Capítulo 5

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Capítulo 5

◇━━ Romy ━━◇

        4 años después...

       La luz de la ventana me despierta, cubro mis ojos y me siento en la cama, busco mi bolso en el piso y saco mi teléfono para ver la hora.

      —¿Por qué demonios tienes que levantarte tan temprano? —pregunta Mishaal, en la cama, detrás de mí, su rostro mirándome con fastidio.

     —Luna me buscará por mi residencia, comienza una clase temprano, así que si no estoy allí me dejará.

     —Procura no despertarme la próxima vez que debas irte a esta hora.

      Ruedo los ojos y termino de colocarme el suéter. Aún no ha salido el sol, camino cruzando las calles de la universidad hacia mi habitación, mi compañera sigue dormida, así que trato de no hacer ruido, me irrita escuchar su voz.

     Me doy una ducha y luego me cambio, justo a tiempo para el mensaje de Luna. He sobrevivido un año de universidad porque ella se convirtió en una adulta responsable y trata que yo sea lo mismo.

      Cada mañana que acompaño a Luna a llevar a los niños al colegio, me asombra su valor y fuerza, porque si yo hubiese pasado lo mismo que ella, no volvería a levantarme de mi cama, mucho menos cuidaría a dos criaturas con el amor que lo hace.

      En esos momentos entiendo a mi mamá, porque probablemente yo sería igual a ella, de cierta forma siento que me parezco.

      Pero, Luna es diferente, ha conseguido en ellos las fuerzas para luchar y seguir adelante, no solo es como una hermana para mí, sino la mejor persona que conozco y la que más me conoce en el mundo.

      Es ella quien me ha ayudado a descubrir quien soy, a aceptarme y no dejar que lo que otros piensen afecte mi personalidad nunca más, es la única aparte de Mish que sabe de mis marcas personales, mis cicatrices, y siempre está comprobando que no siga con eso, reconozco que es lo que más me ha costado superar, se volvió adictivo.

      Ya no uso cosas filosas, pero no evito el dolor, si me corto por accidente o me golpeo disfruto la sensación, si lo sé, suena sádico y enfermo, pero no puedo explicar lo agradable que se siente. Cuando estoy muy enojada, entierro las uñas en mis manos como puños y eso me calma, luego veo las marcas que eso deja, pienso en que necesito ayuda urgente, pero no soy capaz de dar el paso.

     Entro a mi clase nada fuera de lo ordinario, suelo sentarme de primera porque me gusta prestar atención a los profesores, siempre ha sido así, por la sencilla razón de que los libros y yo no nos llevamos bien, prefiero escuchar y experimentar. Y eso, aparte de escoger una carrera que me encanta, me ha ayudado a sobrevivir este primer año de universidad.

       Desde que me decidí a descubrir quién soy y lo que me gusta en realidad, he sido una constante contradicción y misterio para los que me rodean; hay los que lo consideran extraño, otros lo ven fascinante y aquellos que por alguna razón me quieren solo lo ven normal, porque se han acostumbrado a mí y me aceptan.

       —Roma —me llama el profesor. Respiro profundo, detesto el tono autoritario, acompañado del irritante recordatorio de mi nombre. Me volteo lentamente y lo observo—. Entiendo que estemos en un ambiente, como decirlo, "artístico", pero sus colores de cabello están excediendo parámetros.

     Se queda mirándome como si esperara una respuesta, qué tierno, como si tuviese algo que decirle. Sonrío a medias y asiento, comienzo a alejarme y él no intenta detenerme, mis profesores se han dado por vencidos con mi forma de ser, de todas maneras al final del día mis notas es lo que les interesa y no hay nada que puedan objetar de ellas.

#2 RomaWhere stories live. Discover now