C. 5.

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___________ POV

Estaciono su auto con muchísimo cuidado en el garage de mi casa, me encuentro con Ross al salir del auto, esta comiendo un yogurt mientras me observa salir de este.

-¿Por qué tardaste tanto?
Me pregunta con el ceño fruncido.

-Estaba concentrándome en no chocarme con nada- cierro la puerta de su auto y le entrego la llave.

-Es hora de ir por mi otro.

Me dice, tomándome de la muñeca, sin ninguna fuerza, con una ligera sonrisa sobre sus labios carnosos. Bostezo.

-Estoy muy cansada.

-Puedes dormir mientras vamos en el taxi, ven- me jala hacia él- Vamos rápido.

Me relamo los labios.
Y lo sigo, lo observo cerrar la puerta del garage apretando un pequeño botón que está adentro. Me zafo del agarre de Ross y comienzo a caminar sola, sintiéndome más cómoda de esa forma.

-¿Realmente te agrada mi papá?
Me pregunta, intentando sacar un tema de conversación.

Vuelvo a bostezar.
Ross ríe.

-Sí- contesto- Es un buen hombre.

-Digo lo mismo de tu mamá.

-Ya verás con el tiempo que no es así- sonrío ligeramente, recordando su traición hacia mi padre.

-¿Por qué lo dices?

Me hace con la mano un gesto de que espere en donde estoy, Ross detiene un taxi con la mano y habla con este, diciéndole su dirección, me llama, y en menos de diez segundos los dos ya estamos en la parte de atrás del auto del taxista, que por cierto tiene una música preciosa de fondo.

-¿Crees que pueda llegarle a serle infiel a mi padre?- me pregunta, extrañado.

Niego con mi cabeza.

-No me refería a eso- suspiro- Ya no importa, olvida eso, son cosas mías.

-No lo olvidaré, vamos, puedes decírmelo.

-No es nada importante.

-¿Es por tu padre, verdad?

Un silencio incómodo nos invade.
No me siento lista para hablar de mi padre, y no me siento lista para que Ross conozca mi parte más sensible. No sería capaz de contarle esta historia sin ni una lágrima. Se me hace imposible.

-Hablemos de otra cosa- le contesto luego de un rato- No es cómodo para mí hablar de eso, pasó hace pocos meses.

-Lo siento.

Se disculpa, dandome dos palmaditas en el hombro, sonrío, cabizbaja. Observo la ventana del taxi en el que estamos, aún falta bastante para llegar a la casa de Ross, hace una hora como máximo, cuando llegué, le pedí que por favor me hiciera un mini tour de su casa, y lo hizo.

Su casa es muy acogedora por más que ahora este casi vacía por la mudanza, sigue teniendo afuera de las cajas unas fotografías preciosas de su madre, de Mark y de él. Sin duda se ve que se querían muchísimo, le pregunté que fue lo que hizo que sus padres se divorciaron, pero no quiso decirme algo respecto a eso.

No lo juzgo.
Quizá sea algo que le siga doliendo.
También encontré fotos de él junto a una chica pelirroja de ojos cafés, Ross dormía en la cama y la chica sostenía la cámara, al parecer instantánea por el papel de la foto, mientras sonreía, mostrando sus blancos dientes y a Ross recostado con los ojos cerrados.

Asumí que era su novia.
Quise ver algunas fotos más pero Ross se dió cuenta que estaba revisando algo que no debía y me quitó el pequeño cofre donde estaban todas estas fotos y al parecer, también cartas, para luego hacerme un comentario de que planeaba quemar todo esto, y que no tenía ni la más mínima idea de por qué había guardado fotos con aquella mujer.

Solo hermanos; Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora