C. 30.

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Al llegar a la universidad a eso de las nueve y treinta de la noche, veo el auto de _____________ ya estacionado allí.

Bajo de mi auto y entro a la universidad a paso lento. El último turno terminaría dentro de diez minutos y podríamos comenzar a limpiar lo que sea que el conserje nos indicara.

Al entrar a la universidad veo a lo lejos a la castaña, quien esta al parecer casi dormida en una de las bancas de la institución. Gracias a Dios, Noah no esta a su costado.

Camino hacia esta y me siento a su lado.
Como era de suponerse, me ignora y vuelve a cerrar los ojos para seguir con su pequeña fiesta.

Verla abrazada a Noah me revolvió la sangre. Pero por ahora no me preocuparé de ello porque me encargaría y darle su merecido mañana en la noche. En la fiesta de Marie.

Me encargaría que no vuelva a ver la jodida luz del día, y si ____________ me detiene, le diría todo. Que él fue el que la drogó en la fiesta de Joe.

A pesar de que desquitaría en un par de largas horas toda mi furia. Me enoja el hecho de que la castaña me haya cambiado en menos de tres días.

¿Tan poco significo para ella?
Cuando estábamos encerrados en el baño del restaurante estaba a punto de confesarle mi amor y ella... solo destruyó mis esperanzas.

El último timbre del día suena.
Los estudiantes, algunos ya mayores de edad, salen de las aulas con rapidez para llegar a sus casas. 

Observo a la castaña, quien también mira a todos los estudiantes salir.

¿Debería de hablarle?

Me acomodo en el asiento, tratando de acercarme a ella sigilosamente.

Mis ganas de hablarle aumentaban cada segundo más, al igual que mis ganas de besarla y abrazarla.

-¿Campbell? ¿Lynch?

Nos llama un hombre canoso.
Los dos nos levantamos y caminamos hacia él.
Es el conserje.

-Buenas noches, lamentablemente no hay muchas áreas sucias para que limpien pero si necesito que limpien ahora mismo la cancha de fútbol, en un mes la universidad organizará un partido y esta sucia. Luego de que la limpien me encargaré de cerrarla para que nadie entre.

¿Habría un partido?
Me emociona el simple hecho de pensarlo.

-¿Jugarán los estudiantes en el partido?

Le pregunto.
Mirando por el rabillo a la castaña, quien esta atenta a cada movimiento del conserje.

-Sí- responde, sonriente- Podrán escribirse de aquí a dos días.

Definitivamente me escribiría.

-Tomen sus guantes y las bolsas.

El conserje le da un par de guantes blancos a ____________ y luego a mí, seguido de bolsas de basura.
Ya había visto anteriormente la cancha de la universidad y debo decir con completa honestidad que no es nada limpia. Ni en lo más mínimo.

Ya que varios estudiantes forman equipos y se ponen a jugar y dejan sus restos de comida o embaces tirados por doquier.

-Cuando terminen dejen las bolsas en la calle antes de las doce, el camión de basura pasa a eso de las once y media, luego pueden irse a sus casas, empiecen ahora.

El conserje me palmea el hombro y se aleja de nosotros a paso lento. Miro a la castaña, quien también me mira a mi sin saber que hacer o que decir.

¿Querría hablarme?
¿Debería hablarle?

_____________ deja de mirarme para poder comenzar a caminar hacia la cancha. Su mirada refleja una completa indiferencia.

Jesús.
Yo debería estar molesto con ella.
Ella me trató mal, ella acabó con lo nuestro.

Voy hacia la cancha detrás de ella, intentando que todo esto sea lo menos incómodo posible pero es imposible.

Hemos pasado los mejores momentos de nuestras vidas en México, queriendonos el uno al otro y ahora estamos aquí. Sin hablar, sin poder mirarnos a la cara.

¿Por qué todo tiene que ser así?
Tan triste...

Al llegar a la cancha, _____________ se va por la derecha y yo por la izquierda, comienzo a recoger las envolturas de golosinas que hay por todo el glass, para luego meterlas dentro de la bolsa negra.

Observo a la castaña, quien esta haciendo lo mismo que yo solo que en las tribunas. Suspiro, mirándola.

Es jodidamente hermosa.
¿En qué estaría pensando?

-¡Ross!

Cierro los ojos con fuerza.
No puede ser cierto...
Volteo, encontrándome con América, quien corre hacia mí y me abraza con fuerza.

-¿Qué haces aquí?

Me separo de ella, mirando de reojo a _____________, a pesar de que ella al parecer este en algo con Noah, no quiero que piense que estoy en una relación con América, sabiendo en especial que eran mejores amigas.

La castaña nos observa tratando de ser discreta.
Tiene el ceño fruncido.
Y también el típico puchero que hace cuando se enfada.

Me río.
Esta molesta.

-Le rogué al director para que pudiera ayudarte en el castigo hoy- suspira- Me dijo que no pero de todas maneras no se enterara que estuve aquí.

-América creo que deberías irte.

Susurro, sin dejar de mirar a la castaña.
Quien me mira desde lo lejos.

América voltea, y su mirada no tarda en dirigirse a la única persona que hay en las tribunas.  _______________.

-¿Sigue enojada conmigo?

Me pregunta, confusa.
Y es más que obvio que ella no tiene ni la menor idea de todo lo que ha ocurrido entre los dos, ni siquiera se lo espera.

-América, creo que es mejor que te vayas, estamos tratando de hacer esto rápido y...

-¿Estás diciendo que te hago perder el tiempo?

Frunzo el ceño.
¿En qué momento dije eso?
Estoy seguro de que solo lo pensé.

-No es eso- suspiro- No es un buen momento para estar juntos, lo siento.

América suspira.
Y sin decirme ni una palabra más se retira de la cancha de fútbol, dejando nuevamente solo con la castaña.

Al observarla, ella aparta su mirada.
Sonrío.
Es preciosamente resentida.

Me acerco hacia las tribunas, y comienzo a recoger la basura que hay por allí sin quitar la mirada de la castaña, quien al parecer ahora sí está concentrada en terminar rápido con esto.

-_____________.

Ella voltea a mi llamado unos cuatro segundos después, suspiro. Mirando aquel bonito rostro, el rostro que aparece en mis sueños cada noche.

Me quedo paralizado ante su mirada.
No tengo ni la menor idea de que decirle.
¿Debo disculparme o algo así?

No... yo no fuí el que hizo las cosas más.

-¿Estás molesta conmigo?

Inicio, tontamente.
La castaña rueda los ojos y retoma su trabajo.

-No lo estoy- responde, sin mirarme.

Claro que lo está.

-¿Entonces por qué no hablamos?

-No lo sé Ross, honestamente no me importa, sigue besándote y encerrandote en el cuarto del conserje con América.

Y por fin comprendí la razón por la cuál esta así conmigo.

Ella cree que América y yo estamos juntos porque nos vió a punto de tener sexo en el cuarto del conserje. Por esa razón ella tocó la alarma de incendios.

Dejo escapar una risita de mis labios.

Está celosa...

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Tengo planeado escribir otra novela y publicarla solo los dos sábados y domingos, ¿qué les parece? <3

Solo hermanos; Ross LynchWhere stories live. Discover now