Capítulo 16

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Izan ya estaba en el pub esperando a Trez, y no sería raro verle en ese o en cualquier sitio cerca de la Universidad, salvo que en aquel trabajaba una persona que llevaba días tratando de evitar.

¿Por qué? Porque todo tiene un límite, y ya lo había rebasado como un par de días atrás.

Pero el maldito Misha era como una adicción, y aunque tenía más que claro que no le iba a dirigir ni una maldita mirada, Izan no podía apartar los ojos de él.

Rumiaba su frustración bebiendo a largos tragos una pinta, cuando Trez apareció. Su amigo le estaba sorprendiendo. De nuevo.

No solo no se había hundido por lo del tipo aquel, sino que se había echado un nuevo novio. Nada mal, pero que nada mal.

—Llegué—anunció.

—Te veo, y te veo bien—le dijo el pelirrojo con tono provocador, algo muy malo tendría que  ocurrirle a Izan para no tratar de hacer sonrojar a su amigo. Las mejillas iluminadas de este le alegraron. Sin poderlo evitar le echó un vistazo a Misha, nada, cero, hielo, la Siberia de las emociones. Cabrón.

—¿Todo bien?—preguntó el moreno.

Izan suspiró, porque iba a decir que sí, que todo genial, pero es que no era así. No le había contado nada a Trez porque incluso le estaba costando trabajo a él asimilarlo.

—Creo que me he—tosió, aquello costaba, joder—encaprichado de alguien.

—¿Y no cae ante tus encantos? ¿No te lo has podido llevar a la cama?—Trez bromeaba, porque en cualquier caso Izan se reiría, siempre lo hacía. Pero esta vez no.

—Pues la verdad es que no como yo hubiera querido—reconoció, su tono descorazonado fue lo que hizo a Trez preocuparse, ¿Izan penando por un chico?

—¿Por qué no lo invitas a cenar o ha hacer algo que a ambos os guste?—propuso, siempre tan inocente pensó Izan.

Cada vez que lo veía en el Jerusalén, único lugar donde le dejaba acercársele pero casi nunca más que lo que duraba un polvo, se lo había propuesto. Y la cara de desprecio de Misha le había dolido.

¿Es que solo quería follar en baños de mierda? Una bofetada mental de su conciencia le dijo que eso justamente es lo que él solía querer siempre.

—¿Quieres que vayamos a mi apartamento?—le sugirió mientras se subía los pantalones ese mismo sábado.

Misha aún estaba recuperando el aliento, si solo lo podía tener ahí, se esmeraba porque fuera realmente intenso.

—No.

—¿Vamos a seguir viéndonos así?—preguntó cada vez más molesto Izan.

—También podemos no vernos más.—La ceja alzada del chico que le dejaba claro que a él le daba igual, picó, al parecer allí el único interesado era Izan.

Iba a decir algo más, pero se encontró solo en un cubícalo minúsculo y con olores cuestionables, y no pudo más que también cuestionarse a sí mismo.

¿En serio estaba insistiendo en un tipo que le dejaba claro que le daba completamente igual estar con él?

La realidad paralela que estaba viviendo no le gustaba, quería volver a la suya, sin grandes problemas y cero rechazos, gracias.

—Olvidémonos de mí—le dijo Izan a Trez, volviendo a su presente—. Háblame de ese novio arqueólogo tuyo.

De nuevo hizo sonrojar a Trez, aquello estaba mejor.

o0o

Trez no tenía claro que Killian y él fueran novios, más bien dos personas que estaban bien juntas, muy bien.

Y es que Killian era todo lo que él pudiera desear, era atento, divertido, incluso era cariñoso, muy cariñoso.Y no tenía ningún tipo de reparo en demostrarlo delante de los demás.

TrezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora