#2 Roma

Capítulo 18

Capítulo 18

◇━━ Romy ━━◇

      Una semana. Ese es el tiempo que ha pasado desde que vi por última vez a Ezequiel.

      No lo he visto en clases, no lo he visto en el hogar, no me ha escrito, ni yo tampoco a él. No sé si Ávalon está bien o no, y por alguna razón eso me preocupa.

     Pero me preocupa más él, sé que han estado muy presionados con el nuevo álbum que tienen que hacer. Además, después de todo lo que me dijo, rayos, su vida, no está siendo tan fácil justo ahora, pero no puedo evitar pensar en que no me ha extrañado ni siquiera lo suficiente para buscarme.

      Recojo mis materiales, he intentado concentrarme en clases, pero me cuesta trabajo. Comienzo a salir del salón.

      —Romy.

      «Con un demonio».

      Volteo despacio hacia Solange.

      —¿Cómo estás?, Me preguntaba si has sabido algo de Clay, mi hermana ha estado muy triste desde que se fue.

       —Claro —alzo una ceja—, sé que quieres enterarte de todo y tener las últimas, pero ¿adivina qué?, me importa poco lo que quieras.

      Volteo y sigo caminando, siento como me persigue.

     —Oye, qué rudeza, creo que no nos hemos llevado tan bien chica.

      No respondo, solo la ignoro y continúo mi camino, no resulta.

       —Saige dice que sigues saliendo con Ezequiel —me alcanza—, que son amigos con derechos.

      —No es de tu incumbencia.

       —Es cierto, al menos conmigo se atrevió a tener una relación, a la gente le encantaba vernos de la mano por todos lados, no teníamos que solo ocultarnos en un cuarto ocasionalmente, pero supongo eres ese tipo de chicas.

      Si me volteo ahora tendría el tiempo suficiente de romperle la nariz, pero ¿acaso es mentira lo que dice?, esa perra.

      Continúo mi camino ignorándola, jamás le daría la oportunidad de ver que algo de lo que dice me afecte, ella no me sigue más, ha logrado lo que quería.

      Avanzo hacia la cafetería, no necesito pensar en eso ahora, así que repaso que haya traído todos mis cuadernos conmigo, tengo que estudiar, subo la mirada un poco y veo el escalón, pero... es muy tarde.

     Mi caída parece en cámara lenta, todos mis cuadernos se riegan en el suelo.

     «Grandioso, este día no deja de mejorar».

    —Déjame ayudarte.

     —No, gracias —me arrodillo ignorando a Sean, bailé con él en una fiesta el primer año de clases, es guapo, no está mal, pero no me interesa.

     —Vamos —comienza a recoger mis cosas, me pongo de pie y me las entrega—, no pasa nada.

     —Gracias —tomo mis cosas y me dispongo a caminar.

     —Romy, oye —me alcanza—, iremos esta noche al Hall, ¿te gustaría venir conmigo y unos amigos?

     Pienso en mandarlo al diablo, pero el Hall es el club que Ezequiel frecuenta, si soy una chica más para él, no le importará verme allí bailando un poco con otro chico guapo, ¿cierto?