Capítulo 10

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Trez estaba recostado en su cama viendo como Sten se vestía, realmente no sabía cuales eran los límites de su relación, pero estaba claro que abarcaban esas cuatro paredes.

Desde que le besó en clase, lo había estado haciendo cada vez que tenía oportunidad, y Trez se notaba caer. En clase era brillante, si le quitabas toda esa parte de "no quiero nada contigo pero te provoco", era la eminencia que él había conocido por su trabajo.

En la cama era otra eminencia, no podía negarlo, le gustaba. Le gustaba muchísimo, pero tenía claro que no era para él.

Con Josué había sido diferente, no había restricciones, o al menos eso pensó él al principio. Luego se dio cuenta que la única, y la más importante, era que aquello era temporal.

Pero con Sten era diferente, apasionado en la intimidad, distante con el resto del mundo. Y aquella dualidad a veces llevaba al límite a Trez.

Siempre se iba, y aquello era más que significativo, pero Trez había aprendido por las malas pero lo había hecho, a no dar por sentado nada.

Eso era lo que había, y él lo había aceptado, le gustaría decir que lo había hecho con agrado, pero este se iba cuando el rubio salía de la habitación.

Horas más tardes, incluso días, volvía a aparecer. No es que solo follaran, que también, además hablaban. De las clases, de las excavaciones, Sten le contaba avances de los hallazgos de Killian, como estaba pidiendo los permisos para que la campaña estival fuera en uno de los asentamientos noruegos en los que siempre había querido investigar.

Pero todo se quedaba allí, y la vida social de Trez empezaba a dar más asco que la que tenía antes de empezar el curso.

Por eso, dijo una de las mayores estupideces que se le pudieron ocurrir en ese momento.

—¿Te gustaría salir a cenar el próximo sábado?—En el momento que la pregunta salió por su boca se dio cuenta de que la había cagado.

Sten se giró completamente vestido, y su cara era un no rotundo, pero con explicación. Y Trez odiaba las explicaciones en las que todo seguía siendo un no.

-Trez, esto es...

—Olvídalo, no sé por qué lo he dicho.—Trató de sonreír, pero sabía que más que sonrisa era una mueca extraña.

Sten le miraba, sabía que lo que quería era agarrar la puerta e irse, pero en vez de aquello volvió hacia él. Siempre antes de irse le daba un beso, por si eso contaba en algún lado.

Dispuesto a recibir aquel beso agridulce no contó con que Sten se sentaría a su lado.

—Es bastante complicado.

—Vale, no pasa nada.

—Creo que sí pasa, ¿no es cierto?—le dijo el rubio sonriendo.

Bueno, si había llegado el momento tampoco tenía más sentido prolongarlo. Sten ya le había dicho que él no quería nada más, luego hicieron todas esas cosas absurdas, pero entendía que ese principio no había cambiado, solo había ampliado sus encuentros sexuales.

—¿Dónde quieres ir?

Aquello, sin duda no era lo que Trez había estado esperando. Algo más como " no eres tú soy yo".

—No lo había pensado ... pero podemos ir lejos de la Universidad... bueno, realmente no lo había pensado mucho.

Sten sonrió, y ahora dejó claramente su beso en sus labios para levantarse de la cama.

—Piensa un sitio de aquí al sábado.

¿Iban a tener una cita? Cuando lo dijo realmente no lo pensó, no era como si no lo deseara, pero nunca imaginó que Sten accediera.

Cuando este se fue una amplia sonrisa se instauró en sus labios, una cita. Tenía cuatro días para pensar un sitio estupendo.

o0o

Sten iba caminando hacia casa, dejar a Sigrid con sus padres cada vez le estaba costando más trabajo.

La niña preguntaba, y Sten se estaba comenzando a agotar de inventar excusas.

Lo que debería haber hecho era decirle a Trez que era mejor dejarse de ver, sin embargo, le gustaba, le gustaba muchísimo, y algo más de la fuerte química que tenían en la cama. Y aquello era motivo suficiente para haber salido corriendo.

No le gustaba sentirse así, porque acababa de demostrarlo accediendo a una cita. La escalada de su ansiedad iba en aumento, cuando tienes bajo control todo, y entra un lindo ratoncito en tu vida que te hace imposible separarte de él, todo se va a la mierda.

Todo.

Pero no iba a engañarse, se acababa de ir y ya tenía ganas de volver a verle. Sten resopló en el aire gélido de la tarde.

Estás perdido Sten Baardsson, se dijo a sí mismo, pero estaba deseando ver el lugar que elegiría Trez.

Cuando llegó a casa de sus padres, no solo estaba allí Sigrid, Samuel que era casi un hijo adoptado para la pareja estaba viendo el fútbol con su padre.

La imagen hogareña, eso era una familia, su familia y la quería sobre todas las cosas.

Por un momento pensó cómo quedaría allí Trez, seguro que primero se mostraría nervioso, pero lo imaginaba en el sitio en el sofá que quedaba libre.

Se sacudió la idea del cuerpo, aquello era una locura, Sten no necesitaba una pareja, no la quería porque sabía lo que dolía perderla. Al menos aquellas cuatro personas siempre estarían en su vida, y con eso debía de bastar.

o0o

Trez llevaba días dándole vueltas al tema, ¿dónde llevar a Sten, su profesor, su amante, a cenar? Era complicado y ningún lugar le convencía.

Demasiado formal, demasiado informal, íntimo, bullicioso, demasiado cerca, demasiado lejos.

¿Cómo se había metido en aquel lío?

Tentado estuvo de sugerirle pedir una pizza y quedarse en su casa, pero habían dado un paso, era plenamente consciente de ello, y no quería desaprovecharlo, aunque fuera lento quería continuar.

Desde aquella tarde no habían vuelto a estar juntos, y sabía que el sábado sería especial. Por eso, en las clases del viernes ya tenía decidido el lugar.

Había sido idea de Chris, su compañero de piso. El sitio era justo lo que estaba buscando y le tuvo que dar crédito a su amigo, era cierto que no lo imaginaba llevando a nadie a cenar allí, pero le había recomendado el lugar por su buena cocina y estar en un lugar cerca de oficinas, donde sería raro que se encontraran con alguien de su entorno.

Estaba contento y nervioso, porque no se arrepentía, ¿querría tener más cenas? ¿Más citas?

Sten estaba hablando con otros alumnos, pero sin dejar de mirarle por eso cuando este fue interrumpido estaba más concentrado en Trez que en los demás.

Un niña pequeña y morena fue corriendo hacia él.

—Papiiii—dijo lanzándose contra él y Sten la alzó en brazos besándola.

La mujer morena y realmente atractiva que acompañaba a la niña también se estaba acercando sonriéndoles.

—Mamá vino a buscarme—decía la pequeña realmente feliz saltando en los brazos de su ¿padre?

¿Padre? ¿Sten tenía mujer e hija?

Trez tuvo que agarrarse a la mesa, no podía creer que hubiera caído en aquel estúpido cliché.

Que Sten siempre se fuera, que desde el inicio le hubiera dicho que ellos no iban a tener nada más iba tomando sentido.

Trez se acababa de dar cuenta de que estaba siendo la aventura de un hombre hetero y casado.

¿Podía caer en algo más ridículo?

Salió esquivando a sus compañeros, a la mujer, a la niña y al mismísimo cabrón que no había sido capaz de contarle que estaba casado.





o0o0o0o0o

A partir de ahora, me vais a ver más seguido, espero que os guste que estos dos vayan avanzando cada vez más.

TrezWhere stories live. Discover now