CAPÍTULO 39 ✔

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Amelie

Se encontraba de ida en carruaje a Londres. Todo había sido muy repentino, le conto a Lord Derbyshire sobre la situación. Y no la retuvo, solo le dijo que no podría acompañarla ese mismo día. Y lo entendía, había estado muy ocupado con la administración del condado, pero a pesar de eso, le aseguro que estaría en Londres la próxima semana. Y ahora ahí se encontraba ella yendo sola a Londres, siempre le había gustado viajar, pero recordar la carta evitaba que disfrute el ambiente. Había sido repentino e inesperado.

Todavía no lo podría creer ¿John comprometido con su amiga? Sin duda era algo extraño, que no podía entender como había sucedido. Aunque una vez si noto un cierto sentimiento de Daisy hacia John, pero ¿De John hacia Daisy? ¡Nunca! No los había visto interactuar de manera cercana, es más nunca los había visto hablando solos o compartiendo algún baile. Por eso creía que John tenía algo que ver, no tenía idea de qué, pero él de seguro había hecho algo para que Daisy acepte casarse con él, Quería llegar ya a Londres y descubrir toda la verdad de ese misterio.

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Mientras pasaba el tiempo, más ideas alocadas inundaban la mente de Amelie, todo había sido tan inesperado que ocupaba todos sus pensamientos. Se dio cuenta que finalmente había llegado. Esto debido a que el aroma de Londres se le hizo familiar, aunque había vivido toda su vida aquí, ahora ya no sentía que era su hogar, le encanta el condado de Derbyshire.

Observo las calles, estaban llenas de personas, ¿Cuánto tiempo había pasado desde que se fue? No lo había contado realmente, pero sentía que había sido mucho.

Poco a poco se iba acercando a su anterior hogar, la casa de su infancia. Le entro ganas de ver a su familia, los extrañaba un montón, solo leer sus cartas no era suficiente necesitaba abrazarlos. Cerro los ojos un instante y sintió que paro el carruaje. Ya estaba aquí.

Bajo del carruaje, y ahí vio esa puerta que antes veía a menudo, había echado de menos este lugar. Cuando quiso entrar, la puerta se abrió repentinamente y vio a Diane.

Le abrazo antes de que entrara y eso hizo que se tambalease hacia atrás.

—Amelie. — le susurro con cierta alegría. — te eche mucho de menos. Ella igual la había extrañado mucho, en realidad ¡Muchísimo!

—Yo también. — Le respondió Amelie con cierta nostalgia. Habían hablado solo por cartas los últimos días, pero necesitaban este encuentro, debería volver más seguido.

—Mi querida hija. — Escucho decir. Se apartó de Diane y abrazo a su madre. Esta era una bienvenida muy cálida.

—Mamá. —Dijo con felicidad. Las quería mucho.

—¿Dónde está papá? —Pregunto Amelie cuando se separó de los brazos de su madre, no verlo era inusual.

—Salió. — Le dijo su madre con cierta lastima. — tu padre anda muy ocupado estos días. —Le conto. — intenta arreglar lo de John, pero es me temo que es imposible. — Explico su madre con tristeza. — debió suponerlo, lo único que puede arreglar todo eso es un matrimonio.

—¿Y cómo se encuentra? —Pregunto. Temía por la salud de su padre, todo esto podría ocasionarle un bajón.

—Él está bien. —Respondió su madre. — solo que busca como sea arreglar las cosas.

—Los últimos días han sido ajetreados. — añadió Diane. — pero ahora que estás aquí, estoy segura que las cosas mejoraran. — Diane intento ser positiva, y Amelie no estaba segura de lo último, no sabía que podría hacer ella en realidad. —te acompaño a tu cuarto.

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