Capítulo 27

67 7 2
                                    

Capítulo 27

◇━━ Romy ━━◇

      Nueve meses pasan demasiado rápido, aún parece que fue ayer cuando le dimos la noticia a todo el mundo. Quiet Sounds tuvo un concierto en el Madison Square Garden (1), asistieron más de diecinueve mil personas, no cabía ni un alma más.

       Casi a mitad del concierto cantaron su canción del año, toda en acústico, los tres sentados en la pasarela del escenario con sus guitarras. Al terminar, mientras la gente gritaba y aplaudía, se colocaron de pie y se quitaron sus camisas permitiendo ver las franelas que nosotras hicimos para ellos.

        En el momento que las grandes pantallas las dejaron ver, las personas comenzaron a gritar de forma ensordecedora, al día siguiente no había programa de televisión o periódico que no tuviese la gran foto publicada con todo un reportaje al respecto.

        La bebé de Sussie nació hace una semana, por su salud tuvieron que practicarle una cesárea, pero todo estuvo bien, se llama Sara, se parece mucho a María a decir verdad, aunque con lo emocionados que están los padres de ella no me atrevería a comentarlo.

        —Hey, bonita, ¿adónde vas? —me pregunta Ezequiel alzando una ceja. Apenas puedo caminar bien con mi panza, no pensé que cerca del final realmente me fuera a sentir tan pesada y cansada, el resto de los meses estuve perfecta.

       —Tengo que pasar por el estudio, Clay me llevará, estaré bien.

       —Sabes que estás a punto de explotar, no deberías trabajar —me mira con clara desaprobación.

       —Será rápido, tengo que ir, tranquilo —le arrojo un beso a distancia y salgo.

       En realidad estoy cansada de estar encerrada y de que no me deje mover ni un músculo, estoy embarazada, no enferma.

      Llego a mi oficina y me dedico a terminar de organizar los próximos proyectos en mi computadora, hace poco que mudamos todas las instalaciones a este penthouse y aún hay muchos detalles y departamentos que ordenar.

      Es tarde, ya todos deben haberse ido, y yo sigo aquí como la loca obsesionada con el trabajo.

       Dios, este bebé pesa más que yo porque me tiene agotada, ahora quisiera haberle hecho caso a Ezequiel y estar en el apartamento de reposo. Tomo mi cartera y cierro la oficina. Bajo en el ascensor hasta la recepción, cuando las puertas se abren y salgo quedo paralizada.

        ¡No puede ser!

       —Hola —dice con voz ronca, sonriendo levemente, incorporándose cuando me ve—, pensé que nunca bajarías.

       Mi rostro se ilumina con la más grande sonrisa. —¡Mish! —"corro" todo lo rápido que esta barriga enorme me permite y lo abrazo.

       Se ve mayor, ¡rayos! A paso mucho tiempo, él siempre cumplió su promesa y yo nunca he dejado de extrañarlo.

       —Demonios, estás enorme.

      —Lo sé —me río—, ¿has vuelto? ¿Qué haces aquí? Dios cuantos años.

        Asiente. —Muchos..., tuve que venir y pensé que era un buen momento para verte —responde simplemente.

       —¿Cómo está ella?

      —Perfecta.

      Sonrío. —Te extrañé tanto.

      —Y yo a ti —me abraza de nuevo—, estás preciosa.

#2 RomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora