C. 29.

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Ross POV

-Ya te dije que no puedo- le respondo a Joe, irritado- Tengo que limpiar las aulas luego de que terminen las clases, vaya mierda.

Joe ríe.

Relajo mis hombros, intentando controlarme ante el castigo que me puso el director de la universidad al verme salir del cuarto de limpieza del conserje con América luego de que algún idiota tocara la alarma de incendios.

Alarmando a todos.

Y más que estar enojado con el director o con la persona que haya tocado el timbre, estoy molesto conmigo mismo por haberme dejado convencer de entrar a aquel lugar con América.

No debí.
Planeo olvidar a _____________, sí, pero no es esta la manera correcta.

América no me gusta en lo absoluto.
Mi corazón y mi mente mueren por la castaña aún.

¿Cómo podría olvidarla en dos días?
No podría, ni en un año o dos. Y mucho menos en dos días.

Pero me obligo a hacerlo para no estar sufriendo constantemente encerrado en mi habitación.

Han pasado tres días en los que no nos dirigimos la palabra, ni siquiera una mirada. Sé que el resentimiento no es bueno pero, ¿qué puedo hacer? Me jodió muchísimo que haya dicho que es asqueroso lo que estábamos formando.

Quizá lo haya dicho porque estaba enojada en aquel momento pero no debió expresarse de esa forma. Por lo menos no conmigo, yo intenté ayudarla y entenderla. Se desquitó conmigo como si nunca le hubiese importado.

Lo peor de todo es que es la primera vez que siento algo real por una chica. Y esta solo se encarga de pisar mi corazón.

Pero que jodida mierda.

-¿Irás a la fiesta?- me pregunta Joe, con la mirada fija en la pantalla de su celular- Es mañana a eso de las diez de la noche.

Hago una mueca.
No tengo ánimos de nada.
Solo quiero retroceder el tiempo y volver a México para estar abrazado con mi castaña.

-¿En la casa de quién?

Pregunto.
Mirando la puerta de la universidad.

-Marie Bloom- frunzo el ceño, no la conozco- Nos invitó a nosotros, bueno, no solo a nosotros sino a toda la universidad.

Ríe.
Mostrándome su celular.
Evidentemente en aquel evento hay más de dos mil personas invitadas a la fiesta.

-Hasta invitó a _____________, mira, hay un comentario donde Noah la menciona y ella le da me encanta, y comenta esos emojis con el gatito riendo.

Le quito el celular de sus manos rápidamente y busco aquel comentario dentro del evento.
Al encontrarlo puedo sentir como mi estómago da vueltas.

No puede ser que estén hablando.
Y no puede ser que vayan a asistir a esa fiesta juntos.

-Pensé que solo usaba los emojis de gatito conmigo- murmuro, devolviéndole su celular.

Sintiendo una rabia increíble apoderándose de mí en ese momento. A penas empiecen las clases me encargaría de darle un buen golpe a la cara a Noah, le diría que deje a _____________ en paz y le mencionaría que sé que intentó drogarla en la fiesta de Joe.

-Pasame la dirección por texto- le indico a Noah, acomodando la mochila que estoy usando sobre mi hombro izquierdo- Iré.

Joe sonríe.
Sabe perfectamente que solo estoy yendo por la presencia de mi futura hermanastra.

El timbre de salida del primer turno suena, camino hasta llegar y abrir la puerta de la universidad.
Sé que Noah debe de estar en la cancha jugando baloncesto, como habitualmente lo está todos los días.

Doblo por el pasillo de la mano derecha.

Mi corazón se acelera al ver a Noah, al lado de mi castaña. Los dos con el director frente suyo.
Me acerco a ellos con frialdad, teniendo en cuenta de que los tres me están mirando.

¿Qué demonios tiene que estar haciendo Noah con _____________ a su lado?

-Joven Lynch- me llama el director, me acerco con más rapidez hacia ellos.

Hasta estar a propósito en medio de Noah y la castaña. Ella solo bufa.

-Buenas tardes señor director- saludo.

-Director no es necesario que...

-Señorita Campbell por favor calmese- la interrumpe el director- Lynch, como sé ustedes dos son hermanos, le pediría por favor que obligue a su hermana menor a acompañarlo en el castigo que le puse.

Frunzo el ceño.

-¿Qué?

Es lo único que llego a decir.
¿Desde cuándo _____________ hace cosas malas?

-Ayer la señorita activó la alarma de incendios, haciendo alborotar a toda la universidad, hasta a los profesores- suspira, mirando a la castaña- Señorita esto no es una escuela, sino los expulso de una vez es porque sus padres pagan una pensión y también porque no quisiera arruinar la posibilidad de que sean grandes en la vida, así que lo mínimo que harán es limpiar la cafetería y algunas aulas de clase.

-¿Puedo acompañarla?

Se mete Noah a la conversación.
Lo empujo, sin importarme que el director esté delante nuestro.

-Usted no ha hecho nada, por favor, vaya a sus clases de una vez.

Noah me devuelve el empujón, y le guiña el ojo a _____________ antes de entrar al aula de ciencias.
La castaña se limita a poner una cara de embobada.

Mierda.
¿Acaso le gusta Noah?
¿Habrá sido capaz de cambiarme en solo dos días?
¿Por qué tocó la alarma de incendios? ¿Habrá sido por ver a Noah?

-Vendrán a la universidad al término del último turno y ayudarán al conserje en lo que sea que él les indique, si mañana por la mañana me entero que no han asistido estarán expulsados, los dos.

Asiento.
Al igual que _____________.

El director nos mira a los dos por última vez y entra a su oficina con el paso lento.
Estoy por abrir la boca para decirle algo pero ella se aleja de mí tan rápido como una bala saliendo de un arma.

Y entiendo por qué se fue tan rápido cuando veo a Noah saliendo del salón de ciencias, la abraza y la carga. Ella corresponde a todo eso con una sonrisa de oreja a oreja.

Tenso mi mandíbula.

Noah me observa, y me sonríe.
En forma de victoria.

Me doy la vuelta.
No tienes ni puta idea en lo que acabas de meterte Noah Streigth. Nadie se mete con la persona que más amo en la jodida faz de la tierra.

Reverendo imbécil.


Solo hermanos; Ross LynchWhere stories live. Discover now