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UN AÑO DESPUÉS



—Señora Margaret, disculpe que la moleste.— Pedí permiso, para echar su mecedora a un lado y poder barrer el suelo por ese rincón.

—¡Ay dios mío con esta muchacha! Te tengo dicho que no me trates de usted.

Sonreí conteniendo una carcajada.

—Es mi deber tratarla con ese respeto.

—A mi hijo Alan no le gusta eso, lo sabes.

Alan.

Suspiré.

Terminé de recoger la basura que había en la pala para echarla en la papelera de la cocina, acto seguido me quité el delantal, sirviéndome un vaso de agua fría, el cual me tomé sentada en la silla frente a la ventana, observando el bonito día gris que hacía.

Me gustaban los días oscuros y lluviosos, como a todos los de esta casa, suponía que ya empezaban a pegárseme ciertas costumbres.

Mis labios se curvaron ligeramente en una muestra de añoranza, podía ver mi antigua casa, en la que no había vuelto a entrar desde lo sucedido aquella terrible noche.  El casero ahora se la había alquilado a otra familia. 

Cuando maté a aquel hombre, creí que mi vida estaba arruinada por completo, que todo el pueblo descubriría que mi madre se prostituía, y que yo iría a la cárcel, pues ya era mayor de edad.

Dakota Tolimson me sirvió un té para ayudarme a calmarme, pero lo cierto es que me drogaron, y desperté al día siguiente, en la que ahora es mi habitación.

Recuerdo que durante esa noche me desvelé algunas veces sin ser capaz de ser consciente, y que mi imaginación, me hizo ver a Cristian a mi lado, observándome.

Sé que él nunca haría algo así, y que todo fue un sueño, pero de todas formas, me reconforta recordarlo de esa manera.

Cuando Dakota me dio los buenos días, me invitó a desayunar con el resto de la familia, todos actuaban como si no hubiese pasado nada y fuese totalmente normal tenerme allí entre ellos, hasta que por fin me decidí a abrir la boca y rompí el silencio lanzando la pregunta : ¿Qué ha pasado?

Al principio no se fiaban de mi, me dieron mucha información distorsionada, y lograron confundirme en varias ocasiones, hasta que Alan, me consideró digna de formar parte de su familia, algo que no me fue del todo sencillo.

Es un hombre complicado, aunque su hijo, lo es mucho más.

Ese mismo día, esa misma mañana, recibí dos noticias, una buena y otra mala, la buena era que los Miller, sin saber cómo, se habían deshecho del cadáver, de las manchas de sangre, de cualquier prueba que pudiese haber en casa, y todo quedó como una simple pesadilla que jamás sucedió.

La mala noticia, es que mamá había fallecido en esa misma noche, ella tenía una infección pulmonar de la que no lograba recuperarse.

Yo trabajaba desde los dieciséis en un bar como ayudante de camarera, y por las mañanas, iba a estudiar. Mamá empezó a trabajar como señora de compañía cuando pocos meses después de yo nacer, mi padre se largó con otra mujer.

Mis abuelos maternos habían muerto, mamá no tenía más hermanos y estábamos completamente solas.

Cuando yo empecé a trabajar le rogué a mamá que lo dejase, pero ella ya estaba acostumbrada, y obsesionada con el dinero, decía que quería que fuese a la universidad, aunque yo realmente, no lo necesitaba.

CRISTIANWhere stories live. Discover now