CAPÍTULO 21 ✔

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Amelie.

Amelie desvió la mirada algo avergonzada.

— ¿No sería mucha molestia? — Cuestiono Lord Derbyshire en voz baja dirigiéndose la señora Rutherford, pero en ese salón se podía escuchar claramente. Y las miradas iban para su lado.

— ¡Para nada Milord! acompáñenos un momento. —Insistió la Señora Rutherford. El ambiente seguramente resultaba incómodo para Lord Derbyshire estaba rodeado de muchas damas. Podía notar que no estaba a gusto.

Era una invitación directa no podía negarse, y más aún enfrente de todos. Seguramente rogaba a que llegara el Señor Rutherford.

—Tome asiento. — Ofreció la Señora Rutherford.

Lord Derbyshire se sentó, pero antes de hacerlo hizo un saludo para todas las presentes. Noto algunas risillas emocionadas. Así empezaban las preguntas para él.

—Llego hace dos semanas a Londres ¿No Milord? — Empezó preguntando la señora Dickens.

—Si,
  dos semanas. —Respondió cortantemente. Él era un joven de pocas palabras, así que no diría algo que los involucrara. Pero las preguntas de la Señora Rutherford podían llegar a ser engañosas.

Amelie rogaba en su interior que apareciera el Señor Rutherford. No quería que le preguntarán algo.

—Y... ¿Qué le trajo por aquí? Acaso piensa en ¿Algún compromiso? — Pregunto la señora Rutherford con una sonrisa muy satisfecha y lo había hecho directamente.

Se escucharon algunas risas coquetas. Pero Amelie solo quería desaparecer de ese salón. Diane y su madre actuaban con discreción.

Evitaba a cualquier costo la mirada de Lord Derbyshire. Y seguía con su tarta, ya no le había dado otro bocado.

Esa pregunta requería palabras cortantes, pero si el afirmaría que así era. Ella preguntaría por si ya tenía alguna candidata. Y si se negara insistiría más en el asunto. Ahora si deseaba que sea el hombre de pocas palabras.

Lord Derbyshire no parecía pensar mucho antes de responder.

—Hay muchas veces que las obligaciones nos llevan a hacer cosas que no queremos realmente, pero si tenemos circunstancias inesperadas, es nuestra obligación cumplirlas, el deseo muchas veces tiene que ser ignorado y a través de eso la comodidad de nuestros propios intereses. Las situaciones muchas veces nos llevan a hacer cosas inesperadas. — Respondió Lord Derbyshire.

El salón se quedó en silencio, talvez por la sorpresa de la seriedad de sus palabras. Las risillas dejaron de escucharse, Amelie vio a las demás chicas y parecían estar confundidas con sus palabras.

La señora Rutherford quedo perpleja.

—S... Si tiene mucha razón. — Dijo la señora Rutherford desconcertada.

Lord Derbyshire había dado vueltas al asunto con su respuesta, pero parecía haber funcionado. Era impresionante.

— ¡Lord Derbyshire! — Exclamo la persona esperada. El señor Rutherford era una persona de temperamento alegre. —Buenas tardes. —-Saludo refiriéndose a los presentes.

— ¡Oh querido! Lord Derbyshire vino por tu invitación. — Comento la señora Rutherford. —¿Invitación? Ahora si parecía tener todo sentido, esa mujer había planeado todo, pero no había logrado lo que quería y eso la ponía contenta.

—Gracias por aceptar la invitación. —Dijo El señor Rutherford.

—Es un placer. — Dijo Lord Derbyshire parándose para estrechar las manos.

Sentimientos DistintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora