Capítulo 28

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—Tu madre me va a matar—se quejó Trez—. Primero te mata a ti, y luego a mi, Patrick.

Su primo pequeño quería simular estar un poco avergonzado, pero en realidad se le daba fatal. Y el muy cretino decía que había ido a la ciudad a probar suerte como actor.

Pues estaba haciendo un papel horrible como niño bueno que no ha roto un plato en su vida, la verdad.

Pero Patrick siempre había tenido un punto para que nadie acabara estrangulándolo, era demasiado encantador, demasiado alegre, te contagiaba la alegría de vivir con tan solo respirarte un poquito al lado. Y en ese momento, estaba respirando muchísimo.

—Soy mayor de edad y me estoy muriendo del asco en el pueblo, Trevi.—Aquel mote familiar le hacía recordarse a sí mismo de un modo que no le gustaba nada.

—¿Y no pensaste avisarme antes?—Trez ya conocía los arranques de su querido primito.

Ni a él, ni a sus padres le había dicho nada, había cogido un autobús y se había plantado en la casa de Trez.

A su tía casi le da un infarto cuando Trez la llamó para avisarle del paradero de Patrick, aunque en el fondo aún no se habían percatado de su ausencia.

Después de asegurarle que él no tenía nada que ver, los gritos de la mujer se escucharon por toda la casa mientras Patrick sostenía el teléfono todo lo separado de su brazo le permitía de su oreja.

Chris les miraba como el que ve una película, una bastante mala de sobremesa, últimamente pasaban demasiadas cosas en su tranquila vida en aquella casa.

—Dormirás en el sofá—sentenció Trez, por ningún motivo lo quería en su habitación, su primo podía pasarse horas hablando de cualquier chorrada.

Trez tenía mucho en que pensar, en Sten principalmente.

¿Qué iba a hacer con su primo si al rubio le daba por presentarse en su casa?

Aún tenía tan fresco aquel beso, y las ganas de más que no le hubiera importado que se presentara allí como tantas veces en el pasado.

¿Lo haría?

Daba igual, no iba a hacerlo, estaba cuidado de su hija, se recordó a sí mismo.

El haber visto esa parte tan íntima de su vida, su hija, que lo llevara con ellos al hospital y que le enseñara su casa, era completamente nuevo para ellos. Para la historia de meros encuentros sexuales que había en su pasado juntos.

Patrick le estaba mirando con carita de cachorrillo abandonado, y hasta a Chris se le estaba notando los efectos de aquel pequeño manipulador.

—Yo puedo hacer algo de cena—comentó un poco apurado.

Chris estaba viviendo demasiadas cosas con Trez en los últimos tiempos, y eso que él le había prometido que su vida era lo menos emocionante del mundo.

—Me muero de hambre, te comería a ti entero—Patrick le guiñó un ojo a Chris y este se puso de color bermellón en menos de una milésima de segundo.

Trez le pegó una colleja a su primo, y se pasó un dedo por el cuello mostrándole lo que le pasaría si volvía a hacerle un comentario así a Chris, Patrick solo se encogió de hombros inocentemente.

Cuando esa larga noche cada uno se fue a la cama, Trez suspiró, estaba deseando poder marcharse a la excavación. Por la excavación, sí. Y por Sten, aún estaba un tanto alerta por poder llegar a confiar en lo que ahora parecían tener.

Había tenido tan mala suerte siempre en el amor que era como un acto reflejo desconfiar, y con el vikingo tenía un historial dudoso.

Pero quería creer que iría bien, de verdad que quería creerlo.

Trezحيث تعيش القصص. اكتشف الآن