El Ascenso De Un Alfa ©

Bonus Familia Hale

Alice

—¿Min kärlek?

Escuché la voz de Byron a mis espaldas y me mantuve serena sabiendo que veía lo que hacía. Él se acercó y se sentó junto a mí en la cama mientras yo sostenía en mis manos la fotografía de Noah.
Mi bebé tenía un día conmigo en ése momento y jamás me había sentido tan contenta. Se veía en mi rostro.

—Siempre se quedaba quieto cuando estaba en tus brazos —. Murmuró Byron y puso su mano sobre la mía. Sosteniendo la fotografía también—. Tú voz le dio calma desde el primer instante en que la escuchó, no hizo falta jamás una canción de cuna y tampoco un juguete para hacer que se calmara cuando tú estabas cerca.

—No puedo creer que no esté aquí, Byron —. Susurré y dejé caer una lágrima más—. No puedo evitar pensar que en cualquier momento puede entrar por esa puerta como siempre lo hace y aventarse a su cama para dormir como un oso.

Sonreí llena de tristeza y ahogué mi llanto en un suspiro.

—Mi gran lobo pequeño... —. Sollocé.

—Él no está muerto, Alice —murmuró y me hizo mirarlo cuando levantó ligeramente mi mentón con su mano. Rozando en mi mejilla su anillo de oro—, nuestro hijo es el ser más fuerte que he visto en mi vida. Noah es inteligente y estoy seguro de que está luchando por volver a casa.

—¿Cómo? —musité—, Soy tan estúpida que ni siquiera recuerdo lo que mi mente pensó cuando cerré el portal. Yo solo... Perdí el control y dejé a mi hijo en quién sabe dónde.

Lloré con más fuerza y permití que mi esposo me abrazara.

—Nadie podía controlar la situación, Ally —murmuró—, Noah sabía que no podías hacer nada y no te culpa. Tú no debes hacerlo.

—Es mi hijo, Byron...

—También es mi hijo, Alice, y es por eso que estoy seguro de que mi hijo no podría dejarse vencer ni en mil años —. Negó limpiando mis mejillas y lo vi a los ojos—. Es un Hale, es un alfa, no es cualquier hombre al que pueden derribar. Nuestro hijo es más valiente que yo o que tú y sé que eso le dará la fuerza para volver a casa. Con ambos.

Asentí y recargué mi cabeza en su pecho mientras sus manos acariciaban mi espalda suavemente.

—Tienes razón, Noah es un Hale y sé que no se dará por vencido.

—Volverá a casa, Alice. Eso te lo aseguro.

Suspiré y me quedé allí con la promesa que Byron había hecho al aire. Esperando que mi hijo la escuchara en lo más profundo de su ser y la cumpliera.

Estaba segura de que mi Noah iba a volver a casa, pero eso no quería decir que mi corazón doliera a cada instante que él no estaba aquí. Yo moría lentamente sin mi hijo.
Mi pequeño alfa ya no estaba aquí y me daba terror pensar en todo lo que podría estar sufriendo ahora. El mundo de los humanos no es fiable, cualquier loco que lo encontrara podría hacerle cosas perversas e incluso trataría de asesinarlo. Así son ellos. Todo lo que no conocen lo destruyen por miedo a que los supere.

¿Acaso mi Noah no es así? ¿Superior?

Clark tenía razón. Un berrinche de un arconte podría acabar con toda una ciudad, y aunque sabía que Noah podía controlar sus poderes, ¿Qué hay de los que aún no conoce? ¿Qué pasaría si descubriera más poderes en él que no pudiese controlar?
Yo aún tengo poderes que no puedo controlar y por ello no los uso. Ser un ángel es difícil y más cuando yo misma tenía que decidir a quién podría afectar con ello y a quién no, ¿Qué pasaría con Noah?