CAPÍTULO 26 ✔

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Amelie

Después de salir de la oficina de su padre, se dirigía a su alcoba a prepararse para el desayuno. Lord Derbyshire llegaría un poco más tarde para hablar con su padre. Solo esperaba que su padre no mencione nada sobre su matrimonio cuando se hayan reunido en la mesa, ya había tenido suficiente caos al empezar la mañana, y no tenía idea de cómo reaccionarían sus hermanos, especialmente; John.

Deseaba tener tranquilidad. Y justo hoy, noto que John se encontraba en casa, algo raro por supuesto y cuando menos quería su presencia. Hasta deseaba que se entere cuando ya estuviera casada. Amelie esperaba que John se marchara, antes de que llegue Lord Derbyshire.

Después de un rato, todos se encontraban en la mesa, listos para desayunar. Nadie se percató de que había salido —A excepción su madre, que había sido su cómplice. — eso significaba que tuvo una escapada exitosa.

Estaba algo nerviosa, pero no lo notarían, podía camuflar bien sus emociones.

—Hace tiempo que no tenemos un desayuno familiar. — Comento su madre dirigiendo la mirada hacia John con una sonrisa.

John mostro una risa sarcástica.

—No es cierto, he estado en casa seguido. —Se defendió.

—¿Eso es lo que crees? —Pregunto Diane.

—No lo creo, es la verdad. —Respondió él en su defensa.

—Simplemente dígnate a aceptar tus errores. —Dijo Diane.

John dio una sonrisa de lado.

—¿Cuáles? —Pregunto John como si fuera perfecto. Diane parecía molesta. Hasta a Amelie le irritaba muchas veces su personalidad, por eso entendía porque no se había casado todavía, su brusco carácter no era llamativo, en especial para las mujeres.

—¡Pues muy bien sabes qué...

—Eso pueden hablarlo después. —Dijo su padre cortándola. Diane se apoyó en la silla, y John se mostró triunfador. — Ayer el Señor Collins dijo que no podía pagarme esta semana. —Empezó contando su padre, los problemas familiares no podían faltar. — le pregunte porque tenía que hacerlo, yo y el no tenemos cuentas. — Decía su padre mientras ponía mermelada a su pan. —Menciono que tenía una pequeña deuda contigo. —Enfatizo a John. — y me pidió ayuda para alargar su plazo de pago.

John frunció el ceño.

—No tenía por qué hablarlo contigo. — Dijo John en voz baja, sonaba molesto.

—¡¿Por qué no? — Exclamó su padre con cierta fuerza en su voz. — Sabes muy bien que tus asuntos pueden influenciar en la familia. —Dijo firmemente su padre. Amelie sabía que John acudía a una casa de juego clandestina para apostar. Hacia muchas cosas a espaldas de su padre, pero no podía decirlo, menos aún en este momento, no quería llegar a entrometerse, además siempre pensó que su padre estaba enterado de aquello.

—Nunca ha sido así.

—Pero puede serlo. — Afirmo. — Solo espero que no estés haciendo cosas a mis espaldas. —John parecía pensativo. Cuando su padre se encontraba con John siempre había algún tema que discutir con él. — Si llego a enterarme de que has frecuentado ese lugar voy a hacer algo que no te imaginas. —Amenazo.

—Querido es suficiente. — Menciono su madre seriamente cortándolo. — John lo ha entendido, estamos en la mesa, por favor. — Rogo. — En eso si tenía razón, estar en la mesa era un momento familiar.

Su padre se dispuso a relajarse.

John tenía el semblante serio, si había escuchado o no, no lo sabía exactamente.

Sentimientos DistintosWhere stories live. Discover now