Capítulo 23

41 8 0
                                    

Capítulo 23

◇━━ Romy ━━◇

         El portero abre la puerta de la lujosa camioneta negra de vidrios oscuros que está esperándome afuera del edificio, le agradezco y subo en el asiento de atrás. Siempre me ha llevado alguien más en un auto, pero nunca tuve un chofer, y menos anduve en un vehículo tan lujoso, es muy extraño.

       —¿Entonces, ¿a dónde, pequeña hips?

      —¡No inventes! —grito y brinco hacia adelante para abrazarlo—. ¡Clay! ¿Qué demonios? No puedo creerlo.

       —Vaya, entonces me extrañaste, no pensé recibir tanto amor.

        Sonrío y vuelvo a mi lugar, no puedo ocultar la alegría que siento, no es que Clay sea la persona que más quiero en el planeta, pero él es un pedacito de mi mundo, de mí yo normal, y no de esta nueva vida a la que estoy entrando.

        —Claro que te extrañé, idiota, ha pasado demasiado tiempo, ¿qué haces aquí?

        —Pues tu novio —dice—, él se está haciendo muy famoso, así que el jefe pensó que necesitarías quien te cuidara y no quería que contrataran a cualquier idiota, sino que tuvieras a un idiota conocido y que fueses cómoda además —me guiña por el espejo retrovisor.

       —Estás diciéndome que Mishaal te envió a cuidarme y pagó esta cosa, ¿es en serio?

       —Tan serio como la excelente paga que me dará a mí.

       —Ese cretino sobre protector, ni siquiera se puede dignar a aparecer o ¿a caso él? —pregunto con un poco de esperanza.

      —No, Rom, no ha vuelto, pero tengo entendido que aún te escribe.

      —Sí —suspiro—, las mismas tres palabras, a veces no es suficiente, ¿no hay una manera?

      Niega. —Ni siquiera yo sé cómo contactarlo, él solo me informa que debo hacer y eso es todo.

      —Lo entiendo —tomo una reparación profunda—. Entonces, ¿estoy atrapada contigo?

       —Hasta que la muerte nos separe —sonríe y vuelve su mirada al frente—. ¿A dónde?

       —Al refugio.

        Asiente y arranca, al menos el que Clay esté llevándome no se siente extraño. Más bien familiar, y esa sensación resulta agradable para mí en este momento. Supongo que Ezequiel sabía que se trataba de él, a veces es doloroso pensar que Mish se comunica más con él que conmigo.

       Debo poner en orden mi mente, tengo cosas mucho más serias en las que concentrarme, espero que ella esté en el refugio porque la duda me está matando.

       Me bajo y camino directo a la recepción. —Hola, ¿está Marry aquí?

       —Hola, Romy —contesta tranquila—. No, este es su día libre.

       «Rayos, tengo que hablar con ella». —Oye y ¿podrías darme su dirección? —Sube la mirada hacia mí como si estuviese loca—, vamos, es algo importante por favor.

         Lo piensa un segundo y niega. —Está bien, solo porque eres tú —me entrega una hoja de papel—, si haces alguna locura, negaré todo.

        Asiento repetidas veces. —Muchísimas gracias.

        Me subo al auto casi corriendo y le entrego a Clay la dirección, es un buen chofer, no hace preguntas, solo conduce como siempre.

#2 RomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora