•CONTRATO• | Taejin| *Cancelado*

capítulo 22

Jeon le llevó al consejo, Namjoon caminaba al frente con los cazadores, desvió la mirada para encontrarse con la desaprobación de muchos, el lugar donde siempre fue bien recibido era ahora hostil,  bajo la cabeza avergonzado y llegaron al pasillo de espejos que llevaba a otra sección, sería enjuiciado por sus faltas graves. 

Jungkook iba tras él y aprovechó para escabullirse al llegar a una intercepción donde el pasillo convergía en corredores  y múltiples puertas con detalles en oro. Jeon le siguió de cerca, no le preocupaba ya que Seokjin hechizo a sus captores, podían verlos caminar atrás pero eran solo una ilusión. 

— Qué buscamos? — Preguntó en un susurro cuando entraron en la gran biblioteca, esa área no estaba en uso en ese horario así que entraron confiados. 

— El libro del conocimiento… — Dijo acercándose a los estantes, ese lugar era enorme, el cielo era alto y los libros se apoyaban en sus repisas hasta el cielo que reflejaba el agua del estanque sobre ellos, los peces nadaban con gracia, era un lugar hermoso. — Es una posesión importante para gobernar las tinieblas, solo el rey debe tenerlo en su poder. — Habló con seriedad. 

— Si es tan valioso porque crees que estaría aquí?  — Soltó Jungkook parado en medio observando la magnitud del lugar, la biblioteca era de fácil acceso hasta para lo magos de bajo nivel.

— A simple vista estaría más seguro, eso creo… — 

— Por qué un rey perdería algo tan importante? — Preguntó mientras revisaba estantes apresurado. 

Seokjin guardó silencio se quedó pasmado un momento, Taehyung había sacrificado su corona por él, le crió a pesar de que no había razón alguna para hacerlo, al inicio solo era un contrato ridículo y no hubiera sido difícil para cualquier demonio engañar a un niño para devorar su alma. 

— Para cuidarme… — Pronunció con suavidad. — Es por eso que no puedo dejarlo morir, lo amo demasiado. — Termino de agregar para continuar con su búsqueda. 

— "Amor" — Dijo para si mismo más afectado de lo que hubiera preferido, ver que SeokJin tan esmerado en conseguir aquello le hizo recordar algo que había sepultado en su corazón, un suceso que ocurrió hace ya tanto que apenas lograba divisar rasgos o detalles, tan solo un grito desgarrador y un goteo constante, luego había agonía y un dolor en su pecho aparecía.

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Entró en el territorio del dragón armado con su espada, su armadura le daba un aspecto amenazante y a la vez dejaba en claro su rango. Algunos súbditos se arrodillaron en el camino ante su majestuosidad y se dio cuenta de su posición, siempre sería de la realeza aún si intento escapar de sus responsabilidades antaño. Su mundo no era distinto al humano, solo eran razas distintas en una realidad diferente, la magia era sangrienta y la inmortalidad era para los fuertes. 

No camino demasiado para encontrar la entrada del calabozo subterráneo donde habitaba el dragón, apenas puso un pie en la superficie de piedra gritó para aclarar sus demandas.

— Vengo a reclamar lo que es mío! — Pronunció con claridad en esa voz potente y gutural. 

El suelo tembló bajo sus pies para luego recibir el aire caliente en su rostro, un fuerte sonido resonó en los salones y túneles del calabozo hasta llegar a sus oídos, el temblor del suelo le puso ansioso y entonces el terreno de volvió inestables se hundió y cayó por el agujero que se abrió bajo sus pies, desplegó sus alas para lograr esquivar los escombros que amenazaban con golpearle. 

Se vio encerrado contra una ráfaga de brillante oro que le golpeó como una bandada de pájaros, terminó golpeando una columna metros atrás hasta que el sonido de esas monedas golpeando su armadura de detuvo, sólo entonces cayó sobre el piso de piedra, algunas de sus plumas fueron arrancadas por el impacto y las vio caer de forma suave sobre la superficie. 

— Entro un molesto insecto! — Vociferó el dragón al salir de las profundidades, el sonido de las monedas de oro resonó en las paredes de piedra. 

— No es una bienvenida digna de un rey… — Bromeó al levantarse para ver al hombre con armadura de oro y capa de cuero oscuro.

— Te atreves a llamarte rey? — Solto para reír, su voz era rasposa característica de un hombre de edad madura. 

— Es lo que es… soy el rey ahora, quieras o no! — Dijo al cruzarse de brazos con una sonrisa burlona y obviamente con superioridad en cada palabra, su atacante estaba por hablar pero Tae sabía muy bien que palabras saldrían de esa boca y se adelantó. — No voy a dejar que un avaricioso ser no mejor que los humanos me diga que no soy digno. —

— Niño insolente! Crees que eres lo suficiente fuerte para gobernar? — Habló ahora en un rugido, ese cuerpo se deforma para dar paso a un ser bestial y enorme, las escamas eran de un llamativo rojo y ceniza. 

Taehyung se encontró con esa bestia acercándose de forma seductora como una serpiente, esos ojos brillaban en un atrayente amarillo neón con una pupila alargada y se sintió absorbido por la sensación cálida del fuego abrazándole. La imagen de Seokjin acercándose lentamente para besarle con dulzura le aceleró el corazón, tocó esos hombres en un intento de apegar al humano a su cuerpo pero el dolor en su pecho esfumó la fantasía. 

— Agh! — Se quejó al detener esa afilada espada con sus manos, la hoja estaba al rojo vivo, separando las llamas a su alrededor, su armadura no fue suficiente y sentía la piel arder ante el afilado toque.  

— El amor debilita a los demonios, la inmortalidad se te fue arrebatada al caer por ese humano es por eso que los demonios no se enamoran de los humanos! Son comida! — Le aclaró presionando la espada con la intención de atravesar ese pecho y terminar con lo que quedaba del linaje real, era una lástima que el último heredero fuese la real vergüenza, no le creía digno, mucho menos ahora.  

— No es una debilidad…— Pronunció apretando los dientes, su respiración agitada por el dolor se transformó en un grito lleno de valor, el fuego rojizo se volvió azul cuando sus ojos brillaron con intensidad tiro de esa espada para alejarla de su cuerpo y trajo a él esa gran espada, la enorme criatura retrocedió. 

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