un olor me despierta, miro el reloj y marca las 12:00h de la media noche, dormí muchísimo aún siento sueño.

Mi boca se hace agua, ese olor está regado en todo el departamento. Kelvin está cocinando otra vez.

— Disculpa, solo quería prepárate algo — dice de espalda moviendo algo en la estufa.

Me acerco a él, le doy un apretón de oso panda, no soy dada a hacer estás cosas.

— Gracias, tenía hambre — digo luego de apartarme. Así pasamos el resto de la madrugada.

Bai
Luna~

InesperadoWhere stories live. Discover now