#2 Roma

Capítulo 21

Capítulo 21

◇━━ Ezequiel ━━◇

      —¿Entonces ya ellos saben quienes somos? —Pregunta Ava, aún asustada.

      —Sí, le he hablado a Agustín y Julie de ustedes, que son mis amigos desde niños, y que vienen de la calle también.

       Ray no ha dicho nada en todo el camino, ambos ya han conocido a mis amigos hace tiempo, y parecen llevarse bien, pero aún no habían aceptado venir al hogar, supongo que de inmediato lo asocian al pasado y eso los aterra, en especial a Ava.

      Gina está muy emocionada, ella le hace todo tipo de preguntas a Romy de cómo es y cuándo puede conocerlo cada vez que la ve. Así que está cumpliendo un sueño al venir aquí.

      Nos bajamos del auto, el tono de blanco que recién se pintó en la fachada del hogar hace que se vea aún más acogedor y resplandeciente, Julie y Agustín están de pie en la entrada.

      Los presento brevemente, Ávalon tiene aferrada de la mano a Gina. Pero la actitud dulce de Julie hace que se relajen un poco. Los acompaño mientras recorren todo el hogar, les muestran cada habitación y Agustín les cuenta a qué se dedican y lo que enseñan a los niños.

     —Hay algo más que queremos que vean —dice Julie—. Acompáñennos al patio.

     —Es hermoso —expresa Ava al ver el amplio jardín todo verde rodeado de árboles.

     —Eso que ven en el fondo es el granero allí realizo gran parte de mi trabajo —explica Agustín.

      —¡Tienen una linda casa! —exclama Ava, parece conmovida, creo que ella nunca había visto un lugar como este.

     —Lo es —Julie se acerca a Agustín—, quisiéramos hacerles una propuesta, ya que conocieron nuestro hogar.

      Ray se acerca a Ava colocando las manos en sus hombros.

      —Hace tiempo que estamos necesitando algo de ayuda extra, así que este chico —me señala— sugirió que quizá a ustedes les gustaría trabajar aquí.

      Sus rostros reflejan inmediata sorpresa y confusión.

      —No es mucho el dinero que pueden ganar, pero tendrán tres comidas al día y más importante aún tendrán un sitio donde vivir.

      Ambos voltean a mirarme como si yo hubiese enloquecido, sonrío ante su expresión. —Está bien, no se quedarán en el hogar a vivir.

      —No, no lo harán —dice Julie— Eze les enseñará donde se quedarán, si les gusta, pues nuestra oferta está abierta, déjennos saber que deciden.

     Ambos sonríen y entran de regreso a la casa.

      —¿Enloqueciste? —pregunta Ray, confundido—, es un hogar de niños ¿Cómo vamos a vivir aquí?

      —Ya te lo dije, no vivirán aquí... Vengan— camino hacia la pequeña cabaña que construimos, espero realmente que esto funcione o será muy triste—. Hicimos esto para ustedes.

      —¿¡Qué!? —Ava parpadea, sorprendida, extrañada.

      Romy abre la puerta. —Bienvenidos a su nuevo hogar —sonríe ampliamente, Gina corre a abrazarla, ella la alza, haciéndola girar una vez, una carcajada sale de la pequeña, nunca la había visto tan feliz.

     —¿Viviremos aquí, tía Rom?

      —Así parece —le guiña un ojo—, hay que convencer a tus papás, ¿por qué no les muestras la casas?