C. 9.

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____________ POV

Sentirme mareada no es algo común en mí y mucho menos por alcohol. Y es estúpido ya que no bebí nada más que dos botellas de cerveza y un pequeño vaso de ron, todos cortesía del sector vip.

No pensaba en decírselo a Ross ya que sería algo humillante, digo, perdí la cuenta de cuantos tragos ha bebido y sigue en perfecto estado. Es más, esta juro que lo veo más inteligente que antes.

Me sujeto de la pared y me apoyo contra esta.
Suspiro, observando todo el lugar, Ross no está por ninguna parte. Me dijo que iría a buscar pizza junto a Joe y desapareció, han pasado maso menos más de treinta minutos y no lo veo.

¿Lo habré aburrido?
¿Estará con otra chica?

Vamos ____________, ni siquiera te interesa. ¿O sí?
Uno de los camareros se acerca a mí, ofreciéndome un vaso de ron, lo acepto y bebo de el, sin problema alguno. Comienzo a acostumbrarme al fuerte sabor que tiene.

Ross es un imbécil.
Me dejo cuando sabe perfectamente que no soy una persona muy sociable y mucho menos experta en esto de ir a fiestas.

¿Cómo es que vaya a convertirse en mi hermano?
No, no.
Claro que no será mi hermano.

Impediría la boda de todas las maneras posibles, estoy segura de ello. Así luego me manden a vivir a un convento me encargaría de impedir aquella boda en el nombre de papá.

Mamá no le tuvo ningún respeto y metió a Mark y a Ross en menos de dos años en nuestra casa. ¿Qué estaría pensando papá? ¿Qué ya lo abremos olvidado? Seguro estaría decepcionado de nosotras, cuando lo único que yo espero es que esté bien, esté donde esté.

Bebo todo el líquido que tengo en el vaso color rojo en un santiamén. Suspiro.

Mamá es tan...

-¿Sabes que el ron se toma más despacio?

Me dice un chico, acercándose a mí.
Me sujeto más fuerte de la pared y entrecierro los ojos, es Noah... era el capitán del equipo de baseball en mi escuela.

Trago saliva.
Nunca se dió cuenta de mi presencia en todos estos años, hasta ahora.

-___________ Campbell.

Se acerca más a mí, con una sonrisa que hace que su rostro se ilumine, aún recuerdo esa sonrisa encantadora por la que varias chicas morían en la escuela.

-Pensé que no sabías de mi existencia- susurro, intentando no trabarme con mis palabras.

-¿Cómo no?- ríe, se apoya contra la pared también, poniendo su mano arriba de mi cabeza- Me parecías muy atractiva, y bueno, hasta ahora lo eres.

Sonrío forzadamente.
Conteniendo las ganas de vomitar por el jodido exceso de ron en mi cuerpo.

-¿Cómo te ha ido?

Pregunta, sin quitar su sonrisa.

-Bien- suspiro- Ya estoy en la universidad, y... ¿qué tal con el baseball?

Noah ríe.
Haciéndome reír a mi también.

-Sigo practicándolo- se acerca más a mí- Pero bueno, decidí entrar a la universidad también para complacer a mis padres, los fines de semana entreno y... estoy muy feliz de hecho.

Vuelvo a reír.
Intentando no sonar tan borracha.

-Me alegro.

-¿Sabes que es lo raro? Que nunca hablamos en la escuela.

Claro que no.
¿Por qué? Porque él nunca me dirigió la palabra a mí ni yo a él y bueno, también él paraba rodeado con miles de sus amigos y amigas, y yo paraba en una esquina sola con América.

Solo hermanos; Ross LynchWhere stories live. Discover now