Capítulo 6.

18 3 1
                                    


Las cosas han marchado bien, han pasado dos meses.

Mi pequeña o pequeño bebé está creciendo, me siento más feliz cada día más. Kelvin está dentro de su normalidad por así decirlo todo marcha bien. Estoy entrando en la maleta las últimas piezas de ropa, iremos a pasar unos cuantos días dónde mi familia. Suspendí por un tiempo las citas con mis pacientes, ser nutricionista me ha ayudado mucho. A mí consultorio llegan cientos de personas con problemas alimenticios.

Mis pacientes al pasarle la información entristecieron muchísimo, hay muchos que con mi ayuda han superado tenerle miedo a la comida, tenerle miedo a engordar... La mayoría son mujeres, pocos casos de hombres. También tengo casos por enfermedades.

Mis padres al darle la noticia se sintieron felices, su felicidad es inexplicable no sé cómo descifrarla. Me buscan la mejor comodidad, todo sea por la comodidad de su próximo nieto, después que llegue mamá llora cada momento como María Magdalena.

Papá se llevó a Kelvin por algún lugar de la casa. Mamá no deja de contarme todo lo que me he perdido desde que me fui. En varios momentos durante la cena me preguntaron si quería algo en especial.

Nunca falta el momento vergonzoso, Kelvin ya está acostumbrado solo asiente y explota en risas.

— Me alegra volver a estar en casa — digo cayendo poco a poco en un profundo sueño.

— A mí también amor, a mí también — dice Kelvin luego de besar mi cabeza.

Estos días han sido maravillosos, mis padres no dan abasto. Cualquier momento aprovechan para armar una salida, los pies ya no los siento, detengo mis pasos en el umbral de mi antigua habitación, un cúmulo de recuerdos viene a mi mente cada foto, cada postín, mis amigas, mis enamorados, todo aún sigue igual como lo deje.

Mis paredes aún tienen las portadas de mis bandas favoritas, mi estantería de libros favoritos y universitarios. Cerré la puerta detrás de mí, me dirigí hacia un pequeño escondite dónde guardaba las cosas más importantes y no quería que mamá los viera, en una pequeña caja, hay cadenas y brazaletes de mucha importancia. Mis atuendos favoritos aún están allí. Despejo varias lágrimas que se han escapado, luego doy una última observada y apagó la luz, para volver a la sala donde las carcajadas de todos no paran.

— ¿Me he perdido de algo? — pregunto para seguido tomar asiento junto a Kelvin.

—No hija —dice mamá.

Papá siempre ha tenido esa postura, silencioso, pero al momento de hablar todos tienen que prestar atención para escuchar. — mañana vamos a salir, no te puedes quedar — dice con una pequeña sonrisa.

— Despierta, la mujer más linda — dice Kelvin.

— No, no quiero déjenme aquí, vayan ustedes — contesto con cansancio.

— Debes levantarte, ¡vamos!

Escuchar media hora a Kelvin parlotear, con esfuerzo me levanto de la cama.

— Tiff, te he preparado tu desayuno favorito — dice mamá.

Con un atisbo de alegría me dirijo a comer todo lo que ha colocado. Cómo siempre nunca falta el café en la mañana.

Todos están sumamente arreglados, papá se dirige a sacar el auto de la marquesina.

Me día hora después estamos en la piscina del pueblo, todos están entre risas y recordando momentos de cuando mamá y papá estaban enamorados.

A mamá siempre le ha gustado decir está historia, cada vez que llega alguien a casa le hace la misma historia y con la misma alegría. — ¡ay mamá! — digo suspirando.

Kelvin salió a comprar unas cosas, snacks y ese tipo de cosas. Continúo hablando con mamá. — ¿Cuándo volverán? — En su mirada veo un atisbo de tristeza, siempre desde que visitó casa dura una semana llorando, me suplica que vuelva a mudarme.

Me parte el alma siempre dejarla así, pero siempre he tenido la idea de ser auto independiente.

— mamá, no sé cuándo volveré — digo con una sonrisa en mis labios.

Fui interrumpida cuando sus miradas se posicionan sobre mi hombro, me giro para ver ¿qué es? No es nada más ni menos que Kelvin arrodillado con una cajita de terciopelo sus labios están temblando de nervios. —Tiffany desde que te conozco, me has hecho el hombre más afortunado y feliz del mundo. Me siento totalmente feliz porque viene en camino el resultado de este amor, me arrepiento de muchas cosas, pero nunca de haberte conocido. Tiffany Brown ¿Quieres ser la mujer de mi vida? — pregunta con sus manos temblando.

— Si, acepto ser la mujer de tu vida Kelvin — digo con lágrimas en mis ojos, el corazón salta en mi pecho late rápido y se aproxima hacia mis labios y me da un casto beso. La alegría no me cabe, nunca creí que pasaría este momento.

— Gracias amor — digo totalmente feliz.

— Gracias a ti princesa — dice Kelvin.

Papá y mamá nos felicitan por la buena nueva.

—¿Por qué crees que me lo llevaba a hablar lejos? — pregunto papá.

—¡papá! — contesto.

— Si un hombre llega a tu vida, tiene que hacerse cargo de sus responsabilidades y nada a medias. — dice dándole una mirada sería a kelv.

— Yo nunca dejaría sola a su hija — dice Kelv.

Bai
Luna~

InesperadoWhere stories live. Discover now