Capítulo 1

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Capítulo 1

◇━━ Romy ━━◇

      Luz.

     Esa iluminación que entra en una ráfaga, tal como el proyector que se enciende, indicándole al artista que la función ha comenzado, que el público ahora puede verlo, debe hacer la actuación de su vida, como si fuese la última.

     Así mismo golpea mi rostro esa luz. Atraviesa la ventana directo a mis ojos, le indica a esta actriz experimentada que un nuevo día inicia. La función de hoy empieza, el mismo escenario, el mismo público, la misma actuación, el personaje creado que tiene resultado y entonces se conserva como una nueva realidad.

      Dejo mi rostro pegado a la almohada mientras mis ojos examinan mi habitación, ya amaneció, no estoy segura de cuantas horas he logrado dormir esta vez. Al menos hoy no hubo pesadillas, una noche sin descanso, pero silenciosa.

      El color de mi cuarto es neutro, las paredes vacías, mis muebles solo tienen libros de la escuela, y otras cosas sin significado. Todo está ordenado y recogido, porque vivo de rutinas, me ayuda a permanecer en el personaje que he creado para mí.

     Abrazo mi almohada y volteo a mi mesa de noche, solo cuatro fotos allí. La primera es muy vieja, una niña que se parece a mí, luce feliz, está acurrucada con su peluche en el costado de un gran hombre de cabello rapado que la envuelve con su brazo, apretándola y uniendo sus rostros en una mueca tierna y divertida, ambos parecen estar despertando en una cómoda cama de sábanas blancas.

     Esa me recuerda, que lo amaba, y que una de las mejores cosas en este mundo la viví, dormir acurrucada con mi padre, cada vez que él volvía. Entonces está la segunda, la que me recuerda que debería odiarlo, un periodista entrometido la captó en uno de sus regresos, una pequeña rubia de rostro neutro y vacío, abraza la pierna de su padre, rendida a la realidad.

     Esa foto me recuerda que la mejor cosa del mundo, puede ser bloqueada en solo un segundo por la peor cosa del mundo.

     Mis ojos van a la tercera, allí está mamá, hermosa, su bonito cabello castaño, mejillas rellenas y lindos ojos, parece feliz, aunque se observa un rastro de incertidumbre. Supongo que por el militar detrás que la abraza sin mostrar el rostro, él a punto de iniciar una carrera fatal, ella a punto de perder su alma poco a poco. Esa es la que me recuerdo por quien sigo viva, y quien sufre más que yo.

      Finalmente, aparece la cuarta, chica linda, con una melena rubia larga, es muy delgada, luce ropa a la moda, con una sonrisa enorme y brillante como si el mundo entero estuviese a sus pies.

     El chico a su lado no pasa debajo de la mesa, tiene una figura de ensueño, es alto con los ojos verdes, muestra una sonrisa encantadora, viste con estilo y clase, ambos se abrazan llenos de felicidad y amor, parecen modelos recién salidos de una revista, envidiables y perfectos.

     Esa me recuerda que mi vida no está vacía, al menos Danielle, mi versión en esa foto, es feliz viviendo esta falsa realidad. Así inicia mi rutina cada día, pensando en esas cuatro cosas que me hacen levantar de la cama.

     Mi closet está repleto de ropa, no es la más costosa, pero es tierna y a la moda, invierto todos mis ahorros en mantener a Danielle —mi personaje— creíble para mí misma y para los demás.

     Escojo un conjunto ajustado de colores pastel, muy fresco, peino mi cabello dejando caer los mechones amarillos en armonía. Maquillaje suave cubre mi rostro joven y liso. Me detengo frente al espejo antes de irme, allí está ella, Danielle, lista para salir al escenario.

#2 RomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora