Capítulo 23

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Trez no iba a negar que estaba algo nervioso al día siguiente. No había parado de sonreír en toda la noche y Chris no paraba de mirarle raro.

Lo entendía, porque realmente ni él mismo se entendía.

¿No se había prometido a sí mismo no caer más por Sten? ¿No le había demostrado este, que no podía confiar realmente en él?

Entonces, ¿por qué se sentía tan bien? ¿Por qué, después de días, estaba deseando llegar al maldito congreso?

No vivía lejos del museo, volvió a recorrer las mismas calles de siempre, junto a cientos de estudiantes y turistas. Sin embargo, él, ese día se sentía diferente.

Suspiró, quería verle, confirmar que aquello había pasado, que habían llegado a un punto común.

Cuando entró al museo, le buscó entre la gente. Sería el último día, y como un bobo pensó, su primer día.

No era difícil encontrarle entre la multitud, por su altura, pero también por aquel tipo de carisma que solo él desprendía. No sabía lo que era, pero le atrapaba.

Le miró, y Trez no sabía qué esperar, se debatía entre el reconocimiento y que todo aquello fuera solo un sueño.

Sin embargo, su sonrisa era mucho más, le veía, apreciaba que estuviera allí, y no veía la hora de que aquel maldito congreso acabara para poder estar juntos.

Sí, definitivamente se estaba dejando llevar.






Samuel no estaba escuchando lo que sus colegas le estaban diciendo, era imposible, llevaba desde la noche anterior completamente ido. Ni siquiera le había mirado el culo a Tommy, y eso que tenía un culo de infarto.

No, sin duda, estaba afectado. Él se había pasado toda la semana molestando a Hugh, incluso pensaba que quitarse la espinita podría ser un tipo de mandato cósmico. Pero cuando el conservador se agarró de su cuello y le besó, todo aquello cambió.

No es que no le hubieran besado antes así, de hecho el beso no fue la gran cosa, pero que fuera Hugh el que diera el primera paso, sentirle completamente pegado a él. Le hizo recordar, ellos se habían besado, estaba casi seguro, pero no lo recordaba.

Había besado, y lo que no era besado a un montón de tipos, por supuesto que no se acordaba de todos ellos, ni de broma tendría tan buena memoria. Pero la jodida cara de Hugh detrás del beso era una que había visto antes, y él, de seguro no solía mirarle así.

Parecía perdido, y se escapó sin dejarle explicarse o pedir explicaciones, odiaba ese juego. Él quería recordar, volver a besarle, y qué mierda, quería follarle en su minúsculo despacho del museo de mil formas diferentes. Pero cómo no, le estaba evitando de nuevo.

Estaba claro que Hugh había querido besarle, ¿no estaban un poco mayorcitos para andarse con ese tipo de indecisiones?

Él al menos sí, y si tenía que perseguirlo hasta su casa, lo haría. Al menos para hablar, claro.

Lo que no esperaba, y le supo a golpe bajo, era que apareciera con el tipejo ese del pub. ¿A quién quería engañar? A Hugh le gustaba él, no ese tipo, ¿no?





TrezWhere stories live. Discover now