Solo hermanos; Ross Lynch

C. 25.

-Saldremos con Lauren esta noche.

Me dice la castaña entrando a mi habitación desenrredandose el cabello con una paciencia que desearía tener cada vez que alguien desafinado mi guitarra preferida.

-¿Por qué no me lo dijiste antes?

-Porque de todas maneras vendrás- sonríe- Es para que te conozca mejor, quiero que se lleven bien.

El trasero de ______________ cae en mi cama, y luego todo su cuerpo. Contengo las ganas que tengo de ponerme encima de ella para poder reclamarle al respecto de lo que acaba de hacer.

-Lauren no me agrada.

-Por eso saldremos, para que hallen la forma de llevarse bien, además- sonríe- Me lo prometiste rubio.

Me arrepiento de ello al instante.

Me recuesto al lado de ella, sin acercarme demasiado a su cuerpo ya que nuestros padres están en casa y al escuchar un ruido raro así sea mínimo no tardarán en acercarse hacia mi habitación.

Pensando bien las cosas, saliendo con Lauren y ___________ a la vez, me daría cuenta de que intensiones tiene ella con la castaña. Y de esa forma podría advertirle.

-Esta bien.

Sonrío, tomo su mano mirando hacia la puerta de mi habitación y se la beso rápidamente. La siento sonreír.

-¿A dónde iremos?

-No lo sé- ríe- A un restaurante tal vez.

-No lleves ropa corta.

La observo.
De un momento a otro su rostro se pone completamente serio, haciéndome extrañar.

-¿Dije algo malo?

-¿Lo dices en serio?

-¿El qué?

-El que no debo de llevar ropa corta.

-Es que hay muchos pervertidos en las calles.

Hago una mueca.
Recordando cuando estábamos en Cancún y unos que otros hombres le miraron el culo a mi ______________ con todo el descaro del mundo.

-Jódete Ross.

Se levanta.
Y por supuesto que yo también lo hago.

-¿Qué? Solo te estoy cuidando.

-Yo me puedo poner lo que se me da la merecida gana- se cruza los brazos, mirándome con odio- Que pena sino te gusta, no tengo que estar cuidándome de esos idiotas, si quiero puedo salir desnuda y no tendrían porque faltarme el respeto.

Trata de irse de mi habitación pero la detengo tomándola del brazo y atrayendola hacia mí.

-¿En serio te enojaras por eso?

Asiente.
Mirando hacia la derecha.
Tomo su rostro entre mis manos intentando conectar nuestras miradas pero me evade.

¿En serio le molestó tanto lo que dije?

-Lo siento- susurro, evitando de mil maneras dar a notar lo mucho que me muero por ella- Disculpáme.

-Eres un imbécil Ross.

Murmura, sin mirarme aún.
Por lo menos me esta hablando.
La atraigo un poco más hacia mí.

Siendo la ansiedad en todo mi cuerpo de saber que Macaria o mi padre pueden entrar y vernos así.

-Me jode que otras personas te miren pero tienes razón, no tuve por qué decirte eso- acaricio su rostro, como si fuese de porcelana- Me haz convertido en un completo egoísta- sus ojos me miran, con curiosidad- Eres tan perfecta que te quiero solo para mí en todo sentido... y...