Llevaba toda la mañana con la cabeza en las nubes, sin tener del todo claro donde estaba, ¿en el mundo real? ¿o en un sueño? Tal vez...¿una pesadilla?
La policía se veía a través del cristal de las ventanas de clase, la carretera había sido cortada y menudo alboroto se estaba montando por el ''accidente mortal'' que acabó con la vida de Amanda en menos de un minuto.
No podía haber sido él, ¿cómo iba a hacer que aquel dron perdiese el control? Obviamente había sido un accidente, sí, debía ser así.
'' Mutación genética....Cristian... ya no es humano...''
Sacudí la cabeza, tenía muchas preguntas, no entendía nada de la situación, pero tampoco estaba segura de querer entenderlo. Aun así, permanecer en la ignorancia me parecía una actitud muy cobarde.
Tenía que hacer algo, pero antes de todo, estaba cumplir mi promesa de ayudar a Cristian a encontrar la calma y aferrarse a su humanidad.
Alan pudo conseguirlo, y por historias que me contaban, él fue bastante rebelde en su época de asesino en la adolescencia, si Alan pudo encaminarse de buena manera... ¿por qué Cristian no?
Todos los méritos de los éxitos de Alan siempre se los habían atribuido a Dakota, a su magnífica labor como madre, esposa, mujer fuerte, fiel compañera y sobre todo, amiga.
Yo no me sentía a la altura de Dakota, y no me veía capaz de ser ese soporte que alguien como Cristian podría necesitar, sobre todo, porque él parecía interponer a cada momento una barrera de hielo entre nosotros, empeñado en odiarme, en culparme por sus sentimientos.
Sonó la alarma de final de clase, en el descanso no tuve ánimos de salir del aula, no quería verme con Ana, pues sabía que iba a ser asaltada por una avalancha de preguntas que no estaba en absoluto preparada para responder.
No podía ni responder las mías.
Colgué la pesada mochila sobre uno de mis hombros, saliendo al pasillo, todo el que me veía comentaba cosas en voz baja, era casi imposible de creer que alguien como Cristian estuviese saliendo con una chica como yo.
''Es hija de una prostituta, claro que sabe como enredar a un hombre''
Me detuve, apretando con fuerza el archivador entre mis brazos, gruñí y seguí caminando, no iba a darles el placer de sentirme herida por tonterías como esas, mi madre era una buena mujer, y para mi, siempre fue la mejor mamá del mundo.
Qué importa lo demás.
Bajé las escaleras pasando por el quirófano de prácticas, allí estaba Cristian, practicando una operación a pecho abierto con un animal el cual no llegaba a diferenciar desde donde me encontraba.
Se veía tranquilo, relajado, su pulso era muy exacto y hacía las cosas de forma automática, muy diferente al resto de los alumnos, que ponían muecas de asco, hacían comentarios e incluso sufrían arcadas.
El profesor se acercó a examinar su trabajo, este se levantó las gafas examinando de cerca.
— Es el trabajo más limpio y perfecto que he visto en mi vida, Cristian, ni los mejores cirujanos tienen esta precisión, definitivamente, posees un don.
Sonreí.
Sus éxitos, eran mis éxitos, cada paso que él daba hacia algo mejor, me hacía sentir una felicidad indescriptible.
No entendía por qué, pero suponía que eso era el amor ¿no? Amar a la otra persona, y desear su bienestar, por encima de todo.
Aunque sea sin ti.
