Capítulo 4.

21 4 4
                                    

Tres Meses después

Han pasado tres meses, tres meses de montaña rusa de emociones, vómitos y mareos. Cada día crece más mi pequeño bulto, Kelvin está totalmente loco, en varias ocasiones se queda mirando mi panza por varios minutos.

Me ha consentido como una reina, siempre en cada antojo, en cada momento dónde mi ánimo hace y deshace siempre está ahí para darme un abrazo o hacerme sonreír. Me trata como una reina, él o ella será afortunado de tener un padre que se comporte de tal manera.

Todo es arcoíris y dulces, sin embargó en las últimas semanas las cosas entre nosotros no está muy bien, siempre llega a altas horas de la noche, y me duermo al cansarme de esperarle.

No sé aún como le diré a mis padres que serán abuelos, no sé cómo les daré la hermosa noticia ¿Cómo se lo tomarán? ¿Lo querrán? Son muchas las preguntas que cursan mi cabeza, no quiero decirles por teléfono.

Escucho un estruendo en la puerta principal, casi estaba cayendo en un sueño profundo. Escucho a alguien gritar fuertemente. Con pasos sigiloso me acerco al pasillo, al ver a quien menos creía en este estado.

— Mierda Tiffany, déjame no quiero volverte a ver — grita apoyando mi brazo sobre el para levantarlo.

No tendría que estar haciendo este sobreesfuerzo, la doctora me recomendó que reposo total.

— Vamos, ayúdame un poco — digo

— Te dije, que me dejaras puedo solo, no quiero verte — grita con su aliento fuerte a alcoholizado.

Con pasos agitados me dirijo hacia mi habitación, doy un portazo a tal hora. Me importa un bledo que los vecinos escuchen.

Este es el colmo de todo, este es el colmo.

Han pasado varios días y nada ha cambiado, a casa llegó con cansancio. Mis pacientes, ya notan mis cambios de humor y ánimos, he tratado de ocultarlo lo más que puedo, pero se me hace difícil.

Kelvin, continúa con el mismo comportamiento, llega a casa tarde todas las noches apesta a alcohol lo que hace que en mi crezcan las náuseas.

He estado pensando que debería hacer un viaje hacia donde mamá, para contarle las buenas nuevas, ya sea con o sin Kelvin. Recuerdo, cuando lo lleve a casa mamá no dejo de sonreír en toda la noche y papá se sintió orgulloso que por fin había conseguido un hombre, sin embargó, le dictó su sentencia como todo padre hace. Después iba a casa, ya recibido como un hijo.

En estos momentos me encuentro sobre la cama, tratando de buscar alguna película en mi teléfono.

Se me antojo comprar helado de camino a casa en la tarde, compré botes como para una cantidad de personas.

De tanto tiempo buscando elegí ver me before you, le puse pausa y me fui a la cocina a buscar el helado guardado en la nevera.

Dos horas después, estaba llorando a mares, con una pinta de helado totalmente acabada. Como cada noche, me siento tranquila y comienzo a hablarle a mi pequeña sanguijuela, no sé qué será, pero estoy feliz, me alegra saber que allí dentro hay una parte de mí.

Mi paz es interrumpida por la borrachera constante de Kelvin. Pero está vez lo dejo pasar, varios minutos después escucho voces en la sala.

Con pasos cortos me dirijo a ver cuál es su show de esta noche, el olor a alcohol inunda mi ser.

No puedo creer lo que mis ojos están viendo, Kelvin y una mujerzuela bailan en medio de mi sala. No sé de donde saque las agallas, pero respire profundo y hablé firme.

— Kelvin lárgate con esta tipa — digo firme y autoritaria. No me importa que los vecinos escuchen, nunca he tenido problemas en mi edificio.

— Amor, ven vamos a bailar junto con ella — dice el borracho.

— Si, ven vamos amiga, no seas aguafiestas — dice la chica, con ojos rojizos.

— Váyanse de mi casa en este momento — digo por segunda vez.

A la tercera, no lo dudaré ni un instante llamaré a emergencias. Nunca conocí esta parte de Kelvin ¿No está feliz? ¿No quiere estar toda la vida junto a mí? ¿No entiendo nada? Solo me dan ganas de llorar, un grupo de preguntas se acumulan en mi cabeza.

Como por arte de magia, el vecino del frente aparece en mi departamento ¿No quiere venir todo el edificio?

— Disculpe, ¿Pasa algo? — pregunta el moreno, que no me sé su nombre. Una vez me lo dijo, pero se me olvidó.

— Si, ellos no quieren irse de mi departamento. — digo sincera y hastiada.

El tomo una postura firme, de aclaro la garganta. Su mirada se convirtió en temor y poder.

— Señores, la joven quiere que abandonen el lugar — dice totalmente educado.

— oye amigo, no seas aguafiestas vamos a hacer fiestas — dice Kelvin haciendo movimientos extraños con el cuerpo.

— Le dije que abandonen el lugar — dice el joven

— ¡Que no! — grita Kelvin, en ese momento entonces el propinó un golpe en el rostro. Sin embargó el joven doblega el tamaño de Kelvin, si lo llegase a tomar lo hará trizas. Inteligentemente el chico, tomo a Kelvin y a la tipa por los brazos y los llevo fuera de mi departamento, solo se escuchan sus maldiciones y quejidos en la escalera.

El joven volvió a mi departamento, solo asegurarse de que todo esté en orden. — Gracias ... — digo sin saber su nombre.

— no hay de que, me llamo Lucas estoy a la orden en cualquier momento, por si llega a necesitar algo más. — dice con una sonrisa en sus labios.

— Gracias, soy Tiffany, lo mismo digo — contesto, pero mis ojos en cualquier momento se cerrarán por si solos.

Después de unas palabras las cuales no llegue a entender, se fue a su departamento, caí en cama como un zapato viejo.


Bai
Luna~

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora