T r e i n t a

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—Hice cosas de las cuales me arrepiento, Connor, cosas que probablemente me atormentarán siempre —Sam bajó la cabeza y lloró silenciosamente

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—Hice cosas de las cuales me arrepiento, Connor, cosas que probablemente me atormentarán siempre —Sam bajó la cabeza y lloró silenciosamente. A Connor le preocupó aún más lo que sea que iba a contarle Sam. No podía ser tan grave, ¿o sí? —. Necesito empezar a ser sincero contigo de una vez.

Sam empezó a contarle una horrible historia donde el principal protagonista era Liam Morrison. De cómo lo convenció para poder ayudarlo en su negocio aprovechando que fue su profesor particular y la manera en que Fiorella cayó bajo su influencia. A Connor le costó asociar la imagen del impoluto profesor, con el de la persona que Sam estaba narrando.

—Hay algo más, esto es aún peor de lo que te conté... en realidad, él y yo...

—¿Qué puede ser peor que eso? —interrumpió Iker. Jax, quien en vano intentó detenerlo, murmuró unos cuantos insultos hacia él por meterse en la conversación—. ¿Me estás diciendo que Liam Morrison estuvo metiendo drogas en el instituto sin que nadie lo supiera? ¡Esto es una locura! Ese hombre siempre me pareció sospechoso y ahora sé por qué.

—Si no te molesta, queríamos tener una conversación privada —braveó Connor, quien tomó a Sam para abrazarlo, así su vulnerabilidad no quedaría expuesto ante Iker.

—Pues todo lo que dices se escucha en la habitación, así que al menos que destrocemos nuestros tímpanos con alguna cosa, vamos a escucharlo —bufó.

Sam se alejó del abrazo de Connor, se limpió las lágrimas y miró con odio a Iker para poder decirle algunos insultos, pero se calmó y en cambio, se dirigió a Connor.

—¿Sabes qué? —dijo después de una pausa—. Lo que te tengo que contar es algo que solo nos concierne a ti y a mí, prometo contártelo todo cuando salgamos de aquí. No quiero exponerme frente a...ciertas personas —miró a Iker de arriba abajo. El insulto se lo calló de nuevo.

—Entiendo perfectamente lo que quieres decir —Connor imitó la acción de Sam y miró despectivamente al chico que no hacía más que incordiarlos.

—¿Qué se supone que están insinuando? —preguntó Iker ofendido por la reacción de los dos.

—Iker, sabes muy bien lo que quieren decir —Jax rodó los ojos.

—Tú cállate, no es contigo.

—Como recién dijiste, en esta mugrosa sala es imposible no escuchar tus estupideces.

Como Jax e Iker empezaron a discutir, Connor y Sam fueron cerca de la entrada a sentarse uno a lado del otro y mirar con aburrimiento el enfrentamiento de ambos. Aunque sus orejas pronto empezaron a moverse como en las caricaturas al escuchar detalles escandalosos que soltaron en medio de la balacera verbal.

—Ahora me llamas idiota, pero bien que no lo hacías ayer cuando me quedé contigo, ¿eh? —señaló Iker.

—Tal vez fue porque tu cara destrozada me dio pena.

Corazón ObstinadoOnde histórias criam vida. Descubra agora