Capítulo 9

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Habían pasado dos días hasta que Trez volvió a ver a Sten en la Universidad.

Dos días donde su ausencia, aunque esperada, le habían pesado. No debería, pero era así.

¿En qué momento pensó que podría manejar esto?

En uno en el que estaba altamente cachondo, evidentemente.

Sten no le evitaba, pero tampoco le buscaba. Y eso, ya en sí era algo que por mucho que quisiera le afectaba.

Era complicado concentrarse en lo que decía, cuando se quedaba suspendido en sus manos, en sus gestos, en el borde de su sonrisa.

Era complicado salir de clase y ver que se iba mientras Trez se quedaba.

Pero era mejor así, ¿no? Siempre era así como pasaban esas cosas, y si era así ¿por qué se sentía como mierda bajo el zapato?

Se amonestó a sí mismo, tenía que cortar con esa línea de pensamiento, a veces era capaz de hacerlo. El problema era que nunca lo había conseguido con el amor, o con lo que diablos fuera eso.

Se golpeó la cabeza con uno de sus libros por ser tan idiota, se había movido a un ritmo tan despacio, en todo, que se había quedado solo en la clase.

—Eres lento.—Alzó la mirada, ¿cuándo había vuelto a entrar? ¿Por qué su corazón que había ido hasta el momento a ralentí estaba en modo coche de carreras?

No era difícil contestar, la puerta había sido cerrada y cuando el rubio llegó hasta Trez, este sabía perfectamente lo que quería, lo que había estado queriendo todo ese tiempo.

Cuando Sten le besó sintió que por primera vez en esos días todo empezaba a estar bien.

o0o

Samuel estaba esperando a Sten, y aunque él no era el rey de la puntualidad, se manejaba. Habitualmente.

Estaba sentado solo en un pub cercano a la Universidad, lo habían abierto hacía poco y si además de comer podían tomar un par de pintas, mejor. Siempre mejor.

No tenía problemas con comer solo, de hecho eso le daba tiempo para mirar un poco a su alrededor.

Uno de los camareros era justo su tipo, rubio, pequeño, bonito, sabía cuando causaba interés en alguien, y se lo había causado, o eso creyó Samuel hasta que vio como el rubito apartaba la vista cuando entró otro tipo. Un pelirrojo demasiado grande para su gusto que captó toda su atención.

Fue el momento de cambiar de objetivo, el castaño no era de competir teniendo tantas opciones disponibles.

Fue entonces cuando le vio, Hugh, el solitario, cenizo y deprimente Hugh, y le hizo casi sonreír. Quizás podía acercarse un poco y mortificarlo, pero cuando vio que no estaba solo, sino con un tipo que no paraba de sonreírle, esperar solo le empezó a molestar.

¿Quién demonios era ese? Y sobre todo porqué Hugh correspondía a sus sonrisas.

No era como si le importara, pero le causaba curiosidad, pensaba que el conservador era incapaz de sonreír, como si le viniera en el ADN impreso.

No era un rostro en el que soliera verse ese tipo de movimientos, pero se quedó mirándolo dándose cuenta de que no era la primera vez que le veía así, solo que no recordaba dónde fue. ¿Quizás en su época de estudiantes? Era ese tipo de recuerdo que te arañaban el subconsciente pero eran incapaces de terminar de salir a la luz.

¿Dónde le había visto así? Pensaba repasando sus labios, las arrugas al rededor de sus ojos.

Fue entonces cuando le pilló mirando, su rostro pasó por diferentes fases, sorpresa, molestia y hasta cierto punto vergüenza. Ese tipo era un ligue y fue entonces cuando Samuel empezó a reírse.

TrezWhere stories live. Discover now