Capítulo 7

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Capítulo 7

◇━━ Romy ━━◇

      Mi cabeza zumba, tanto que quisiera arrancarla de mí. Siento un pesado brazo sobre mi estómago aferrándome «¿Sigue aquí?» Mi espalda está contra su pecho, es cálido, siento su respiración suave en mi cuello y su pierna entrelazada casualmente con las mías.

     Tomo aire absorbiendo el momento, nunca había despertado con un chico de esta manera, usualmente cuando salgo con alguien me voy o lo corro antes de quedarme dormida. Y pues con Mishaal es totalmente diferente, solo me importa que esté cerca para espantar mis pesadillas, y cuando dormimos, prácticamente no me toca ni un cabello.

     Recorro su brazo suavemente con mi dedo, ahora que lo pienso no recuerdo la última vez que dormí tan bien en esta cama o que me sentí de esta forma estando cerca de un chico. Me muevo despacio intentando salir de su agarre sin despertarlo.

     Se mueve un poco cuando me levanto, pasando su brazo sobre su cabeza, la sabana descansa en su cadera, dejándome una vista espectacular de su bien definido torso.

     Sonrío, los recuerdos de la noche anterior invadiéndome.

     Rayos, siento mi estómago retorcerse, así que corro apresurada al baño, dejo en el retrete todo lo que consumí anoche, es asqueroso, odio esta parte.

     Cepillo mis dientes y recojo un poco mi cabello antes de volver a la habitación.

      Voy en busca de una aspirina y café. Gracias a Dios Saige no está aquí, posiblemente no regrese el resto del día, es lo mejor para mí, podría no volver nunca y eso sería algo perfecto.

     —Quiero café —murmura con voz rasposa.

      Alzo una ceja y volteo, está pasando las manos por su rostro y cabello. ¡Dios que vista tan buena! Se encuentra tan tranquilo como si su noche hubiese sido perfecta, en realidad...

      Lo fue... Al menos para mí.

     —Me sorprende que sigas aquí —le entrego una taza y me siento en la cama del frente- hay aspirina sobre la mesa.

     —Excelente —se toma una, me mira—, ¿por qué me iría? Merezco dormir, más después de que acabaras con todas mis energías —me guiña.

      Hago un débil intento por no sonrojarme. —No lo sé, pensé que salías corriendo de las habitaciones de las chicas, como todos.

      Se ríe con ese tono ronco encantador. —No, bonita, no soy así —sonríe mirándome.

     —¿Y cómo eres, Ezequiel?

     —No salgo con cualquiera, como piensas, sí, puedo bailar y divertirme, pero siempre soy completamente claro, me creas o no, conozco por nombre y apellido cada chica con la que he estado y me sobrarían dedos.

      —Por alguna razón, te creo —sonrío, no estoy mintiendo, no lo conozco, pero no siento que sea una persona falsa, no hay una pizca de falsedad en su mirada.

     —¿Qué hay de ti? —Sé que quiere decir y es lógica su pregunta— ¿a tu novio no le molesta esto?

     —¿Mi novio? —frunzo el ceño.

     —¿El chico que te recibió el viernes?

      Me río. —Claro, él —sonrío ampliamente—, ya te lo dije, no creo en los felices para siempre, no salgo realmente con nadie, no creo en las relaciones.

#2 RomaWhere stories live. Discover now