CAPÍTULO 29 ✔

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Amelie

Su boda seria en 3 meses, lo había decidido pensando en que sería muy incómodo esperar mucho, aunque no quería separarse de su familia todavía, el tener mucho tiempo de comprometidos le sería muy difícil de llevar, especialmente por las personas. Lord Derbyshire igual estuvo de acuerdo a su petición, además era normal casarse después de tres meses —La mayoría de las parejas lo hacían—y no quería ser diferente a los demás.

Durante las últimas semanas, había pasado más tiempo con Lord Derbyshire, pero todo era para divulgar la noticia de su compromiso, no habían tenido ningún momento solo de ellos dos, cada que se encontraban estaban rodeados de personas.

Esa semana había sido agotadora, sonreír e intentar verse cómoda era algo cansador. No imaginaba que el hecho de anunciar una boda se necesitaba de mucha energía. Cuando veía a parejas anunciar su compromiso, no lo parecía, se veían felices, sin ningún tipo de estrés, es más, le hacían ver que casarse traía felicidad. Por el momento más que feliz, se sentía nerviosa y ansiosa. No podía esperar nada de este matrimonio, en especial por parte de Lord Derbyshire.

También el día de ayer Lord Derbyshire se había marchado, al ser conde tenía muchas responsabilidades, que había dejado atrás por venir a Londres. Él le dijo que vendría para los asuntos de los preparativos, pero Amelie pensó que el viaje era una molestia, le dijo que no habría necesidad de eso, además la mayoría de los preparativos eran decididos por los padres, bueno en su caso sería sus padres. Así que, vería a Lord Derbyshire el día de la ceremonia.

Talvez eso ayudaría a Amelie, se prepararía mentalmente para casarse.

Suspiro. Ahora mismo, estaba yendo a la modista, para que diseñara su vestido, la tela no sería un problema, su padre tenía varias, el asunto de la confección ya era otro asunto.

Lady Dudley era una dama que se encargaba de hacer confecciones. Y hacia vestidos increíbles, esa tarde habían decidido hacerle una visita.

Se encontraban en camino a la tienda de Lady Dudley, Diane y su madre la estaban acompañando. Cuando llegaron, bajaron del carruaje, la tienda estaba abierta, así que entraron y sonó una campanilla en la puerta.

Ahí vio a una mujer con una sonrisa muy animada, como si estaba esperando por ellas. Vio los colores de su vestido, tenía un gran sentido de la moda, sin duda.

Ojeo por un momento el lugar, podía ver muchos vestidos de novia muy modernos y llamativos. Lady Dudley se especializaba en los vestidos de novia, pero igual confeccionaba otros.

— ¡Oh Señora Bertham! — Exclamo Lady Dudley con emoción. — He estado esperando su visita desde que se anunció la boda de su hija. —Mencionó. La noticia se había divulgado de forma correcta. —Dígame ¿Quién es la afortunada novia? —Pregunto con curiosidad, mirando hacia su lado.

—Mi hija, Amelie. —Dijo presentándola. Amelie la saludo. Lady Dudley la observo un momento.

—Sin duda es encantadora. —Aseguro en voz alta.

—Gracias. —Respondió desconcertada. Parecía que había hablado en voz alta.

—Pasen por aquí. —Les indico. Fueron a una sala más grande y amplia. — tengo los materiales para las medidas arriba. —Dijo. —Así que, tomen asiento. —Les ofreció señalando al lugar donde se encontraban los asientos. — Vuelvo enseguida.

Se sentaron.

— ¿Tienes un modelo en mente? —Pregunto Diane enseguida.

Amelie no tenía uno en claro, pero de lo que estaba segura era de que esperaba que poseyera mangas.

Sentimientos DistintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora