Capítulo Siete: Camino A Casa

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Noah

Había despertado de nuevo cuando Emily me golpeó con una almohada en la cara.
Ya había empacado y estaba lista para que nos fuéramos de su casa. Sé que estaba triste de dejar sus cosas, el hogar que ella misma se había construido, pero sé que podré darle todo eso de nuevo en cuanto lleguemos con el amigo de mis padres.

La empresa de mi madre debe estar cerca de éste lugar, lo sé porque mi madre me habló muchas veces de que ella y tío Jake estaban viajando siempre. Incluso me mostró muchas fotografías de ella cuando era más pequeña. Así que al menos sabía que no estaba tan perdido entonces.

—¿Y bien?

Miré a Emily cuando me habló y sonreí de nuevo.

—No escuché, lo siento.

—¿Sabes por dónde empezar?

Asentí.

—Sé que él está cerca de una gran torre triangular.

—¿Una torre? —dijo confusa—, ¿Cómo cuál?

Me encogí de hombros y negué.

—La verdad es que jamás he salido de mi manada, no sabría en dónde está —sinceré—, excepto por los mapas que mi tío Bastian me daba a veces, no conozco nada que esté fuera de mi territorio.

—Espera un momento —dijo al detenerse y mirarme confundida—, ¿Territorio? ¿Manada? ¿De qué hablas, Noah?

Apreté mis labios un poco y negué al empezar a explicar.

—El lugar en el que yo vivo, mi territorio, lo llaman manada. Nadie más sabe dónde está y no va a aparecer en ningún mapa humano, pues hemos estado ocultos por años gracias a la magia.

—¿Magia? —. Rió sarcástica.

—Hay más allá de lo que tus ojos pueden ver —. Asentí—. En éste mundo no sólo existen los humanos, sino también otras criaturas que, como tú, se protegen en las sombras y en máscaras.

—Primero, sé que hay cosas que existen además de los humanos —sonrió burlona—, hay animales, planetas y extraterrestres. Así que no hay manera de que alguien no los haya visto antes.

—Yo no dije que tú fueras la primera en hacerlo —. Negué cruzándome de brazos.

—Bien —negó—, y en segundo lugar, no uso máscaras para protegerme. Jamás me he ocultado así.

—Muchos humanos lo hacen —asentí—, los he visto en algunos libros de la biblioteca de mi manada. Hay muchos lugares en los que les gusta usar máscaras horribles.

Dije sintiendo un escalofrío en mi cuerpo, pues el asco y miedo es más fuerte que yo.

—¿Te refieres a los carnavales y las mascaradas? —. Cuestionó confusa y asentí—. Eso no es siempre y no es para ocultarse. Es solo por diversión.

—¿Por qué les divertiría ser alguien más? En especial usando una máscara tan fea como la de una mujer con una nariz tan grande y con una verruga.

—Es una bruja.

—Conozco a las brujas y para nada se parecen a eso —negué confundido—, es más, creo que son parte de las criaturas más hermosas de éste mundo.

—Eso no es verdad —. Se burló.

—Por supuesto que sí —asentí seguro de lo que decía—, pero aún no contestas a mi pregunta, ¿Por qué lo hacen?

—Supongo que para un ser ordinario como nosotros, es divertido jugar a ser alguien más de vez en cuando —se encogió de hombros—, te aleja de tu realidad por un momento.

El Ascenso De Un Alfa ©Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt